´Memoria sin revancha´, Daniel Arasa

Barcelona y La Seu d´Urgell han sido escenarios de dos actos relevantes de memoria histórica. El viernes, promovido por el Ayuntamiento de Barcelona, un homenaje al general Antonio Escobar, fusilado por los franquistas en 1940 por su fidelidad al gobierno de la República. A su vez, varios expertos reflexionaron en La Seu d´Urgell el sábado sobre Libertad, Convivencia y Perdón durante la Guerra Civil, en la IV Jornada de Camins de Llibertat a través del Pirineu, organizada por la Associació Amics del Camí de Pallerols de Rialb a Andorra.

Tuve la satisfacción de compartir sesiones con ponentes como Gabriel Cardona, Jesús Núñez, Josep Maria Martí i Bonet, Jordi Albertí, Josep Calvet, Ferran Sánchez Agustí, Maite García, Joan Pous, Albert Pintat, Claude Benet y Benet Badrinas, todos ellos autores de diversos libros y, algunos, primeros espadas en su especialidad.

No se trataba sólo de recuperación histórica sino de exponerla públicamente y sin recortes. ¡Elemental que la historia debe recuperarse sin ocultar nada! Poner luz a lo ocurrido en la Guerra Civil, incluidos antecedentes y posguerra, sin temer a que se abran fosas y se reconozca y dignifique a los masacrados. Los ponentes clarificaban los hechos, pero una música común iba más allá de la letra y le daba realce. Palabras como perdón o reconciliación alejaban la memoria de toda revancha. Traslucían el deseo de buscar la verdad, aunque sea dura. Mi amigo Joaquín Gasca, persona clave en el homenaje a Escobar, dice que "la historia es un jarabe muy amargo, que para que tenga efecto ha de tomarse entero". Hay que asumir los errores y las virtudes. Los partidarios de cualquiera de los dos bandos de la guerra deben saber y reconocer que los "suyos", sí, los "suyos", hicieron tropelías sin cuento. Unos en nombre de la libertad o de la revolución proletaria y otros por Dios y por España, pero el resultado común eran asesinatos, barbaridades, mentiras, destrucciones. No valen argumentos del "y tú más", ni hay muertos de primera y de segunda.

El historiador Gabriel Jackson escribió en 2002: "Nunca he estado tan convencido como ahora de que debemos hablar, escribir y enseñar la verdad, en toda su gris complejidad. Las mentiras engendran mentiras, las exageraciones engendran exageraciones, y la ley de las consecuencias involuntarias dicta que se crearán nuevos resentimientos, errores y animosidades si no somos capaces de concentrarnos en la verdad". Hoy sigue siendo válido y se evidenció en las sesiones.

Veo en los conceptos verdad y perdón los ejes de la memoria histórica. Hay que rebobinar para recuperar la historia y aprender de ella. Pero sin convertirla en arma arrojadiza. A quien la lanza con este fin le retorna casi siempre como bumerán.

16-XI-10, Daniel Arasa, lavanguardia