entrevista al abogado de Jodorkovski

"Rusia es hoy más corrupta que Nigeria"

Robert Amsterdam.
Tengo 49 años. Nací en Nueva York, y ahora me he instalado en Londres. Soy abogado. Estoy casado y tengo cinco hijos, de 21 a 4 años. 'Política? Defensor de los Derechos Humanos. 'Dios? Soy de familia judía. Putin ha enviado a Siberia a Jodorkovski tras robarle su petrolera, ¡y los gobernantes occidentales miran hacia otro lado!

- ¿Cómo está Mijail Jodorkovsky?

- Temo por su vida. Le han enviado a cumplir siete años de condena... ¡a Siberia!

- ¿Por qué a Siberia?

- Porque lo hacían los zares, lo hacía Stalin. Es una atávica manera de Putin de vocear su poder absoluto, de decirle a Rusia: "Ya lo veis, aquí y ahora... ¡el zar soy yo!".

- Da miedo.

- Sí, ¡pero es Putin quien le tiene miedo a Jodorkovsky! Mi cliente es una amenaza para el poder autocrático de Putin en Rusia.

- ¿Por qué?

- Porque es un hombre de talento y un demócrata que ha criticado la corrupción estatal, que defiende la iniciativa individual y la ayuda a los desfavorecidos. No tuvo un juicio justo, y ahora Putin lo envía a Siberia para "ablandarle" y que se calle, para que deje de luchar por sus legítimos derechos.

- ¿Qué derechos le han pisado a su cliente?

- ¡Todo el mundo en Rusia sabe que el Estado le ha robado Yukos, su petrolera!

- ¿No fue una expropiación?

- ¡Un robo! El Estado le quitó el 60% de Yukos a cambio de 9.000 millones de dólares, ¡cuando sólo los activos de Yukos están valorados en 32.000 millones de dólares..!

- ¿Y accedió Mijail Jodorkovsky a la propiedad de esa petrolera de forma limpia?

- Sí: en 1994 compró acciones de Yukos en subasta pública, durante las privatizaciones de las viejas empresas públicas soviéticas.

- ¿No hubo nada irregular en esa compra?

- No. Jodorkovsky pagó el precio estipulado, ¡y luego hizo crecer y crecer Yukos gracias a su enorme talento!

- ¿Cómo lo hizo?

- Mijail Jodorkovski es un innovador: ¡en muy poco tiempo logró reducir en cinco veces el coste de extracción del petróleo!

- ¿Qué formación tiene Jodorkovsy?

- Es ingeniero y un verdadero hombre de ciencia. También es jurista. Tiene 41 años y es un hombre de una inteligencia extraordinaria. Para mí es un verdadero genio.

- ¿Cómo le conoció?

- Él se presentó en mi despacho de Washington en verano del 2003. Supo que yo trabajaba en defensa de los derechos humanos ante una familia oligárquica que se ha apoderado del Estado en Guatemala, y pensó que yo podía ayudarle.

- ¿Qué sabía usted de él?

- Sólo que era un mago de los negocios.

- ¿Y qué impresión le causó de entrada?

- Enseguida le entendí, porque mi tesis doctoral había versado sobre la política en la vieja URSS: conozco bien el mundo en el que se crió Jodorkovski. Y por eso supe que tenía ante mí a un pionero, a un revolucionario: defendía la transparencia, los derechos humanos, la política democrática...

- ¿No hay nada de eso en la Rusia de Putin?

- Rusia es una autocracia, un Estado policial emergente. Ylo he vivido en mi persona.

- ¿Cómo es eso?

- El pasado 22 de septiembre estaba yo en mi habitación de hotel de Moscú cuando se presentaron cinco policías secretos. Querían llevarme a comisaría. Me negué. Me expulsaron de Rusia, y ahora no puedo volver.

- ¿A cuánto sube la fortuna de su cliente?

- No lo sé, sólo sé que ha mermado mucho.

- ¿Conoce usted a su familia?

- Sí, viajé a Moscú con él. Sus padres han trabajado durante 40 años como obreros en fábricas soviéticas: son personas de acero, rectas. Conociéndoles, entiendes los principios éticos de Mijail Jodorkovsky...

- ¿Habla de un negociante o de un santo?

- Es hombre de negocios, pero con una visión social: ha creado una fundación que dedica 150 millones de dólares al año a educación y a ayuda a desfavorecidos. Y lo hace por convicción, no por un cálculo de imagen.

- ¿No lo hace por ambiciones políticas?

- Él quiere una política limpia para Rusia, claro. Y apoya la plataforma Rusia Abierta.

- ¿Lo ve?

- Mire, Jodorkovsky es judío, y lo bastante inteligente como para saber que un judío jamás podrá presidir Rusia...

- Vaya...

- No le mueve el poder personal, sino un noble impulso empresarial, político y social.

- ¿Qué cree que temía Putin de Yukos?

- ¡Muchísimas cosas!

- Cíteme sólo tres.

- Una: Yukos iba entrar en el gas natural, negocio ahora de la empresa pública rusa, dominada por el entorno personal de Putin.

- Dos.

- Yukos proyectaba un oleoducto a China, otra amenaza para otra empresa pública.

- Y tres.

- Yukos denunció en televisión la venta ilegal y corrupta de una empresa pública rusa.

- ¿En beneficio del entorno de Putin..?

- Sí. ¡Rusia es hoy más corrupta que Nigeria! Y lo sé porque he trabajado en Nigeria.

- ¿Y cómo podría cambiarse esa dinámica?

- Sé que hay gente honrada en el círculo de San Petersburgo, hartos de Putin: sus abusos acabarán por crearle muchos enemigos...

- Mientras tanto, su cliente lo tiene crudo...

- Por eso estoy ahora apelando al valor de los líderes occidentales, para que denuncien la violación de derechos humanos en Rusia.

- ¿Y por qué cree que no lo hacen?

- Como Alemania, por asegurarse ventajas en la compra de gas y petróleo rusos... ¡Schroeder se reunió 42 veces con Putin en un año! Y, así, Putin sigue manipulándolos...

- ¿Y qué hace Bush?

- Confío más en líderes valientes como Zapatero. España es un país combativo en la defensa de los valores y derechos humanos. ¡Estoy seguro de que aquí sabrán ver que no sólo Estados Unidos los transgrede...!


Robert Amsterdam se enfrenta a solas con la Rusia de Putin en peso. Denuncia que vulnera las leyes de la competencia y que Europa calla: "Por oportunismo económico, Europa sacrifica sus propios valores...". Y lamenta que los bancos occidentales aún presten dinero a Putin... Me parece estar viendo al James Stewart de ´Caballero sin espada´, a un abogado de película de Frank Capra. La verdad es que este Amsterdam resulta un tipo apasionado y convincente. Un buen abogado: de los 100 mejores del Reino Unido, según la última encuesta hecha allí. Le sugiero que su hombre es Garzón, y asiente... Pero su prioridad ahora es "que devuelvan a mi cliente a Moscú, donde viven sus padres, su esposa y sus cuatro hijos". Ha hablado de todo esto en la facultad de Derecho de la UB.

Víctor M. Amela, La Contra/lavanguardia, 5-XII-05