´Nos vienen con arbitrismos´, José Antonio Millán
Se nos cuenta que la Real Academia quiere terciar en las abreviaturas de los mensajes cortos telefónicos, y detecto en la noticia un prurito típico de la institución: el de dejar su huella en la modernidad tecnológica, cosa que intenta desde hace tiempo. Pues bien: ahora nos sorprende la noticia de que estudia elaborar "una tabla de abreviaturas para los SMS".
Si se lleva a término, esta intervención (normativa o como sugerencia) será una de las mayores vaciedades y pérdidas de tiempo de la época actual. Los mensajes cortos son un procedimiento de comunicación privado, de gran auge entre la juventud, que está creando sus códigos. Y una cosa es que haya normas, como la ortografía, para la comunicación pública (garantía de inteligibilidad), y otra distinta meterse en lo que hacen libremente los individuos con su lengua, incluido jugar con ella… ¿Quién va a hacer caso de que la RAE proponga abreviar xq o prq?Desde luego, no los principales usuarios de los mensajitos. Y además, ¿sobre qué base va a proponer una solución u otra, si el campo de las abreviaciones en canales pobres de comunicación no es uno de los propios de la institución? Y sobre todo, ¿para qué?
Desde la salida de su primer CD-Rom, la Academia percibió la importancia de las nuevas tecnologías. Tiene avances loables y utilísimos, como su web con acceso a los diccionarios y corpus académicos. Pero diríase que ha perdido el norte, y que su acción quiere cubrir omnímodamente toda letra escrita o palabra proferida en el orbe hispanohablante, y todo uso del español en el mundo digital. Hay muchas cosas que hacer en el dominio de las lenguas digitales, pero quizás no las que se están haciendo. Por ejemplo, la RAE trabaja en "un corrector de Microsoft". Probablemente, a la sociedad española le encantará saber qué acuerdo exacto tiene con Microsoft, y sobre todo por qué razón las tecnologías lingüísticas que ha desarrollado con apoyo de fondos públicos y mecenazgo privado no están a disposición de las industrias de la lengua locales. Para disfrutar de ayudas digitales en mi lengua quiero más opciones, aparte de comprar programas del gigante de Redmond.
Cuando nos queramos dar cuenta, estaremos pagando al exterior por usar nuestra lengua digitalmente, y los países hispanohablantes carecerán de desarrollos propios y compartibles en herramientas lingüísticas digitales. ¡Y mientras tanto nos vienen con arbitrismos sobre los SMS, como si fueran problemas clave de la lengua!
José Antonio Millán, especialista en lengua y nuevas tecnologías http:// jamillan. com
19-I-08, lavanguardia