EL LECTOR EXPONE:
ANA MARQUÉS VILALLONGA - Barcelona
Según el anteproyecto de la ley de Educación de Catalunya, para tener derecho al servicio público de educación debo escolarizar a mis hijos en una escuela mixta.
Soy partidaria de la educación diferenciada porque considero que así los alumnos y alumnas están más por lo que toca, que es aprender, y no perdiendo el tiempo con tonterías de adolescentes. Las chicas estudian más tranquilas si no han de estar tan preocupadas por cómo se visten o peinan… ¡para ir al colegio! Y los chicos no andan tan despistados o haciéndose los supermachos. Reconozco que la educación mixta también tiene sus ventajas, pero no es la única opción. ¿Por qué no puede haber escuelas públicas de educación diferenciada? Si no hay opciones, no hay libertad: los que mandan ya han decidido por mí. ¿Estoy sola? ¿O alguien más piensa como yo?
LA RESPUESTA:
GREGORIO LURI - Filósofo y pedagogo
Me admira su valor, que la arriesga a pasar por cavernícola partidaria del género, en este tiempo infectado de dogmas redentores. Aunque en una democracia desacomplejada ninguna pregunta es impertinente, usted, en la nuestra, provoca. ¡Se atreve a preguntar por qué las autoridades no subvencionan necesidades, sino necesidades tamizadas ideológicamente! Mire, yo soy partidario de la enseñanza mixta y creo que por buenas razones, pero ninguna de ellas me permite comprender por qué los impuestos que pagamos ambos subvencionan mis valores y no los suyos, cuando lo que usted pretende no parece ir contra el Código Penal. Sólo puedo constatar que usted está midiendo el grado de liberalismo de nuestras convicciones democráticas.
9-V-08, cartas de los lectores, lavanguardia