(sistema bancario español:) ´Llueve sobre mojado´, Edward Hugh

Siempre llueve sobre mojado. Para el historia de que las entidades no habían concedido préstamos imprudentes, de que habían hecho provisiones especiales para los tiempos difíciles y de que los balances eran "sólidos como casas" se mantuvo hasta el día en que dejó de hacerlo. Y, por supuesto y de modo inevitable, la hora de la verdad siempre llega.

Para los bancos españoles, el momento crucial llegó, como ocurre siempre, de forma inesperada: de repente, el último verano, tras la publicación de un informe realizado por una casa de análisis no demasiado conocida. Y resultó que el emperador estaba desnudo; o, como dijo muy oportunamente Jonathan Tepper, principal analista económico de Variant Perception, citando a Plauto: "Rico soy si no pago a quienes debo".

Básicamente, lo que ha ocurrido con los bancos españoles es que han construido "un puente hasta demasiado lejos". Y lo hicieron en el mes de junio pasado con la sorprendente afirmación de que el nivel de malos préstamos no sólo no crecía con excesiva rapidez en sus cuentas, sino que en realidad estaba bajando. Al parecer, o eso afirmaron entonces los bancos, la proporción de préstamos incobrables descendió en junio al 4,6% desde el 4,66% de mayo. Aquello resultaba bastante difícil de creer, así que Jonathan Tepper se limitó a preguntar: ¿cómo podía ser eso posible con el desempleo en rápido crecimiento y los valores inmobiliarios en caída continuada? ¿No estarían haciendo alguna cosa para ocultar los préstamos incobrables? Parafraseando a Alexander Pope, podría decirse que habló Variant Perception y todo se hizo luz.

España, según Tepper, se ha convertido hoy en un segundo Japón, puesto que los bancos españoles no reconocen sus verdaderas pérdidas, como hicieron antes que ellos los bancos japoneses. Peor aún, al proporcionar capital a quienes son débiles en términos económicos (las constructoras y las promotoras zombies),lo que hacen los bancos españoles es no ponerlo a disposición de otras compañías que lo necesitan con urgencia. Y así se ven estranguladas empresas viables por falta de liquidez y financiación. Además, al convertirse en propietarios de grandes cantidades de bienes inmobiliarios, los bancos españoles ponen sus balances en una situación de grave riesgo futuro. Lo mismo afirmó a principios de año Daniel Villalba, catedrático de Economía de la Empresa de la Universidad Autónoma de Madrid, quien proporcionaba un sencillo ejemplo para ilustrar el problema: "Imaginemos que hace dos años un promotor pidió un crédito a un banco para una promoción de un piso que la tasadora del banco valoró en 100.000 euros. El banco, prudentemente, le concedió un crédito por el 80% de esta cantidad: 80.0000 euros. A su vencimiento, el promotor no consigue vender el piso y, por tanto, no puede devolver el crédito al banco".

Y Villaba añadía: "Ante esta situación, el banco tiene dos alternativas: una, declarar al promotor como moroso y, eventualmente, quedarse con el piso y subastarlo. En este caso tiene que anotarse como pérdida un porcentaje que llega, en pocos meses, hasta el 50% de la deuda. La segunda posibilidad es decirle al promotor que le compra el piso por un precio igual al de la deuda, esto es, por 80.000 euros".

La diferencia entre los dos enfoques es que, mientras que en el primer caso la tasa de morosidad se dispara, en el segundo el banco no tiene que declarar ninguna pérdida, "ya que no está obligado a poner el activo comprado a precio de mercado, de acuerdo con las últimas normas del Gobierno sobre valoración de activos". Sin embargo, la segunda solución tiene grandes inconvenientes, puesto que los bancos pueden verse obligados a colocar esos nuevos activos en el mercado a precios muy inferiores a sus actuales tasaciones y, mientras tanto, el dinero gastado en adquirir esas viviendas "es un dinero que no puede ir a parar a las pymes productivas que lo necesitan".

Variant Perception también cita a Manuel Pardos, presidente de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (ADICAE), según el cual los datos sobre morosidad ofrecidos por el Banco de España "son bastante distantes" de la realidad, puesto que los bancos recurren a todo tipo de "trucos y artimañas" para maquillar las cuentas de resultados y reducir la tasa aparente de préstamos improductivos.

Entre las principales técnicas utilizadas se encuentran:  Dación de pagos: entrega del activo a cambio de la cancelación de la deuda. Es la actual opción preferida. Compra del activo por parte de una sociedad vehículo propiedad al 100% del banco: el banco financia la sociedad vehículo y la sociedad vehículo compra los activos en problemas. Con el dinero que reciben, los clientes pueden cancelar su deuda con el banco. n Moratoria: restructuración o modificación de algún otro modo de las condiciones del préstamos para permitir el pago del cliente.

El préstamo original se cancela y aparece otro nuevo sin un historial de moras. Es la opción preferida para los novatos; es decir, es lo que intentan los bancos antes de recurrir a la dación o una solución del tipo sociedad vehículo. Al parecer, las cajas españolas actúan así más que los bancos, aunque hoy el consenso general es recuperar la posesión de cuantas menos casas como sea posible.

Alastair Ryan, analista bancario de UBS, también ofrece pruebas del auge del recurso a la moratoria. Según observa, las novaciones (préstamos cuyos términos cambian sin que cambien el prestamista ni el prestatario) han aumentado de forma brusca en España en los últimos tiempos. En esencia, un incremento de la novaciones señala la tensión del mercado inmobiliario. Se trata, al fin y al cabo, de prestatarios que básicamente renegocian sus hipotecas.

Ryan afirma que en la actualidad los bancos españoles reestructuran internamente o modifican de otro modo unos 5.600 millones de euros en hipotecas cada mes, lo que equivale a unos 50.000 millones de euros al año. A modo de comparación, el total de préstamos no productivos declarados a lo largo de los últimos 12 meses ascendió a unos 85.000 millones. Como afirma Daniel Villaba, "después de siete u ocho años del comienzo de la crisis, el Gobierno tuvo que forzar el saneamiento de los bancos. Durante estos años, los bancos fueron verdaderos zombies, pero seguían operando. Todo parece indicar que aquí estamos siguiendo los mismos pasos que Japón en esa década perdida".

Sin embargo, hubo otra consecuencia del informe que sacudió los cimientos del sistema financiero español en una tormentosa semana de agosto: el volumen de deuda incobrable reconocido por los bancos españoles subió de nuevo en julio en 2.130 millones de euros hasta alcanzar los 82.670 millones, un 4,63% del total. Y es que las cosas siguen funcionando mientras pueden seguir haciéndolo, pero no más.

27-IX-09, Edward Hugh, macroeconomista, dinero/lavanguardia