(crisi:) ´El infumable discurso´, Alfred Font

¿Una crisis es algo real? Una crisis económica consiste básicamente en un cambio de expectativas. Hasta un cierto momento se pensaba que la economía vivía un ciclo expansivo y a partir del momento siguiente se piensa que la economía entra en un ciclo recesivo.

¿Y un simple cambio de expectativas tiene un efecto tan espectacular? Sí, por un fenómeno muy conocido en economía y en otras ciencias sociales que se denomina "profecía autocumplida". Cuando una masa crítica cree que la crisis se va a producir esta creencia es la crisis. A partir de un punto de no retorno - el de la pérdida de la confianza-los agentes económicos abandonan las reglas del juego expansivo y se pasan a las reglas del juego recesivo, con lo cual el nuevo paradigma - el "conjunto de suposiciones compartidas", que decía Adam Smith-es la recesión.

¿Pero acaso no existen razones reales que justifiquen el cambio de creencias? Sí, existen, pero son las mismas que justificaban la creencia opuesta. Veamos como ejemplo un clásico de la economía financiera: el llamado principio del más tonto. ¿Has comprado bonos de nombre imaginativo y contenido basura?: eres tonto, pero no hay problema, otro más tonto que tú te los comprará a ti más caros. ¿Has comprado un pisito en una periferia siniestra a precio de castillo en Francia?, bueno, no importa, otro más tonto... ¿Cuándo se detiene la rueda? Cuando se instaura el cambio generalizado de expectativas y hasta los más tontos dejan de comprar lentejuelas a precio de oro. Entonces todos los juegos piramidales quedan al descubierto y empieza el pánico.

¿Cuál es el siguiente paso?: la crisis como discurso. Un discurso masivo, autointeresado, apocalíptico, irracional, según el cual la salvación del mundo depende de que el Estado corra a sostener las viejas estructuras ineficientes, evite la caída de los precios oligopólicos, empuje a los ciudadanos a comprar trastos contaminantes y subvencione la incompetencia a costa de los contribuyentes.

Ese discurso infumable no puede ser tomado en serio. No se detiene una epidemia realimentando el virus. Son tiempos de innovación, de alumbramiento, de viaje al interior de uno mismo. Y para los emprendedores es la ocasión de inventar nuevas formas de actividad económica, fluidas, fiables, ya adaptadas al nuevo desorden inteligente de un mundo en red.

19-II-09, Alfred Font Barrot, director del posgrado de Negociación Estratégica del IDEC (UPF), lavanguardia