´Paseando´, Pedro Nueno

Harvard Square, en Cambridge (Massachusetts), cerca de Boston, la plaza más rodeada de universidad de alto nivel en el mundo (facultades, bibliotecas, oficinas, dormitorios, laboratorios) parecía este verano la plaza Tiananmen por la cantidad de chinos que se veían. La ilusión de cualquier chino es que sus hijos se formen en América (aunque él sea taxista). Los chinos de nivel, que suelen tener más de un hijo, hace años que lo consiguen. Las universidades americanas están un poco menos generosas con becas en estos tiempos y muchos europeos se aprietan más el bolsillo, lo que, unido a la popularidad de China, en América facilita lo que está pasando. A igualdad de cualificación en su solicitud, es más fácil que sea elegido un chino que un español y en todos los cursos de verano y de invierno habrá un porcentaje relevante de chinos dentro del 30 o 40 por ciento de no americanos que pueda haber en total. Los ves pasar por Harvard Square yendo o volviendo de clase, yendo a comer o a cenar, volviendo al dormitorio. Ves juventud, internacionalidad, entusiasmo y oyes hablar inglés. Esos jóvenes tienen muy buena pinta. Son distintos a los grupos que veremos por aquí cuando empiece el curso.

Como siempre, yo tenía que dar clases allí este verano y me había hecho el propósito de observar y comparar aquellos jóvenes con los nuestros. Mejor vestidos, más cuidados, menos dibujados y con pinta de bien educados. Niños bien, pero de verdad. Aunque algunos becarios vienen de familias pobres. También los hay aquí, pero no es lo que más se lleva. Tenemos un cierto problema con nuestra juventud y se ha hablado mucho de ello este verano. Nuestros jóvenes saben lo que pasa en el mundo (o por lo menos la perspectiva del mundo que se aprecia en internet). Salir de detrás de la pantalla y encontrarse con nuestra dura realidad es un golpe brutal. No ponemos suficiente calidad y dedicación en buena parte de nuestra educación. ¡Ni una universidad nuestra entre las 200 primeras del mundo! Transmitimos pesimismo. No tenemos un sistema que incentive a los empresarios para contratar jóvenes y no hemos convencido a los jóvenes de que la primera etapa laboral es una continuación de la educación. Todos deberíamos entender que esta etapa estuviese llena de flexibilidad. No deberíamos empezar el curso sin proponernos y estudiar cómo vamos a entusiasmar a los jóvenes este año. No esperemos nada de los políticos. Ellos mismos no saben cómo van a acabar. Cada uno de nosotros debería hacer algo. Por cierto, hay un pequeño centro comercial en Harvard Square. Había una tienda cerrada con un letrero: "Now Renting". Delante de mí iba una pareja con una niña pequeña. Hablaban catalán. Él le dijo a ella: "Vegila que no rellisqui la nena, estan rentant". No se dio cuenta de que "renting" es "alquilando". No nos olvidemos del inglés en la educación de nuestros jóvenes. Con más inglés, puede que vengan por aquí más chicos y chicas internacionales bien parecidos.

29-VIII-10, Pedro Nueno, lavanguardia