La ministra de Fomento (del dislate) acaba de hacer donación al Consistorio de El Prat de una estructura metálica de 400 metros cuadrados para que pueda ser reutilizada como plaza cubierta, a modo de monumental pérgola. Los habitantes de esta localidad del Baix Llobregat, a quienes no les llegaba la camisa al cuerpo cuando empezaron a aparecer las primeras grietas en algunas viviendas por el túnel del AVE, han recibido una glorieta a modo de obsequio navideño inesperado. Magdalena Álvarez ha demostrado su corazón de Santa Claus navideño regalando al municipio un mecano prácticamente montado, que servirá para la convivencia vecinal los días de frío o lluvia.
El obsequio es resultado directo de un monumental despropósito de la ministra que, viendo que no podía cumplir la fecha anunciada del AVE hasta Barcelona (el 21 de diciembre), publicitada en vallas a la entrada de la ciudad, decidió establecer una estación final provisional en El Prat, para lo cual levantó en una noche esta gran glorieta junto al apeadero de cercanías de Renfe, a fin de darle a esta parada un carácter de estación término, con suficiente espacio para los servicios que requería. Si todo parece un descomunal despropósito, este aumenta de tamaño cuando se conoce que la decisión de la ministra Álvarez no fue comunicada al alcalde de El Prat, que un buen día se fue a dormir con un espacio despejado y se despertó con un Transformer en mitad de esa gran superficie a la mañana siguiente. Cuando el asunto saltó a la prensa, el presidente Zapatero llamó a capítulo a la titular de Fomento, apelando a la frase tarradelliana de que en esta vida se puede hacer casi todo menos el ridículo, para paralizar la ocurrencia.
Con buen criterio, el Consistorio pratense y Adif han decidido darle una salida al mecano, invirtiendo unos miles de euros más en darle una utilidad, aunque sólo sea para no escandalizar a los ciudadanos, viendo que el dinero público sirve para malgastarlo miserablemente en ideas de bombero de una ministra sin método. Así que habrá plaza cubierta allí donde iba la ampliación de la estación, para lo cual se instalarán bancos, papeleras, árboles y plantas para acondicionarlo como equipamiento. En cualquier caso, será una plaza con fecha de caducidad, como los yogures, pues en un par de años allí se construirá una nueva estación intermodal, cuyo concurso ha ganado el arquitecto gallego César Portela. No hay nombre decisivo para esta plaza, provisional como el cargo de Magdalena Álvarez, que con toda seguridad, y a tenor de su hoja de servicios, no repetirá en el cargo aunque gane el PSOE. No estaría de más bautizarla como la pérgola del profesor Franz de Copenhague, aquel personaje que popularizó "los grandes inventos delTBO",expresión que pasó al lenguaje popular para tachar una idea de absurda o estrafalaria.
Lo que no tiene vuelta de hoja es que la gloria de la ministra habrá quedado finalmente en simple glorieta.
16-XII-07, lavanguardia.