´El catalán sin estrés´, Magí Camps

Cuando en un bar de Barcelona uno pide "un tallat, sisplau" y quien atiende responde "¿eh?", que más que una interrogación es una onomatopeya simiesca, el bebedor de cortados pasa sin pensarlo al castellano: "un cortado, por favor". Eso es así en la mayoría de los casos, hasta que un día uno se percata de dos cosas. La primera es que tallat forma parte de la decena básica de palabras que cualquier camarero de Barcelona debería saber. No se trata de hablar en catalán ni de entenderlo; sólo de comprender unas pocas palabras - cada día las mismas-en catalán. La segunda es la falta absoluta de respeto de quien responde simiescamente a una solicitud cortés. El episodio del cortado se ha convertido, para algunos catalanohablantes, en el paradigma de la línea roja, del "hasta aquí podíamos llegar". Pero ¿sabía que esta situación lingüística, como tantas otras, produce estrés?

Ahora, los bebedores de tallats están de enhorabuena. Pocas lenguas han producido tantas obras de divulgación como sucede con el catalán. Pero ante tanta producción, sorprende gratamente un nuevo estudio, esta vez psicológico. Dos profesionales vinculados a la Universitat de València, un valenciano y una bilbaína, especialistas, entre otros campos, en psicología deportiva, publican Sortir de l´armari lingüístic (Angle Editorial). Gemma Sanginés es una neohablante de catalán y Ferran Suay fue antes profesor de judo y asegura que de su práctica le ha quedado, sobre todo, "el placer de luchar y una marcada tendencia a ahorrar esfuerzos innecesarios", toda una filosofía de la vida que, aplicada al hecho de hablar en catalán, da resultados que infunden entusiasmo.

Y de eso va el libro. La situación singular del catalán, lengua minorizada, cooficial pero siempre secundaria, produce estrés a los hablantes que quieren vivir en catalán con la misma normalidad con la que vive un hablante de castellano en España o uno de inglés en Gran Bretaña.

Para reducir o eliminar ese estrés lingüístico y seguir defendiendo el derecho de hablar en catalán, en el libro se diseccionan seis casos reales: la hablante rumana, el hablante quemado, la hablante vasca, el tímido, la militante y el hablante africano. Los autores describen los seis arquetipos, los reclinan en el diván, elaboran la ficha de autoayuda y ofrecen la receta personalizada. Si usted habla catalán, seguro que se verá reflejado en uno de los seis, por lo que podrá seguir los útiles consejos de Suay y Sanginés para salir del armario lingüístico sin sufrir episodios de estrés. "Li ve de gust un tallat?".

28-VI-10, Magí Camps, lavanguardia