´Lincoln, Hahn, Obama´, Lluís Torner

Esta primavera del 2009 el presidente Obama ha impartido un discurso memorable, otro más, en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, en el que ha anunciado la mayor inversión en ciencia y en educación de la historia de la nación. El anuncio, que tendrá consecuencias en todo el mundo, se produjo en un punto muy bajo de una profunda crisis económica.

Obama empezó su discurso recordando al presidente Lincoln, quien creó la propia Academia en otro año aciago, 1863, poco tiempo después de la pavorosa derrota que sufrieron los ejércitos de la Unión durante la guerra civil norteamericana, un momento en el que la nación misma y, sobre todo, los valores de libertad y de igualdad que la animaban, estaban muy amenazados.

El anuncio de Obama, como el de Lincoln, en el contexto en el que se produce son la cristalización de una corriente de fondo que habita en ciertas sociedades. Un ejemplo europeo es el que protagonizó en el año 1948 Otto Hahn, premio Nobel de Química, cuando consiguió focalizar esfuerzos para fundar la Sociedad Max-Planck, dedicada a la investigación de frontera a partir de los restos de la organización Kaiser Wilhem, en un momento en el que Alemania se encontraba, literalmente, en ruinas.

Es una cuestión de íntimas prioridades culturales. Además de la visión de líderes excepcionales, hombres y mujeres que vislumbran más lejos de lo que alcanzamos a ver los demás y de tal suerte cambian para bien el destino de todos, estas decisiones, que pueden resultar fuertemente contra intuitivas en momentos de necesidades mas perentorias, reflejan la madurez, la determinación, los valores y, en consecuencia, las prioridades de las sociedades que las comparten e implementan.

Unas prioridades que en Alemania han conducido a la institución que actualmente es la número uno del mundo en calidad de investigación no universitaria y que en Estados Unidos impulsan a las universidades que copan casi todos los treinta primeros lugares en los rankings mundiales del ramo. En cualquier caso, instituciones que constituyen piezas centrales para, entre otras cosas, sustentar económicamente a las sociedades que las crearon e impulsaron en momentos que lo eran todo menos propicios y quea pesar de todas las dificultades, o mejor dicho justamente en la certeza de que el futuro siempre trae nuevos desafíos que hay que resolver, las miman como uno de sus más poderosos instrumentos y preciados tesoros.

 

 26-VII-09, Lluís Torne, dir. del ICFO, catedrático de la UPC, pres. de la Asociación Catalana de Entidades de Investigación, lavanguardia