la financiación de los partidos. Un tipo amenaza con convertir esto en Italia y calla cínicamente la boca como si así preservara no se sabe qué calma social, cuando, en realidad, la declaración tiene el valor de una confesión de culpa. Hasta José María Mena, nada menos que el ex Fiscal en Cap de Catalunya, confiesa a RAC1 que "cuando llega la hora de estirar la manta, nadie lo hace. Y le diré más. El nivel de omertà en el mundo de la criminalidad siempre es el mismo. La omertà funciona". ¿Nos hemos vuelto todos locos? A nadie se le escapa que todas las inmensas maquinarias de los partidos políticos no viven del aire. Y aire es, tan sólo, lo que la información pública permite conocer. ¿De dónde sale todo el resto? ¿Quién lo controla? ¿Quién impide el intercambio de favores? Que todo el mundo haya pensado en la financiación de los partidos y que, con todo lo que ha pasado, se haya extendido más aún la sospecha generalizada hacia la clase política, me parece, modestamente, lo más significativo de todo.
2-XI-09, Xavier Antich, lavanguardia