´Sí, conseller´, José Manuel Garayoa

En economía hay tres sectores: agricultura, industria y servicios. En Catalunya (pero no sólo) hay que agregar un cuarto: el sector plasta, que se infiltra en los otros tres con una lógica metomentodo bestial. Es la muy extensa burocracia intermedia que dice sí, conseller y luego se hace lo que ella dice. El sector plasta sale aún más caro que lo que paga por sus nóminas el muy recargado presupuesto público.

Ni los mentes. Si hay algo que el mundo empresarial catalán tiene atravesado son las agencias, institutos y todo tipo de tinglados (la lista es interminable), que bajo la excusa de velar por el bien público, buscan control total. ¿Conocen el tic burocrático?

No vamos a dar nombres para no buscar más ruinas, pero es conocido el caso de una empresa proveedora de IBM que presentó un proyecto para instalar una fábrica sin humo en la Catalunya interior y que creaba 70 puestos de trabajo. Respuesta: "Ustedes no son bienvenidos". ¡A quién se le ocurre siendo industrial! "La cosa es asfixiante", advierte la clase política preclara.

En los últimos años, la plastocracia se ha doblado hasta sumar 242 agencias para ganar dominio. Curiosamente, en estos tiempos de aflicción, uno de los sectores que mejor tiran es la agricultura. siempre tan perseverante.

Pues bien, he aquí la pequeña historia de un buen payés que tenía unas instalaciones porcinas modélicas en el Bages. Llega el coche de la inspección. Bajan un menda y una señora funcionaria. Miran todo de arriba abajo, piden papeles, examinan las instalaciones, ven saludables a los cerdos aunque no llegan a preguntarles por su familia. Y terminan. Dictamen: "Todo muy bien, pero les faltan joguines"."¿Cómo?" Respuesta: " ¿Y si se deprimen?". Multa al canto.

Los empresarios están tips de estos petardos, que están también en la lupa de firmas de rating,como Ficht. El sí, ministro en català es todo menos gratuito.

24-XI-10, José Manuel Garayoa, lavanguardia