Moldavia, que oscila entre el deseo de adherirse a la Unión Europea y el de mantener buenas relaciones con Rusia, de la que depende totalmente desde el punto de vista energético, está en una posición cada vez más comprometida. Moscú aumenta la presión sobre la ex república soviética para que renuncie al acuerdo de cooperación energética firmado en 2011 con la UE. A cambio, ofrece una reducción del 30% en el precio del gas que le suministra.

“¿Tentación o coerción?”, plantea un editorialista del Jurnal de Chisinau, que recalca que

la tosca proposición hecha por el ministro de Energía de la Federación Rusa, Aleksandr Novak, da a entender que los rusos están en una posición dominante. [...] De ahí la impresión de que el primer ministro Vlad Filat está sometido a chantaje.

Al hacer esta propuesta, Moscú parece empujar a Chisinau a que se decante por la unión euroasiática promovida por el presidente ruso, Vladimir Putin, en lugar de hacia la UE. “¿Cuál es la mejor manera de que un país pequeño como Moldavia negocie con una gran potencia como Rusia?”, se pregunta el Jurnal de Chisinau. El diario considera que aceptar una proposición de ese tipo conduciría al país al descalabro:

[los ucranianos] ya se sometieron, al ceder Sebastopol y al aceptar que se mantuviese la presencia militar rusa en Crimea. ¿Y? Aún se quejan desesperadamente de que el precio del gas es insufrible. [...] En el ámbito político, el hombre que baja la cabeza no despierta un sentimiento de pena […] Al contrario, invita a la agresión, ya que parece impotente y, por tanto, accesible. Lo mismo sucede si se trata de un Estado.

Dentro de este contexto, entre 1.000 y 7.000 personas se ha manifestado en Chisinau a favor de la unión con Rumanía, de la que Moldavia fue una provincia hasta 1945. Pero ahora que este “mito de origen ancestral” compite con otros dos nuevos mitos, el de la unión con Transnistria, la región rusófona secesionista, y la de la unión euroasiática, el deseo de incorporarse a Rumanía es una noción que queda superada históricamente, tal y como previene el Timpul, puesto que:

la perspectiva de la unión con Rumanía ya está contemplada en el contexto de la integración de Moldavia en la UE y la consecución de la unión con el resto de los rumanos en una dimensión europea única.