´Vic, fiebre soberanista´, Toni Coromina

El pasado viernes, la plaza Major de Vic se llenó de creyentes soberanistas y culés para escuchar la adhesión pública del mediático Laporta a la consulta popular sobre la independencia, a su regreso de Kiev. Al día siguiente, sábado, no se produjo el anunciado desfile de falangistas y para la tranquilidad del ayuntamiento el ágora vicense finalmente no se convirtió en la plaza del Caudillo de antaño.

El domingo, la presencia de 150 periodistas españoles y extranjeros acreditados para cubrir el desarrollo del referéndum creó expectación entre los vecinos, no acostumbrados a ser protagonistas en la BBC, Le Monde,Financial Times,Liberation o las agencias Reuters y France Press, amén de los principales medios de comunicación estatales.

Convocados por la plataforma Osona Decideix (bajo la tutela del intrépido jurista Alfons López Tena), 48.593 ciudadanos fueron a votar ilusionados, incluidos algunos inmigrantes. Pero tanto el índice de participación comarcal (41% del censo), como el porcentaje de votos afirmativos (97%) tienen lecturas contrapuestas, ya que los impulsores de la consulta anhelaban llegar al 50% de participación, mientras que los detractores del experimento (opuestos a la independencia) anunciaban un gran fiasco. Aunque tampoco se pueden hacer paralelismos con el litigio que mantienen los adalides de la vacuna contra la gripe A y los devotos de la hermana Teresa Forcades. En el hervidero político catalán habrá que tener en cuenta la fecha del 13-D, un termómetro indicador del grado de fiebre soberanista (42,45 grados en Vic).

Para facilitar información sobre el proceso electoral, los organizadores habían editado hojas explicativas en catalán, español, chino, árabe, inglés, francés y polaco. Cabe resaltar, sin embargo, que el consulado marroquí dio instrucciones a sus súbditos para que no acudieran a votar. Días antes, el obispado de Vic también había recomendo a las parroquias que no cedieran locales para la consulta, una demanda que cayó en saco roto, pues también se votó en rectorías, templos y escuelas privadas religiosas. Y para más inri, los impulsores de la consulta montaron la sala de prensa en el mítico seminario de Vic, cuna de independentistas irredentos. En el lado de los apoyos, el evento fue respaldado por CC. OO,, UGT, CiU, ERC, CUP y las asociaciones de vecinos. La consulta comarcal se financió con 60.000 euros (sufragados por donativos particulares) y pudo llevarse a cabo mediante la colaboración de 2.000 voluntarios.

Más que un ejercicio de democracia participativa, para Zapatero esta consulta era un divertimento inútil; para otros, un referéndum de cartón o un juego de niños. Pero con la que está cayendo, ¿acaso no es la política oficialista (origen de tanta desafección) una mayúscula pantomima de cartón piedra?

15-XII-09, Toni Coromina, lavanguardia