Dentro de tres meses exactos se cumplirá un año de la clausura del 11. º congreso del PSC y del nacimiento del famoso "espíritu del 20 de julio". ¿Se acuerdan? Fue cuando Montilla estaba cerrando el cónclave y miró a Zapatero y, ante la sorpresa general, le espetó: "José Luis, los socialistas catalanes te queremos bien, te queremos mucho, pero aún queremos más a Catalunya ya sus ciudadanos, los queremos apasionadamente, nos debemos a ellos, a sus problemas, a sus expectativas, a sus justas demandas, a su cultura, a su lengua y a su Estatut, que vamos a defender con todas nuestras fuerzas".
Pues sí, han pasado ya nueve meses de aquella frase y Montilla sigue queriendo más a Catalunya que a José Luis.
Por eso, sigue sin haber acuerdo de financiación y el acuerdo parece todavía lejano. Esta semana pasada, el Govern tripartito ha dado otra vuelta de tuerca más a su postura inamovible de rechazo de la actual oferta estatal al hacer público un acuerdo de los tres partidos del Govern que deja bien clarito que no se aceptará ninguna oferta que vulnere el Estatut. Para añadir más leña al fuego, el líder de ERC, Joan Puigcercós, ha lanzado un ultimátum amenazando con la ruptura del Govern si no hay acuerdo de financiación antes de tres semanas. Todo esto lleva a un callejón sin salida. Por muy amigo de la oratoria que se sea, por muy hábil que uno pueda ser reinterpretándose a sí mismo, la postura del Govern tripartito va a ser muy difícil de reconducir. Por tanto, o caixa o faixa.Si el Gobierno no puede mejorar sensiblemente la oferta - cosa que no ha hecho en el último año y medio-,va a ser muy difícil que Montilla pueda vender un mal acuerdo de financiación.
Ha dicho el convergente Felip Puig que los últimos movimientos en ERC y el desacuerdo en el Estatut llevan a unas elecciones anticipadas. Cuesta creerlo. Pero lo que parece seguro es que estamos abocados a un choque de trenes entre el PSOE y el PSC. Catalunya puede decir que no a la oferta de nuevo sistema de financiación y votar en contra en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Lo han hecho otras comunidades con anterioridad. El problema para el PSOE es que necesita, después, aprobar el texto en el Congreso, y sin los diputados del PSC y ERC, no puede hacerlo.
Entonces llegará ese bonito día, del que tanto se habla, en el que los diputados del PSC tendrán que decidir si quieren más a Catalunya - como Montilla-o quieren más a José Luis. Tendrán que decidir entre respetar la disciplina de voto del PSOE o votar lo que dice el Govern tripartito. Ay, el amor. ¡Cuántas pasiones despierta! Aunque el bolero diga que se puede querer a dos amores y no estar loco, la realidad es que hay que escoger uno: o José Luis o Catalunya. El futuro de las relaciones entre el PSC y el PSOE pende de un hilo, cada vez más fino.
20-IV-09, Jordi Juan, lavanguardia