Erdogan atribueix casàrees i avortaments a un complot
El ministro turco de Salud, Recep Akdag, declaró ayer que Ankara tiene la intención de reducir el número de cesáreas y abortos mediante una modificación legislativa. Lo hizo escasos días después de que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, arremetiera contra el parto por cesárea y calificara al aborto de “asesinato” , prácticas que considera parte de un complot para frenar el crecimiento del país y que atribuyó a “kurdos, kemalistas” y otros sectores de la oposición al Gobierno.
“Soy un primer ministro que esta en contra del parto por cesárea. Considero, además, el aborto un asesinato.” Así se manifestó el premier en dos ocasiones la semana pasada. Desde entonces las criticas, sobre todo por parte de las mujeres, se han disparado en este país.
Erdogan califica al parto por cesárea como algo “no natural” que debería ser erradicado. En defensa de esta postura –y de su jefe– han salido varios representantes del ejecutivo, de su partido, el de la Justicia y Desarrollo (AKP). Desde el 2002 en el Gobierno, el AKP se considera musulmán- conservador. Dos años después de su llegada al poder este Ejecutivo ya se distinguió por apoyar una moción de ley que hubiera penalizado el adulterio, que fue tumbada debido a la presión de Bruselas...
Pero sobre todo fueron las declaraciones de Erdogan contra el aborto las que han sembrado la polémica. Aparte de considerarlo un crimen mortal, el primer ministro recalcó: “Nadie puede tener el derecho de permitir el aborto. No existe una diferencia entre matar al bebé en el vientre de la madre o hacerlo después”.
Las críticas se han sucedido, desde protestas callejeras de feministas hasta comentarios en la red social Twitter, pasando por columnas de opinión y declaraciones de partidos opositores. El Colectivo de Mujeres Feministas realizó una sentada frente al despacho de Erdogan en el palacio otomano de Dolmabahçe. “Cinco mujeres son asesinadas cada día (en Turquía), ¿por qué no hablas sobre eso, primer ministro?”, se podía leer en una de sus pancartas.
30-V-12, R. Ginés, lavanguardia