El cultivo de opio afgano se ha convertido en una preocupación mundial que atrapa en su recorrido a Rusia. Según datos de la agencia de Ivanov, en Afganistán se produce el 90% de la producción mundial de heroína, yno menos del 50% utiliza para su comercialización la "ruta del norte", a través de Asia Central y Rusia. Según el funcionario ruso, los narcos afganos ponen anualmente en el mercado 35 toneladas de heroína, lo que equivale a cinco millones de dosis. La ONU ha advertido que esta droga causa la muerte de 100.000 personas al año. En Rusia hay 2,5 millones de adictos a la heroína.
Dado el clima de acercamiento entre Rusia y Estados Unidos era previsible que en un momento u otro Moscú diera el paso que le pide Washington desde hace tiempo y utilizase el conocimiento adquirido en los 80 para echarle una mano en Afganistán. Por vez primera desde la retirada soviética de 1989, agentes especiales rusos y estadounidenses han participado en una operación conjunta para destruir una red de traficantes de drogas en el país centroasiático, según informaron ayer el director de Servicio ruso del Control de Drogas, Viktor Ivanov, y el subjefe de la embajada norteamericana en Moscú, Eric Rubin.
La operación, en la que participaron 70 agentes de los dos países y policía afgana, se llevó a cabo el jueves cerca de la ciudad de Jalalabad, a cinco kilómetros de la frontera con Pakistán, y gracias a la información de los servicios rusos sobre su emplazamiento. Destruyeron tres laboratorios de heroína y uno de morfina.
La droga incautada, más de 900 kilos, podría tener un valor de 250 millones de dólares, concretó Ivanov. "Se ha liquidado un medio de inversión usado para apoyar el crimen, el extremismo y el terrorismo".
Esta semana se ha sabido que el Kremlin estudia donar una veintena de helicópteros a las fuerzas de seguridad afganas, como le ha propuesto la OTAN. Moscú también sopesa permitir que las tropas aliadas utilicen el espacio aéreo ruso para transportar a Afganistán no sólo provisiones, sino también personal y armas. Pero la primera colaboración sobre el terreno se ha producido en un tema muy sensible para Moscú: el tráfico de drogas.
El cultivo de opio afgano se ha convertido en una preocupación mundial que atrapa en su recorrido a Rusia. Según datos de la agencia de Ivanov, en Afganistán se produce el 90% de la producción mundial de heroína, yno menos del 50% utiliza para su comercialización la "ruta del norte", a través de Asia Central y Rusia. Según el funcionario ruso, los narcos afganos ponen anualmente en el mercado 35 toneladas de heroína, lo que equivale a cinco millones de dosis. La ONU ha advertido que esta droga causa la muerte de 100.000 personas al año. En Rusia hay 2,5 millones de adictos a la heroína.
Moscú se ha quejado en repetidas ocasiones del aumento del cultivo de opio en Afganistán desde que EE. UU. y el Reino Unido entraran en el país en el 2001, una situación que ha perjudicado a Rusia.
Rubin explicó ayer que la operación de la víspera es la conclusión de meses de trabajo conjunto impulsado desde la presidencia de ambos países. "La comisión presidencial Medvedev-Obama está funcionando. Se creó con éxito un grupo de trabajo para la lucha contra el tráfico de drogas, y ésta es una acción real muy concreta de los servicios antidroga de Estados Unidos y Rusia", concretó.
Moscú aún tiene reticencias para apoyar a EE. UU. en Afganistán. Y el despliegue de tropas está descartado por ambas partes. Pero sí muestra mucho interés en luchar contra la producción de opio, por lo mucho que se juega. El Servicio del Control de Drogas cree que en Afganistán hay 400 laboratorios clandestinos que producen droga sólo para Rusia. Moscú ofrece las "montañas de información" de que dispone.
30-X-10, G. Aragonés, lavanguardia