La cámara de apelaciones del Tribunal Penal Internacional para Ruanda rechazó ayer el recurso presentado por el sacerdote católico Athanase Seromba, de 44 años, condenado en el 2006 a quince años de prisión por su participación en el genocidio de 1994 en ese país africano, y elevó su pena a cadena perpetua. El sacerdote ruandés era el responsable de una parroquia en la que por orden suya fueron masacrados 1.500 tutsis que se habían refugiado huyendo de los hutus.
13-III-08, efe, lavanguardia