´Materias primas: ¡pinchen la burbuja!´, César Molinas

Qué papel tiene la especulación financiera en la subida de los precios de las materias primas? Para algunos analistas, con Paul Krugman a la cabeza, el alza vertiginosa de los precios del petróleo, del trigo, del algodón, del oro y de muchos otros recursos básicos obedece a causas fundamentales: la oferta es incapaz de seguir el ritmo de una demanda que se dispara. Los chinos y los indios, cada vez más ricos, quieren consumir más trigo, carne y leche, quieren comprarse más camisas y vestidos, quieren ponerse más collares y pulseras de oro y, sobre todo, quieren conducir más y más automóviles. Como todo buen maltusiano sabe desde finales del siglo XVIII, el planeta Tierra, con recursos naturales limitados, no es capaz de satisfacer esta demanda desbocada. El petróleo subirá primero a 200 dólares por barril, luego a 500 y más tarde a 1.000 y más, hasta que la recalcitrante humanidad se adapte a las duras realidades planetarias.

Mi versión de lo que está ocurriendo es muy distinta. Por diversas razones que no voy a repetir aquí, la economía global está sometida a un exceso de liquidez que se ha hecho crónico. Esta situación genera burbujas en todo tipo de activos, tanto financieros como reales. En la última década hemos vivido, por orden cronológico, la burbuja tecnológica, la burbuja de la renta fija y el crédito, la burbuja inmobiliaria y, ahora, la burbuja de las materias primas. No está mal para un período de tan sólo diez años. En el resto de este artículo discutiré, en primer lugar, la evidencia de que es la especulación financiera, la que está inflando de manera exagerada el precio de las materias primas. En segundo lugar, analizaré las acciones legislativas que está contemplando el Congreso de EE. UU. para poner coto a esta especulación. Por último, me detendré en las probables consecuencias de dichas acciones, si es que acaban teniendo lugar.

¿Cómo explicar lo ocurrido, por ejemplo, con el precio del trigo? En los siete meses transcurridos entre septiembre de 2007 y marzo de 2008 el precio en los mercados internacionales subió un 125%. A continuación, en sólo seis semanas cayó un 40%. En las últimas cuatro semanas ha subido un 15%. ¿Ha habido noticias dramáticas por el lado de la oferta como catástrofes meteorológicas o plagas que hayan afectado al mercado? No, que yo sepa. ¿Ha habido sucesos dramáticos por el lado de la demanda, por ejemplo alguna epidemia de inapetencia intermitente en la India o en China? No, que yo sepa. ¿Entonces?

LOS COMPRADORES OPORTUNISTAS En su ya famoso testimonio del pasado 20 de mayo ante el comité de Seguridad Nacional del Senado de EE. UU., Michael W. Masters explicó con todo detalle las consecuencias de la aparición de un nuevo tipo de especulador en los mercados de materias primas agrupados en el Chicago Board of Trade (CBOT). El CBOT ha distinguido, desde 1938, dos tipos de participantes en sus mercados. Por una parte están los comerciales, que son aquellos que realizan operaciones de cobertura previas a la entrega física de la mercancía. Los comerciales no tienen limitado, a priori, el tamaño de las posiciones (o sea, el riesgo) que toman en los mercados de futuros. Por la otra parte están los no comerciales o especuladores oportunistas, que no reciben la mercancía y que son admitidos para dotar a los mercados de mayor liquidez. Estos últimos, que típicamente compran cuando los precios caen y venden cuando suben, tienen severamente limitado el tamaño de sus posiciones.

La novedad es que en los últimos años muchos inversores institucionales (fondos de pensiones, de inversión, compañías de seguros, hedge funds…)han ido tomando posiciones en los mercados de materias primas. Muchos de ellos no lo hacen de manera oportunista, sino como resultado de decisiones estratégicas de cartera (buy and hold),lo que les distingue del especulador no comercial. Cuando los precios suben compran y cuando los precios caen no venden. Masters estima que estos especuladores buy and hold tienen el 64% del interés abierto (open interest)del mercado del trigo (¿se va aclarando el párrafo anterior?), el 31% del de petróleo WTI, el 63% del de la carne, etc.

Lo realmente chocante, como señala Masters, es que el CBOT clasifica a la inversión buy and hold como comercial, con lo que no hay límites regulatorios al tamaño de sus posiciones, que están creciendo al ritmo de 635,8 millones diarios en lo que llevamos de año. Solamente en petróleo, la demanda de estos inversores ha aumentado en casi 900 millones de barriles en los últimos cinco años ¡lo mismo que la de toda China!

COTO A LA ESPECULACIÓN Joseph Lieberman, presidente del comité de Seguridad Nacional del Senado de EE. UU., ha anunciado que propondrá legislación para atajar este tipo de especulación, exigiendo que los especuladores buy and hold sean reclasificados como no comerciales. En el mismo sentido se ha manifestado Bart Stupak, de la Cámara de Representantes. Espero que tengan éxito, aunque reconozco que se enfrentan a potentísimos intereses creados, empezando por los del propio CBOT. Si esa legislación se aprueba, el pinchazo de la burbuja de las materias primas está cantado. Podríamos ver el petróleo más cerca de los 50 dólares (31,8 euros) que de los 100 dólares (63,6 euros) por barril en los próximos meses.

Quiero terminar con un ruego a nuestros gobernantes. La especulación en materias primas no sólo afecta a la macroeconomía, sino también de manera dramática y directa a cientos de millones de personas, los más desfavorecidos de la sociedad global. La actual alza de precios no es inevitable, no responde a un castigo divino por las supuestas incontinencias consumistas de la humanidad. Hagan, por favor, presión en los foros internacionales para que se ponga coto a la especulación.

 

29-VI-08, César Molinas, Socio fundador de la consultora Multa Paucis. Anteriormente fue managing director de Merrill Lynch y director general de Planificación del Ministerio de Economía y Hacienda, dinero/lavanguardia