El sistema de devolución ha permitido alcanzar cotas de recuperación de envases del 95% en Alemania, y se aplica con éxito en treinta países y regiones, entre ellos Holanda, países escandinavos, nueve estados de Estados Unidos y varias provincias de Canadá.
La propuesta para implantar en España el sistema de depósito, devolución y retorno de envases al comercio choca con múltiples obstáculos. La Confederación Española de Comercio, pequeños comerciantes y la sociedad que gestiona la recogida de envases (Ecoembes) presionan para que esta opción sea eliminada en el proyecto de ley de Residuos, que se tramita en el Senado.
El texto actual de la ley de Residuos abre la puerta a la devolución del envase usado al comercio, una idea lanzada para ampliar la actual tasa de reciclado. Los envases estarían gravados con una pequeña cantidad (25 céntimos), con lo que el fabricante asumiría que es el principal responsable de los residuos, mientras que el usuario evitaría arrojarlos en cualquier sitio deseoso de recuperar el depósito entregado a cuenta. Los envases usados serían reutilizados o reciclados. La devolución se haría con máquinas cuya boca les identifica y entrega un ticket al cliente para usarlo como vale de descuento o para convertirlo en dinero.
La propuesta fue planteada por la Fundación Retorna y cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente. Los expertos proponen aplicar el sistema para mejorar los pobres resultados del reciclado de envases de plásticos, que no alcanzan ni el 30%, según datos oficiales. El anteproyecto dice que "se podrán adoptar medidas" destinadas a facilitar este sistema, pero no lo hace obligatorio, sino que su implantación queda condicionada a que se demuestre su viabilidad. "Sólo hemos abierto la opción a que, si es viable técnica y ambientalmente, se pueda instaurar, previo debate parlamentario", dice Medio Ambiente. La medida afectaría a envases de plástico y de metal de agua mineral, bebidas refrescantes, zumos y cervezas
Sin embargo, la idea ha sido contestada por la Confederación de Comercio. Sostiene (en carta al Ministerio) que comportaría sobrecostes para sus asociados, quienes, además "no disponen ni del espacio suficiente ni de los recursos necesarios para equiparse con máquinas para la recogida de los envases". También se opone Ecoembes, que gestiona los ingresos del punto verde que grava los envases para financiar la recogida del contenedor amarillo. Alega que afectaría a unos 91.000 establecimientos, de los que sólo 10.000 (grandes supermercados) tendrían capacidad para instalar máquinas automáticas de retorno; en el resto (pequeños comercios), el retorno sería manual, lo que "implica una logística compleja y cara", señala Antonio Barrón, su director de comunicación. Según él, se necesitarían 460 millones de euros en compra de máquinas de retorno y otros componentes, y otros 570 millones de euros anuales para costos de explotación. Ecoembes aduce que no es verdad que se recicle menos del 30% (con lo que cuestiona los datos oficiales), sino el 65,9% de sus envases adheridos. El diferencial de los datos se debe a que esta entidad no agrupa a todos los fabricantes de envases, muchos de los cuales no pagan el punto verde. Mientras, CiU ha presentado unas enmiendas a la ley en las que condiciona la implantación de este sistema a que se cuente con los "sectores implicados" o sólo se recurra a él si no se alcanzan las metas europeas de reciclado.
"Ni el PSOE ni CiU tienen una verdadera voluntad de impulsar esta idea. El PSOE pone trabas, pues dice que antes de implantarse debe haber un real decreto, y CiU lo deja todo en manos del Estado", comenta Mercè Girona, de la Fundación Retorna. El sistema de devolución ha permitido alcanzar cotas de recuperación de envases del 95% en Alemania, y se aplica con éxito en treinta países y regiones, entre ellos Holanda, países escandinavos, nueve estados de Estados Unidos y varias provincias de Canadá.
14-VI-11, A. Cerrillo, lavanguardia