´Espíritu deportivo´, lavanguardia

Ciertas expansiones patrióticas o partidistas que prodigan los comentaristas deportivos al retransmitir encuentros de fútbol resultan muy molestas para buena parte de su audiencia. En especial, cuando dichos excesos se difunden en cadenas públicas que sufragamos entre todos. Este asunto, acaso menor, pero llevado yaa extremos incívicos, de vergüenza ajena, fue analizado en nuestra edición del lunes. Algunas fuentes consultadas se excusaban indicando que las cadenas privadas habían introducido un modelo de retransmisión emocional,y sugerían que este modelo se había propagado, inevitablemente, a las cadenas públicas. Más o menos, como se propaga el fuego por un bosque desatendido: sin freno ni remisión. A resultas de esta situación, de esta pasividad, ganan terreno los comentaristas que han evolucionado ya del partidismo al insulto, y probablemente estén maquinando ahora mismo nuevas e insospechadas hazañas. Naturalmente, conductas tan desaforadas nos parecen muy censurables, por más que el fútbol sea a veces un sucedáneo de pretéritas luchas fratricidas; y aunque, a la vista de su vigor, quizás haya que resignarse a padecerlas. Ahora bien, no estaría de más que, entre este griterío ofensivo, alguna cadena se ocupara de los oyentes y telespectadores que sienten más interés por el deporte que por el forofismo; de quienes consideran que el adjetivo deportivo no sólo alude al deporte en sí, sino también a un espíritu, a una actitud de fair play.

18-XI-09, lavanguardia