22-II-09, Marc Carrillo, catedrático de Derecho Constitucional, Universitat Pompeu Fabra, lavanguardia
El poder judicial se atribuye exclusivamente a los jueces y magistrados. Sólo ellos pueden ejercer la potestad jurisdiccional, aplicando el derecho a la resolución de conflictos entre los ciudadanos, o entre estos y los poderes públicos. Aunque Montesquieu pensó que se trataba de un poder "en cierto modo nulo", faculta a sus titulares para decidir sobre aspectos esenciales de la vida de los ciudadanos, como la libertad y la propiedad; y su capacidad de incidir en la vida social y política se ha expandido enormemente desde mediados del siglo XX. La Constitución de 1978 estableció que jueces y magistrados "formarán un cuerpo único", y el legislador optó por el llamado "sistema burocrático" en el que los integrantes del Poder Judicial son funcionarios públicos. Así, los licenciados en Derecho pueden acceder a dicho cuerpo de acuerdo con los requisitos de mérito y la capacidad, y una vez dentro se ordenan jerárquicamente recorriendo una "carrera" en la que se asciende mayormente por antigüedad. La principal vía de reclutamiento se basa en la oposición libre, que no viene impuesta por la vigente Constitución, ¡sino que fue establecida en la de 1869! El opositor, después de superar un test, debe memorizar con la ayuda de un preparador,que es un juez, unos 400 temas de derecho que ha de ser capaz de cantar (cada uno en quince minutos cronometrados) ante un tribunal ubicado en Madrid e integrado mayoritariamente por juristas. Se trata de una especie de rito de pasaje que convierte a un joven licenciado sin experiencia, después de cinco años encerrado en su casa empollando, en miembro de una poderosa corporación con visos de casta.
Una vez superado el rito, debe permanecer algo más de un año en la Escuela Judicial de Barcelona para recibir cursos de formación y realizar prácticas en los juzgados. Probablemente no exista el sistema perfecto de selección de personal al servicio de cualquier organización, pero el actual mecanismo de reclutamiento de los jueces en España resulta manifiestamente inadecuado a la realidad social y política de hoy, en la que aquellos están destinados a desempeñar importantes funciones como titulares de un poder estatal. Desde todos los ámbitos se han lanzado numerosas propuestas de reforma, acudiendo a la experiencia de otros países, pero hasta hoy ninguna ha superado las resistencias que generan entre… los mismos jueces. Un pez que se muerde la cola: algo debe reformarse para que la reforma prospere.
22-II-09, Enric Fossas, catedrático de Derecho Constitucional de la UAB, lavanguardia