María (ignoro su apellido) era una joven polaca de unos veinte años que se ocupaba de mí las noches en que mis padres salían a cenar con sus amigos. María era una mujer bellísima, de ojos azules y cuyo pelo se había vuelto completamente blanco de un día para otro. Siempre estaba triste María, y más de una vez la pillé llorando. Yo le preguntaba que por qué lloraba, pero ella me respondía con una triste sonrisa. Hasta que un día me lo contó: su padre, coronel del ejército polaco, y dos de sus hermanos, tenientes, habían sido ejecutados de un tiro en la nuca por los rusos en el bosque de Katyn, y su madre y una hermana habían muerto en un campo de concentración nazi.
La masacre de Katyn, en la que perecieron cerca de 22.000 jefes, oficiales, suboficiales y soldados del ejército polaco, es uno de los episodios más terroríficos - hubo peores, mucho peores-de la Segunda Guerra Mundial. Cuando estalló la guerra, los alemanes invadieron Polonia por el oeste y dos semanas más tarde los rusos lo hicieron por el este. Iban a repartirse Polonia, según el pacto firmado por Ribbentrop y Molotov. Mientras duró la luna de miel entre los nazis y los soviéticos, desde 1939 hasta 1941, se cometieron muchas atrocidades en Polonia. Muchas de ellas tuvieron repercusión mundial, pero de la masacre de Katyn se habló poco y los culpables de la misma fueron silenciados durante y después de la guerra, tanto por Londres como por Washington, para no incordiar a Stalin.
El ejército polaco fue exterminado por los cuerpos especiales del NKVD en abril de 1940 en el bosque de Katyn, fruto de un "pacto de sangre" ultrasecreto entre los siete miembros del Politburo de la URSS, encabezado por Stalin. Fue un "genocidio de clase" para deshacerse de la Intelligentsia polaca (muchos jefes y oficiales eran reservistas: profesores, médicos, abogados, ingenieros… nacionalistas y anticomunistas); para deshacerse de "ese bastardo nacido del pacto de Versalles" (Molotov); para vengarse, en definitiva, de la derrota del ejército soviético en 1920.
Los cadáveres de Katyn no fueron descubiertos hasta 1943 y, entonces, los rusos culparon de esos asesinatos a los nazis (las muertes se habían producido con pistolas y balas de fabricación germana), pero la resistencia polaca sabía la verdad, como la sabía María. Los últimos documentos ultrasecretos sobre la masacre de Katyn (como el "pacto de sangre" del Politburo) no se hicieron públicos… hasta hace muy poco. Fue cuando Boris Yeltsin se inclinó ante el monumento a los muertos de Katyn y dijo: "Que nos perdonen (los polacos) si es que pueden".
Andrezj Wajda, cuyo padre fue ejecutado en Katyn, rodó una película sobre la masacre, Katyn,que fue galardonada el pasado año con el Oscar a la mejor película extranjera. La película se proyectó en Italia, donde tuvo problemas con las distribuidoras, de los que se hizo eco la prensa, pero Berlusconi regaló un DVD de la cinta a los diputados del PDL para que se hiciesen una idea de la "inconmensurable capacidad de mentir". Y también en Francia, donde el crítico de Le Monde se escandalizó de que Wajda metiese en un mismo saco los crímenes de los nazis y de los soviéticos en la Polonia mártir de la Segunda Guerra Mundial. Tanto fue así que Adam Michnik, redactor jefe de Gazeta Wyborcza,tuvo que salir en defensa de Wajda y de la verdad. ¿Cuándo veremos Katyn en Barcelona? ¿La veremos? En caso contrario, agradecería al consulado de Polonia que organizase una proyección en la Filmoteca. Me gustaría verla con mi nieta Agomar, mi nieta polaca, en recuerdo de María y de su desgraciada familia.
6-IX-09, Joan de Sagarra, lavanguardia