´Tras el réquiem por el tripartito´, M. Dolores García

Qué está ocurriendo para que algunos consellers del PSC decidan, a pocos meses de las elecciones, criticar el tripartito del que han formado parte durante este tiempo? ¿Acaso no ha pasado el Govern por etapas más convulsas y mantuvieron la discreción? Son preguntas que se hacen el resto de los socialistas entre el estupor y la irritación. La respuesta está, seguramente, en que ese grupo está pensando más en la etapa que se abre tras una derrota que dan por segura. Adónde quieren ira parar es difícil de adivinar...

Tenemos a un Maragall componiendo un réquiem por el tripartito que otro Maragall se empeñó en forjar... Pero más allá de eso -casi todos en el PSC están agotados de la fórmula-, ¿cuál es el mensaje lanzado por el llamado sector catalanista del PSC? Podría resumirse en un giro centrista.

Ernest Maragall o Antoni Castells consideran que la centralidad en Catalunya se ha desplazado, sobre todo a raíz de la insatisfacción provocada por el Estatut. En el eje que va del españolismo al independentismo, creen que la mayoría social se decanta cada vez más hacia la segunda opción. Partiendo de esa premisa concluyen que el federalismo ya no es el camino. Ni Pasqual Maragall fue tan lejos. El ex president abogaba por el federalismo asimétrico, una fórmula para Catalunya pero también para el resto de España. Su hermano y algunos de sus defensores abogan por una relación bilateral de Catalunya con el resto de España. Y punto. Allá España se las componga con el resto. Por tanto, es esencial un grupo propio en el Congreso.

Además, son partidarios de un giro ideológico hacia el centro y abominan de las alianzas con ERC o ICV. El conseller Maragall pregonó con el ejemplo al pactar con CiU la ley de Educación a despecho de Iniciativa y Castells también sublevó a los socios con la rebaja del impuesto de sucesiones.

Ese es el espacio que ocupar: más hacia el centro y más soberanista. Pero hay realidades que se empeñan en complicar el análisis. Resulta curioso que el sector más catalanista del PSC se sienta incómodo justo cuando un exponente del denostado aparato como es José Montilla se ha convertido en pregonero del discurso en defensa del autogobierno, enfrentándose incluso a un PSOE con poder, en el Gobierno. ¿Acaso no deberían alegrarse de haber convertido al impío Montilla? ¿o no se lo creen?

Algunos estudios calculan que de cada 10 electores que votan al PSC en las generales y dejan de hacerlo en las autonómicas, seis se abstienen y cuatro votan a CiU. Los Ernest Maragall creen que su giro atraería a esos cuatro, lo que permitiría gobernar sin muletas. Es posible. Pero el PSC siempre ha sido como una manta justita, que cuando te tapas las ideas, te quedas con los pies a la intemperie. Es su debilidad y su virtud. Porque, si se dieran los pasos que pide Ernest Maragall, ¿qué diferenciaría al PSC de CiU?

16-II-10, M. Dolores García, lavanguardia