Los ciudadanos de buena fe se preguntan: ¿cómo es posible que estemos tan mal, cómo vivíamos tan confiados, sin ver lo que se nos venía encima? La respuesta está en el arte de la manipulación política. Más concretamente, en un recurso estratégico llamado "paso a paso". Consiste en adoptar o inducir decisiones aparentemente aisladas, pero cuya finalidad es conducir insidiosamente a un resultado último previsto de antemano. Así, las víctimas de la manipulación no tienen visión de conjunto ni capacidad de reacción.
Primer paso. Un día nos despertamos con el sistema financiero mundial a punto de estallar porque, nos dicen, una serie de insolventes norteamericanos no podían pagar la hipoteca. ¿Alguien se puede tomar en serio tan absurda relación de causa a efecto? Si un deudor no puede pagar la hipoteca de su casita de Nueva Jersey, simplemente devuelve la casa al banco. El banco tiene un activo y además tiene el dinero que haya conseguido cobrar hasta ese momento. No es muy buen negocio, probablemente la institución financiera pierda dinero, pero que apechugue con ello.
Segundo paso. No es tan sencillo, dicen ahora; resulta que el banco titulizó el préstamo y lo juntó con otros productos, lo troceó y lo vendió y revendió, solo que infectó todo el sistema con activos imaginarios. El Estado ha de rescatar el sistema financiero, chillan los antiestado de Wall Street. Rescatemos sin demora o el mundo se acaba.
Tercer paso. Los bancos europeos no van a ser menos y también quieren ser rescatados.
¿Rescatados de qué? ¿De la hipoteca de Nueva Jersey? No haga preguntas que muestren su ignorancia financiera, simplemente pague.
Cuarto paso. El Estado ha vaciado sus cajas para ayudar a los bancos y ahora no tiene dinero. ¿Cómo va a pagar la deuda soberana? Los mismos bancos ruinosos de antes, ahora en su advocación de tenedores de la deuda, ponen de nuevo el grito en el cielo. Hay que garantizar los bonos, rescatar, ajustar, intervenir, disciplinar.
Quinto paso. Sólo queda una salida. El Estado ha de suprimir todos los gastos superfluos. Desmantelar el perverso Estado de bienestar. Sanidad, educación, pensiones. Bajar salarios, demorar la jubilación.
Sexto paso. No lo podemos operar, no tenemos quirófano, resulta que un señor de Nueva Jersey no pagó la hipoteca y...