a la Obregón la paguem tu i jo
Será porque estos días me toca que Hacienda se me lleve en impuestos un dinero muy bonito que se me va para no volver. Será por eso que estoy mucho más sensible a todo lo público. Será por eso que me ha retorcido la tripa sintonizar la televisión pública, TVE, la que sufrago con mis impuestos, y toparme ahí con Ana García Obregón parloteando durante una hora en Entrevista a la carta (La 1), de Julia Otero.
¿De qué pena me quita a mí saber lo que piensa Obregón? ¿Qué me importa si estudió o no biología? ¿Qué me aportan sus ideas políticas? ¿En qué me enriquece su filosofía (y perdón por el oxímoron)? ¿Viviré mejor si me detalla sus ligues, de dónde viene y adónde va? ¿Me divertirá? No, no, no, no, no y no a todo. Por muchas vueltas que le doy, no entiendo que hace esa mujer en mi televisión, no le veo justificación alguna, ni estética ni moral ni intelectual: ¿para qué entrevistan a Ana García Obregón durante una hora en mi televisión?
Busco y no encuentro argumento alguno que me persuada de que los que mandan en TVE no están burlándose de mi y riéndose del dinero que se me llevan. Como periodista tampoco veo que motiva esta entrevista: si Obregón hubiese destruido las Torres Gemelas, cabría el aliciente y el desafío de asomarse a la mente del mal absoluto. Pero Ana Garcia Obregón, la de los siete enanitos, la de las fotos en bikini de cada verano, la de los mil novios... ¿Será porque su hijo está emparentado con el rey por la vía Lecquio?
Parece que le entrevistan porque ha escrito un libro, proeza que la lleva a Entrevista a la carta: tiene más delito todavía, a menos que TVE haya encomendado a Julia otero entrevistar a todos los que hemos publicado libro este año, que sería un planteamiento con cierto sentido colectivo, mira.
Me gustó escuchar en este programa al escritor Mario Vargas Llosa, aunque sea sólo porque sé que es imposible que le entrevisten durante una hora en ninguna televisión privada. Pero Ana García Obregón... Poco antes le había dedicado tres horas largas un programa de televisión privada, ¡Qué tiempo tan feliz! (Tele 5), de María Teresa Campos. ¿Qué sentido tiene entrevistarla luego en TVE? La televisión pública está para darnos 1-cosas interesantes que 2-jamás nos dará la televisión privada. Lo demás es malversación, malgasto, derroche, despilfarro y desvarío. ¿A cambio de alguna décima de cuota de pantalla? Para eso no pago.
22-VI-12, Víctor-M. Amela, lavanguardia