En Italia tienen un gran imbroglio que afecta a aeropuertos y aerolíneas. La situación es como sigue: Alitalia (aerolínea "de bandera") lleva tiempo al borde de la quiebra. El Gobierno italiano lleva ya dos años intentando vender su 49% y que Alitalia sea totalmente privada. Tras tan largo proceso, Air France-KLM (AFKLM) es la mejor situada para la compra. De hecho, ya comparten alianza (SkyTeam), y se mantendría un centro de conexiones (hub)de segundo nivel en el sur de Europa (suplementario a París-CDG y Amsterdam-Schippol).
Pero hay una novedad relevante sobre el centro de conexiones: AF-KLM quiere trasladarlo de Milán a Roma. A veces se dice que AF-KLM quiere simplificar de dos a uno los hubs en Italia. No es así: Roma no es un verdadero hub de Alitalia para larga distancia. En el invierno de 2005-2006, la compañía operaba más de 70 frecuencias transcontinentales a la semana en Milán (la mitad del total), mientras en Roma operaba sólo 18 frecuencias semanales (el 20% escaso del total). Los números actuales son similares. En realidad, la lógica de trasladar de Milán a Roma el hub se explica porque Milán está más cercano a París y a Amsterdam (lo que hace que pueda competir mejor con estos, lo que Roma haría peor). En fin, nada ilegítimo en la lógica de la empresa compradora.
Pero un punto (entre otros) complica el proceso: la sociedad gestora de aeropuertos de Milán (SEA, 85% de la ciudad, 15% de la provincia) ha anunciado una demanda judicial contra Alitalia por incumplir compromisos adquiridos, que habían generado inversiones y otros gastos por 1.250 millones de euros. La cifra es alta (más de lo que ofrece AF-KLM por Alitalia), y AF-KLM ha exigido a Prodi que evite la demanda. Pero el Gobierno central no controla la gestión del aeropuerto de Milán (ni de Roma, ni ningún otro), por lo que se ha limitado a señalar que Milán sería responsable de la quiebra de Alitalia. Claro que desde Milán se le ha contestado que el primer ministro de Italia debería saber que - para el país en su conjunto- la dimensión económica del aeropuerto de Milán es mayor que la de Alitalia. En fin: un lío, que veremos cómo acaba, pues AF-KLM exige también la aprobación de la compra por el nuevo Gobierno.
Con todo, lo que me parece más destacable es la capacidad de los gestores de Milán para defender los intereses de su aeropuerto y de su territorio. Veremos en qué queda al final la demanda económica, pero el mensaje lanzado es muy claro: no es bienvenido al aeropuerto de Milán quien perjudica sus intereses. ¿Se imaginan ustedes que la aerolínea dominante en España anunciase el abandono de sus operaciones de valor añadido en Barcelona? ¿Cuál creen que sería la reacción del gestor del aeropuerto? Vaya, se acabó el espacio y además lo que toca hoy es Milán… Malpensa.
1-IV-08, Germà Bel, ñavanguardia