crida de Glucksman, Havel, Robinson, Soros, Tutu, ...

'Chechenia, es hora de abatir el muro de silencio y verguenza'
El llamamiento de intelectuales y politicos en nombre de la humanidad violada.

Corriere della Sera del 8 marzo 2006.

Es extremadamente difícil para un observador neutral superar las barreras impenetrables que separan Chechenia del resto del mundo. Prácticamente, no se conoce tampoco el número total de las víctimas. Según las consideraciones de las organizaciones no gubernativas, la cifra va de los 100 mil (uno sobre diez) a los 300 mil civiles (uno sobre cuatro). El apagón de las informaciones impuesto a Chechenia impide una valoración precisa de los efectos desoladores de un conflicto tan despiadado. Pero la censura no puede esconder en todo caso completamente el horror. Bajo los ojos del mundo entero ha sido arrasada una capital, Grozny, con sus 400 mil habitantes, el primer caso después de la destrucción de Varsovia obrada por Hitler en el 1944. Una tal ferocidad no puede ser justificada como una operación anti-terrorismo, como el Presidente ruso Vladimir Putin insiste. Afirman las autoridades militares rusas de deber luchar contra un grupo que cuenta de 700 a 2.000 combatientes; pero qué habría sucedido si los ingleses hubieran bombardeado Belfast o si los españoles hubieran atacado Bilbao, con el pretexto de reprimir respectivamente las revueltas del IRA o de ETA? Sin embargo queda el mundo entero en silencio frente al saqueo de Grozny y otras ciudades y aldeas chechenas. ¿Quizás las mujeres, los niños y todos los civiles que habitan esta región son menos dignos de respeto que el resto de la humanidad? ¿todavía son considerados seres humanos? Nada en el mundo puede justificar la indiferencia mostrada por nuestro silencio.

En Chechenia está en juego nuestro sentido más elemental de moralidad. ¿Puede aceptar el mundo la violación de chicas secuestradas por las fuerzas ocupantes o las milicias? ¿Tenemos que tolerar el infanticidio o el secuestro de muchachitos torturados, mutilados, y revendidos luego a sus familias, vivos o muertos? No se puede decir seguir diciendo "no supimos nada."

En Chechenia está en peligro el principio fundamental que está en la base de la democracia y el Estado civil: el derecho a la vida, comprendido la protección de los inocentes, de las viudas y de los huérfanos. Los acuerdos internacionales y el papel de las Naciones Unidas, deben ser respetados en Chechenia como en cualquier otro Estado. Esta situación pone en riesgo la misma lucha contra el terrorismo.

Ya todo han entendido que el ejército ruso se comporta como un grupo de bomberos pirómanos, alimentando los focos del terrorismo. ¿Por cuánto tiempo todavía queremos ignorar el hecho de que, agitando el espectro del "terrorismo checheno", el gobierno ruso está suprimiendo las libertades conquistadas con la caída del imperio soviético? La guerra chechena sirve sea de máscara sea de justificación del restablecimiento de un poder central en Rusia e impide a las instituciones y a las autoridades combatir y limitar el Kremlín. Firmes en rechazar campañas coloniales y de exterminio, amando a Rusia y convencidos que pueda florecer en un futuro democrático, y ya que creemos que el terrorismo, practicado indiferentemente por grupos de rebeldes o por los ejércitos, tiene que ser condenado, pedimos que la indiferencia sobre la cuestión chechena acabe. Tenemos que ayudar las autoridades rusas a librarse de la trampa que ellas mismos han tendido y en la que han caído, poniendo no sólo en riesgo a los chechenos y a los rusos sino al mundo entero. Sería de veras una tragedia si la cuestión chechena fuera apartada durante la cumbre del G8 (en programa en San Petersburgo en junio próximo). La cuestión chechena y esta guerra horrible e interminable tienen que convertirse en objeto de discusión abierta para ser afrontadas definitivamente de manera pacífica.

André Glucksmann, Vaclav Havel, Prince Hassan bin Talal, Frederik Willem de Klerk, Maly Robinson, Yohei Sasakawa, Karel Schwarzenberg, George Soros, y Desmond Tutu.