el Ministre Wert, braç secular de la reevangelització del cardenal Rouco Varela
En el text, la Conferència Episcopal es queixa de "les dificultats legislatives i administratives, la indiferència i infravaloració per part de pares i alumnes, i fins al menyspreu que l'ensenyament religiós experimenta entre els coneixements científics i socials". No
20-V-13, J.A. Aunión, elpais
los obispos han conseguido con esta reforma (LOMCE) hacer realidad sus reclamaciones: desaparecerá completamente la materia de Educación para la Ciudadanía, será obligatorio estudiar la asignatura confesional de Religión o su alternativa (Valores Culturales y Sociales en primaria y Valores Éticos en secundaria) y, según ha confirmado hoy el ministerio, su nota volverá a contar para todo, igual que las demás. Esto no ocurría desde que se aprobó la ley educativa de 1990 (LOGSE), explica el expresidente de la Federación Española de Profesores de Religión, Rafael Ramírez.
Ahora, la Religión no tiene una materia alternativa, los centros deben ofrecerla pero cada alumno elige si la cursa o no. Su nota cuenta para pasar de curso (se repite con más de dos o tres suspensos), pero no hace media para conseguir becas ni para cualquier proceso competitivo ni de admisión de alumnos. La ley educativa que aprobó el Gobierno del PP en 2002 (LOCE) también preveía para la Religión un estatus muy similar al que establece la actual reforma, pero aquella apenas llegó a entrar en vigor porque el Gobierno socialista la paralizó al llegar al poder en 2004.
La asignatura de Religión ha estado en el centro del debate educativo desde la Transición, con fuertes polémicas siempre condicionadas por el Concordato firmado entre el Estado español y el Vaticano, que establece que se garantizará “la enseñanza de la Religión Católica como materia ordinaria y obligatoria en todos los centros docentes, sean estatales o no estatales, de cualquier orden o grado”. En ese contexto, los obispos siempre han reclamado que la materia confesional fuese evaluable y computara para la nota media así como que tuviera una asignatura alternativa fuerte, para atraer a más alumnos a la materia confesional.
“Con esta medida se intenta frenar el hecho de que cada vez menos niños optan por la Religión. Piensan que puntuando en la media podrán parar la sangría”, opina Fernando Delgado, presidente de Europa Laica. Entre el curso 2000-2001 y el 2009-2010, se registró un descenso de más de ocho puntos, según los datos del Ministerio de Educación. En primaria, se pasó, en una década, del 83,32% de matriculados en Religión al 74,19%. En secundaria, del 63,71% al 54,39%. Y del 47,68% al 41,14% en bachillerato. “La asignatura de Religión tiene que ser ofrecida en condiciones de libertad para los alumnos que la elijan, pero como una asignatura equiparable a las fundamentales”, dijo el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino en octubre.
17-V-13, J.A. Aunión, elpais
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