con un sentido malévolo de la programación, TV3 emitió El vot de silenci, un interesante documental sobre otro tipo de devoción. En este caso, la abducción ideológica y espiritual no parte de un ejército de hambrientas serpientes clonadas, sino de la Legión de Cristo y, específicamente, de su fundador, el padre Marcial Maciel, que empezó renovando el catolicismo y acabó devorado por un sospechoso negocio sectario. Concebido como documental de denuncia, cuenta con una eficacia algo tendenciosa, los abusos sexuales y de poder perpetrados por esta controvertida figura de la iglesia contemporánea.
Aparecen los testimonios de hombres hechos y derechos que, en su adolescencia y juventud, fueron víctimas de los abusos sexuales de Maciel y que tuvieron que encubrirle en su faceta más decadente: la de morfinómano de brazos acribillados por las jeringas, sobornando a los médicos romanos para conseguir recetas. La contradicción que supone venerar a quien te corrompe está presente en los dramáticos testimonios. Y, como telón de fondo, la injusta justicia vaticana (casi tan ineficaz como la no vaticana), que, lejos de resolver las denuncias explícitas y documentadas, las silencia y procura que el tiempo imponga el discutible veredicto del olvido.
24-IV-10, Sergi Pàmies, lavanguardia