James Lovelock recibió ayer el premio Fonseca de comunicación de la ciencia de la Universidad de Santiago de Compostela. "Los gallegos son muy afortunados", proclamó sobre las calamidades que vaticina por efecto del cambio climático.
¿Por qué cree que Galicia es afortunada?
Por el efecto del océano que va a mantener refrigeradas estas zonas, como el Reino Unido e Irlanda, que es el país con más suerte. El resto de Europa presenta una perspectiva bastante mala, hasta convertirse en un desierto como el Sáhara, según el panel intergubernamental sobre el cambio climático. Pero el mayor problema será la falta de comida. Las zonas más castigadas serán India, China y América del Norte.
Entonces Galicia está mejor preparada ante el cambio climático que Catalunya.
No es cuestión de preparación, sino de posición, y Galicia está en mejor sitio que Catalunya.
¿Qué predicciones se pueden hacer para Catalunya?
Las grandes ciudades como Barcelona pueden ser capaces de afrontar un clima extremadamente seco. El problema será cómo ofrecer alimentos en un régimen seco. No habrá agua suficiente para producirlos para tanta gente.
En el 2007 dijo que la Tierra era un barco que iba contra las rocas. Ahora afirma que está encañonada por una pistola que ya se disparó. ¿Ha empeorado?
Sigue igual. El capitán no le ha dado las órdenes al timonel de cambiar el rumbo. La gente que viaja en el barco no tiene la culpa pero va a chocar.
¿No hay salvación?
Tal vez utilizando energías geotérmicas. Evidentemente podemos tomar medidas para ayudar a la humanidad, pero si estoy en lo cierto a finales de este siglo tan sólo quedarán 1.000 millones de seres humanos, frente a los 6.000 millones de la actualidad.
¿Qué debe hacerse?
Salvar el planeta no es nuestra misión. Lo que debemos hacer es salvar nuestra especie. No importa tanto el número de personas, como que siga existiendo la humanidad, que siga pensando. Es muy valioso para Gaia. Al fin y al cabo, todos vamos a morir algún día. Se trata de reducir la población mundial para que esto sea sostenible.
Entonces, ¿quiere decir que para la hipótesis de Gaia es mejor que haya menos gente?
Sí. Pero más que el número de humanos, la cuestión es que se mantenga. Si vivimos en armonía con la naturaleza, incluso la cantidad actual podría mantenerse.
¿Da igual lo que se haga?
Vivo de una forma ecológica. Todas esas medidas, que considero buenas y que practico, no son suficientes. Tenemos que preocuparnos de los grandes problemas que tiene la humanidad, que son disponer de una cantidad suficiente de alimentos y hacer frente al cambio climático.
¿Qué propone?
Hay soluciones de geoingeniería como poner aerosoles, lo que se puede hacer físicamente en la atmósfera. Reflejarían la luz del sol, reducirían la radiación y entonces bajaría la temperatura. Pero también habría un peligro, al aumentar la sequedad. Y que muchas veces el problema no está tanto en la temperatura como en la falta de humedad.
Usted defiende la energía nuclear, pero ¿y los residuos?
Es un problema que se ha exagerado. No son peligrosos si son neutralizados. Estoy dispuesto a que se entierren cerca de mi casa los que se generen en mi zona.
7-X-09, A. Lugilde, lavanguardia