´De islas y de mares ´, Alexander Fidora

No hay duda de que Catalunya apuesta por la investigación. Los buenos resultados de los investigadores catalanes en la selección de las becas del European Research Council - ampliamente comentados-confirman esta impresión. Sin embargo, hay que preguntarse: ¿qué nos pueden decir estos éxitos sobre el día a día de la investigación en las universidades y centros de investigación catalanes? ¿Hasta qué punto son representativos del paisaje general de la investigación en Catalunya?

Considero que buena parte de estos éxitos se están produciendo en unas islitas en un mar turbulento. Lo paradójico de la situación es que tanto las islitas como el mar se custodian desde el mismo sistema de investigación - ¡y bajo leyes aparentemente contradictorias!-.Así, por un lado se crean islas como Icrea, que agilizan la contratación de personal investigador de excelencia, mientras que por otro se impone un mar de obstáculos burocráticos a los investigadores en las universidades, como lo son el sinfín de evaluaciones y papeleo.

La universidad y el sistema de investigación catalán (y también español) están burocráticamente hipertrofiados, y lo digo como alemán, que no tenemos fama de ser muy flexibles precisamente.

No cabe duda de que detrás de esto existe una voluntad y una política muy elogiables: se trata de poner fin a la endogamia académica y de potenciar la excelencia de la investigación; lo que no parece haber, en cambio, es una respuesta firme sobre cómo conseguirlo. Sea cual sea la respuesta correcta, lo que no se puede hacer es legislar para luego tener que proclamar estados de excepción.

Para garantizar que a la larga en Catalunya no sólo haya islitas de investigación, sino que se convierta en un país de investigación cada vez más competitivo, habrá que buscar fórmulas ágiles de incorporación y promoción de investigadores universitarios, las cuales permitan responder a las necesidades de un sector cada día más internacional e interdisciplinar.

Al mismo tiempo, desde las universidades hace falta un compromiso absoluto con la excelencia que rompa con todo hermetismo: sólo así las universidades estarán cualificadas para seleccionar de forma autónoma y estratégica su personal, tal como ocurre en otros países donde las universidades fichan a los investigadores con talento. Y quién dudaría de que los catalanes entienden de fichar talentos: en el fútbol lo llevan demostrando desde hace tiempo...

 

8-III-09, Alexander Fidora, profesor de investigación Icrea, Universitat Autònoma de Barcelona, lavanguardia