China reaccionó a la rebaja de la calificación de la deuda estadounidense con una fuerte reprimenda al Gobierno de Washington e incluso propuso establecer una nueva moneda global de reserva más estable. "El Gobierno de Estados Unidos debe aceptar el doloroso hecho de que los buenos días de antaño, cuando podía endeudarse para salir de problemas creados por él mismo, finalmente se han terminado", afirmó la agencia oficial de noticias china Xinhua, en un duro comentario recogido por Reuters.
"Los días en que el Tío Sam, cargado de deuda, podía fácilmente dilapidar cantidades infinitas de préstamos del extranjero parecen terminados", insistió la agencia. Y recordó que el miércoles pasado la agencia china de calificación de riesgos Dagong ya rebajó la nota de la deuda americana. Además, Pekín reprochó a Estados Unidos su "adicción a las deudas" y "miopía" política. "China, el mayor tenedor de deuda de la única superpotencia mundial, tiene ahora todo el derecho de exigir que Estados Unidos aborde sus problemas estructurales de deuda y garantice la seguridad de los activos en dólares de China", insistió. También instó a Estados Unidos a aplicar el "sentido común", reduciendo los "enormes gastos militares" y el "hinchado coste social", y sostuvo que nuevas rebajas en la calificación de deuda posiblemente socavarían la recuperación económica global, desatando otra ronda de caos financiero. "Debería crearse una supervisión internacional sobre el tema de los dólares estadounidenses, además de una nueva, estable y segura moneda de reservas mundiales como opción para evitar una catástrofe causada por un único país", agregó.
El tono empleado por Pekín habría sido impensable hace unos años, pero lo cierto es que hoy China tiene motivos para elevar la voz a la vista del volumen de inversiones que tiene en juego. China tenía en mayo unos 1.600 millones de dólares (algo más de 1.100 millones de euros) en bonos estadounidenses. Y su posición internacional se ha visto reforzada también con la crisis de la zona euro, que ha obligado a los gobiernos - entre ellos al español-a cortejar a las autoridades de Pekín para que compren deuda.
Frente a la acritud de Pekín, los otros países acreedores se mostraron sosegados. El ministro de Negocios británico, Vince Cable, respaldó el llamamiento de China a la necesidad de establecer otra moneda mundial de reserva, pero dijo que por el momento el dólar estadounidense sigue siendo clave. "Este debate se ha producido durante mucho tiempo y sería una camino sensato para el mundo, pero no es algo que vayamos a hacer de la noche a la mañana", señaló. "A corto plazo, el dólar estadounidense es una moneda internacional clave, y aunque francamente, los congresistas estadounidenses hicieron un desastre hace unas semanas, han vuelto a la senda, han decidido gestionar el tema de la deuda de una forma prudente", dijo.
Francia, por su parte, expresó su confianza en que Estados Unidos saldrá del "difícil periodo". "Tenemos total confianza en la solidez de la economía americana y en sus fundamentos", en palabras del ministro de Finanzas francés, François Baroin.
Y Japón, el segundo acreedor después de China, aseguró que su programa de compra de deuda estadounidense permanecerá inalterado. "Nuestra confianza hacia los bonos del Tesoro americano y su atractivo como inversión no cambia con esta acción", dijeron fuentes del Gobierno nipón en referencia a Standard & Poor´s.
7-VIII-11, red, lavanguardia