ŽLos culpables del disparateŽ, Enric Sierra

Soy una de las miles de personas que desde hace 24 años denuncian el inútil derroche de dinero público que realiza la administración del Estado con la complicidad de la Generalitat, Ayuntamientos y partidos políticos, impulsando el disparatado modelo de regeneración de las playas del Maresme. La semana pasada, un nuevo temporal volvió a dar la razón a todos los que creemos que estas estúpidas aportaciones de arena, sin otras actuaciones de protección, son una barbaridad económica y una tragedia ecológica que raya el delito. Nuevamente, millones de euros se han arrojado al mar y se nos ha vuelto a quedar la cara de idiotas por la reiteración de esta asnada y porque nadie asume ninguna responsabilidad política ni legal sobre el evidente malgasto del presupuesto público.

Los responsables de esta delirante situación tienen nombres y apellidos. El primer lugar lo ocupan los ministerios de Fomento y de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, herederos de la gestión de estas burdas acciones iniciadas en 1983 por el entonces Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) cuando aprobó invertir 12.000 millones de pesetas para regenerar playas de España, especialmente del Maresme. Que ahora este disparate dependa del ministerio que tiene como principal objetivo la defensa del medio ambiente y del medio marino es una broma de mal gusto, ya que todos los informes de expertos señalan que las regeneraciones han devastado la fauna y la flora del litoral barcelonés y han sido la puntilla para el sector de la pesca artesanal puesto que ha comportado la práctica desaparición de especies autóctonas muy apreciadas.

El segundo lugar de la lista de cómplices de la operación de lanzamiento al mar de maletines cargados de billetes de euros es para la Generalitat porque no ha hecho nada para evitar tamaña locura y porque no hace cumplir la ley a los puertos de la zona que están obligados a garantizar el trasvase de arenas. Estas infraestructuras son la principal causa de la pérdida de las playas ya que se ha permitido la construcción de un puerto cada cinco kilómetros, entre Arenys de Mar y Montgat, sin garantizar las medidas correctoras que estas instalaciones provocan en el medio ambiente.

En tercer lugar de este banquillo de acusados están los ayuntamientos que han mantenido una ambigua actitud ante el dislate de la regeneración. Y, en cuarto lugar, los partidos políticos, especialmente los que son abanderados de la causa ecologista, porque han ignorado este desvarío y no han planteado ninguna acción para evitarlo. Nadie ha mostrado un ápice de culpa o vergüenza. El último temporal ha dejado el litoral en una preocupante situación y el problema ahora no es la falta de arena, sino la seguridad de los ciudadanos y de los trenes que circulan rozando las olas a la espera del próximo y seguro golpe de mar.

18-X-10, Enric Sierra, lavanguardia