"Ave María", Màrius Carol



Uno de los fondos de inversión más rentables de Estados Unidos es Ave María, que ha subido este año el 23 por ciento. Lo curioso de este producto financiero es que sus gestores invierten únicamente en aquellos valores que consideran éticos. Entre las 3.000 compañías estadounidenses hay más de 300 que no cumplen los requisitos morales impuestos por Ave María.

Contrariamente a lo que pueda pensarse, el concepto ético se aplica casi exclusivamente a la moral sexual de las personas. Entre los últimos valores excluidos figura la compañía Disney, por haber donado dinero a una fundación de planificación familiar; Pfizer, por producir productos como Viagra; AOL Time Warner, por transmitir pornografía en Internet; o Avon y McDonald's, porque su política de beneficios incluye a las parejas de empleados que no están casados. Los directivos de Ave María están más preocupados por el sexto mandamiento que por los otros nueve. No pasa nada por invertir en empresas relacionadas con la industria armamentística o a aquellas que se niegan al reparto de genéricos en el Tercer Mundo. Por lo demás, uno de sus fundadores es el impulsor de una conocida marca de comida basura, que tantos dólares cuesta a la sanidad pública y privada.

Ave María es hija natural de la Escuela de Economistas de Chicago, cuya influencia se convirtió en una especie de filosofía moral. En esta línea, una iglesia de San Francisco, la Saint John's Lutheran Church, expuso hace unos años en un folleto que los feligreses podían entregar un donativo a la iglesia por un periodo de 90 días y, si pensaban que en este tiempo no habían recibido los favores o se reconocían decepcionados con las prédicas, podían recuperar sus entregas.

El fondo Ave María parece fundamentado en el mismo criterio, aunque sus administradores no se atreven a ir tan lejos como sus colegas de San Francisco. Uno de ellos, George P. Schwartz, señala que no son teólogos, sino profesionales de la inversión, y que persiguen la rentabilidad. Pero ello no es obstáculo para salirse de H & R Block, una consultora de servicios financieros e informáticos que incluye entre sus beneficiarios parejas de hecho, a pesar de su alta rentabilidad.

Ave María se nutre de los 600.000 inversores católicos conservadores que se calcula que viven en Estados Unidos, obsesionados por los pecados relacionados con el sexo. Uno de ellos debe de ser el fiscal Starr, cuyo informe contra Bill Clinton, que fue la base del “impeachment”, hace aparecer la palabra “sexo” 581 veces en las 445 páginas de su informe, según acaba de recordar Hillary en sus “Memorias”.

lavanguardia, 5-IX-03