Hace poco se constituyó la comisión de expertos que actualizará la balanza fiscal de Catalunya, a instancias de la Conselleria d´Economía. Sus miembros forman un verdadero dream team en la materia, y pronto tendremos los nuevos cálculos con datos del 2006, en un contexto en que se ha anunciado la publicación de las balanzas fiscales elaboradas por la administración central. Es probable que las balanzas fiscales tengan un peso muy limitado en la negociación de la financiación autonómica. Pero, al menos (y no es poco), ofrecerán transparencia sobre los flujos fiscales entre territorios. Por ello, pueden ser de gran utilidad para que haya más comprensión sobre qué pasa realmente en España. Y útil será todo lo que pueda ayudar al conseller Castells en este difícil e importante proceso de negociación.
En este sentido, sería bueno que tuviesen más difusión las estimaciones de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) sobre la riqueza regional y la renta de las familias, que ajustan la renta disponible a la paridad de poder adquisitivo (ppa). Al corregir por el nivel de precios relativos en cada región se mide la capacidad de compra real, pues el poder adquisitivo de los recursos es diferente en cada territorio. Por esto, es norma habitual en la UE proporcionar los datos sobre riqueza y renta relativa en cada Estado miembro ajustados por ppa. Con esto se reconoce que 1.000 euros en Holanda permiten adquirir menos bienes y servicios que 1.000 euros en Bulgaria. El mismo criterio debería aplicarse dentro de los estados, sobre todo si son grandes y tienen diversidad interna.
Pues bien, las estimaciones de Funcas para el 2006 revelan una situación singular. Catalunya, con el 116% de la media, es la cuarta región española en riqueza relativa (PIB per cápita), tras Madrid, País Vasco y Navarra. Pero al mirar la renta por habitante ajustada por ppa Catalunya está por debajo de ocho regiones españolas y de Melilla, aunque sigue ligeramente por encima (104,6%) de la media española. Esto se debe a que la renta (ppa) en Catalunya es 2/ 3 de la riqueza creada. En cambio, tal porcentaje es mucho mayor - entre el 71% y el 82%- en Aragón, Castilla y León, La Rioja o Cantabria. Por esto, las familias de estas regiones tienen más poder de compra que las catalanas, aunque produzcan menos riqueza. La combinación de impuestos, subsidios y gasto central por un lado, y el mayor nivel de precios en Catalunya por otro explican tal resultado.
Es habitual que las regiones más ricas aporten más. Pero un resultado como el de España, en el que las familias de regiones que transfieren fondos quedan con menos poder de compra que las de algunas regiones receptoras, es excepcional, y no tiene parangón en nuestro entorno. Algo funciona mal en el sistema fiscal. Ojalá que la revisión de la financiación sirva para mejorar la situación.
24-V-08, Germà Bel, lavanguardia