´La RAE yeyé´, Magí Camps

Cuando hubo el referéndum de la Constitución europea, el presidente Zapatero presentó ante la UE cinco textos en las cinco lenguas oficiales de España: español, vasco, gallego, catalán y valenciano. En una decisión encomiable, el president Maragall encargó la versión catalana a los mismos que habían hecho la valenciana, con lo que dos de esos cinco ejemplares estaban escritos exactamente con las mismas palabras. Una buena política pancatalana.

El pasado martes se supo que, en castellano, el plural de las siglas se formularía con una ese minúscula: los DVDs. Esa novedad ortográfica se difundió a raíz de la reunión que los representantes de las 22 academias del español celebraban en San Millán de la Cogolla, donde han ultimado las normas ortográficas de pronta publicación, según el criterio de la vigente política panhispánica.

Al día siguiente, en una demostración de dominio del tempo informativo, supimos que las academias habían desestimado ese plural y que los DVD seguirían siendo uno o varios según el artículo. Al cabo de 24 horas, se conocieron otros aspectos, como que a la i griega la tendremos que llamar ye, porque la mayoría de los hablantes así lo hacen. Son los hispanoamericanos, claro, que nos ganan por goleada a los de la Península. Ellos, en cambio, llamarán be y uve a las dos letras de igual sonido, y dejarán de llamarlas be alta o be larga y ve baja o ve corta. No me parece un mal trato, es un trueque razonable. De este modo, las próximas generaciones conocerán esas letras con un solo nombre a los dos lados del Atlántico. Es la política panhispánica.

También dicen que quitarán las tildes de guión y truhán,según la pronunciación monosilábica mayoritaria de Hispanoamérica, aunque aquí las sigamos pronunciando en dos sílabas. Tampoco me parece mal. En un mundo intercomunicado, es importante que una lengua como el español unifique criterios para ganar fuerza. Si aún hay quien le pone tildes a fue y dio,según una norma que desapareció en 1959, es fácil que muchos de nosotros nos muramos tildando guión y llamándole i griega a la ye, pero ello no es motivo para que el impulso académico se arredre.

Frente a esos 450 millones de hispanohablantes, a los ocho o nueve millones que también somos catalanohablantes se nos queda cara de bobos cuando ese mismo Estado que empuja y financia con generosidad esa tan acertada política panhispánica, en el caso del catalán aplica la política del divide y vencerás, de mirar hacia otro lado, de migajas en lugar de pan.

8-XII-10, Magí Camps, lavanguardia