´Temblad, enfermos, temblad´, Eulàlia Solé

Hacia dónde irá Catalunya con los recortes en Sanidad? Hacia una tajante división entre ricos y pobres. A un lado, los privilegiados que al enfermar serán atendidos de inmediato, léase personalidades y potentados, y junto a ellos los acomodados que pueden sufragarse una mutua privada. Al otro, la gran mayoría que depende de la sanidad pública, para la cual también ha cotizado. Se dibuja así un detestable mapa de desigualdad social.

Un gobierno que plantea sin empacho que las listas de espera sean más largas, cuando los seis meses actuales ya son excesivos, demuestra un total menosprecio hacia las clases populares. Que pretenda escudarse en que las urgencias, los CAP y las enfermedades graves no serán desatendidos es un sarcasmo. ¡Sólo faltaría que un infarto no fuera tratado! Pero existen un cúmulo de dolencias que afectan a ricos y a pobres y que unos verán curadas mientras que otros verán como de leves se transforman en graves.

El pilar principal del Estado de bienestar no puede ser desmontado tan despectivamente. Si se respetan los derechos sociales, desde una mesa de despacho cabe estipular que dejen de construirse nuevos hospitales y centros de atención primaria cuando lo racional es aprovechar mejor los existentes. Estipular que se ahorre en el cambio diario de sábanas y en la leche o el zumo de medianoche si no son indispensables. Y estipular para las rentas altas y medias un copago proporcional en visitas, recetas ahora exentas y determinados servicios. ¿No plantear esto se debe a cautelas mal entendidas o se trata de proteger a los pudientes? Ni siquiera se ha sondeado seriamente a la opinión pública. Que quienes puedan hacerlo paguen una parte del gasto es preferible a que multitud de enfermos dejen de ser atendidos adecuadamente.

Por favor, que el Departament de Salut deje de pregonar la incoherencia de que los recortes previstos no reducirán la calidad del servicio, porque también la burla resulta insoportable. Hasta el momento, el sistema público de salud de Catalunya ha sido reconocido como uno de los mejores del mundo. Aunque ahora falten fondos, el Govern no tiene derecho a desmantelarlo. Que saque dinero de debajo las piedras. Si acaso no le importa la gente, también puede hacerlo considerando que cuando falla la salud las personas no funcionan, y entonces, tampoco funciona el país.

29-IV-11, Eulàlia Solé, socióloga y escritora, lavanguardia