"The Amazing Mr. Zappa", Andrés Hispano

Frank Zappa, l’home lliure

Existe una dimensión gráfica de Zappa que no es posible ignorar y que, además, desarrolló en plena coherencia con su principal actividad artística, la música. Las cubiertas de sus discos son la expresión más evidente de su interés por el juego subversivo, también en la imagen que envuelve su música, sirviéndose de ilustraciones con estética propia de los cómics, los cartoons y la publicidad, pero que al mirarlos de cerca ofrecían un contenido bien diferente. De todos los ilustradores que colaboraron en sus cubiertas (Tanino Libertore, Gabor Csupo, Jim White), Cal Schenkel (1947) es el que más número de éstas realizó y el que, junto al animador Bruce Bickford, conforma el comando visual más afín a la sensibilidad del músico.

Los collages de Schenkel, en especial, dan fe de su talento y su capacidad para la provocación y el desconcierto. Para We´re only in it for the money (1968) hizo una parodia del célebre grupo de personajes que Peter Blake reunió en su cubierta para The Beatles (Sgt. Pepper...).La discográfica, temerosa de alguna acción legal contra ella, desplazó la imágen de la cubierta y puso una más convencional del grupo contra un fondo amarillo.

Schenkel también colaboró en las incursiones de Zappa en el cine, o mejor deberíamos decir en el vídeo, ya que fue un verdadero pionero del medio. Tanto Uncle meat (1968, inédita hasta 1987) como 200 Motels (1971) fueron grabadas en vídeo, aunque esta última fuese transferida a cine para su estreno en salas. 200 Motels,en la que Schenkel aparecía como director artístico, incluía un conjunto variopinto de formatos, con segmentos animados (Charles Swenson), actuaciones musicales, parodias, entrevistas y secuencias narrativas aparentemente autónomas.

Pero, en lo referente a las pantallas, quien ha ilustrado e identificado mejor a Zappa fue el animador Bruce Bickford (1947), por quien el músico sentía suficiente admiración como para dedicarle un filme, The Amazing Mr. Bickford (1987). En esta fascinante cinta, de una hora de duración, se funden los mundos artísticos de dos autores que se rinden un mutuo homenaje: Zappa no sólo pone la música, sino que deja constancia del taller de Bruce y de su proceso de trabajo, mientras que este incluye entre sus personajes retratos y caricaturas del músico. La colaboración entre ambos nació mucho antes, en 1977, con el encargo de breves animaciones para su película Baby Snakes.Bickford, que trabaja principalmente animando plastilina, posee un complejo, surreal y, a menudo, brutal imaginario que Zappa integró en su obra como si de una expresión suya más se tratase.

Bickford es protagonista de un documental más reciente sobre su figura que ha cosechado un gran éxito, Monster Road (Brett Ingram, 2004), en el que se evidencia cómo su vinculación con Zappa marca los episodios y producciones más trascendentes de su obra.

2-IV-08, Andrés Hispano, culturas/lavanguardia