Nagorno-Karabaj: un´no país´ en marcha

Los armenios se asustaron un poco cuando estalló en agosto la guerra entre rusos y georgianos. Cerrada la frontera con su vecino del sur, Turquía, y con su vecino y enemigo del este, Azerbaiyán, las comunicaciones por tierra con Georgia son fundamentales para el comercio. "A través de Irán también hay flujo de mercancías, pero sólo coches. Menos mal que duró poco", dicen algunos comerciantes de la capital, Ereván. La corta guerra de Osetia del Sur se vivió con tranquilidad. Los armenios saben lo que es convivir con un conflicto congelado, el de Nagorno-Karabaj.

Este territorio, en el Cáucaso Sur, forma parte según derecho internacional de Azerbaiyán. Pero de hecho es independiente desde que ganó la guerra con el apoyo de Armenia. Aunque no reconoce oficialmente su independencia, esta antigua república soviética lo protege desde entonces.

Pasear por la capital karabají, Stepanakert, produce sensaciones contradictorias. A 329 kilómetros de Ereván y 170 de la capital de Azerbaiyán, Bakú, y con 45.000 habitantes, es un pueblo grande de casitas bajas, con las tres calles principales dominadas por el sello soviético, que convertía en ciudad todo lo que tocaba. La cobertura internacional de los teléfonos móviles no funciona, pero la compañía Karabaj Telekom ha convertido las oficinas de correos en centros de comunicaciones. La población se agolpa en los locutorios, y los jóvenes disfrutan de una lenta pero esperanzadora navegación por internet.

Sólo hay una carretera para salir de este no Estado.Un ejército de furgonetas Ford Transit para 16 pasajeros comunica Ereván con Stepanakert. El viaje dura siete horas. El vehículo, con una pila de maletas en la baca y a veces alguna gallina, recorre las montañas peladas de Armenia atravesando pueblecitos verdes que parecen oasis. Las marshrutkas,como se conoce este medio de transporte en el espacio ex soviético, se detienen en Goris, a 40 kilómetros del control fronterizo. Los locales están acostumbrados a los extranjeros, pues con los años el flujo de turistas ha crecido. Las agencias de viajes de Ereván incluyen excursiones de tres días a Nagorno-Karabaj y sus ciudades históricas de Shoshi y Gandzasar.

Al llegar a Stepanakert nos sorprende una ciudad pequeña y dinámica. Tiendas variadas y pequeños mercados típicos de una sociedad agraria. Joyerías (en estas montañas hay, sobre todo, oro y cobre), restaurantes, bares, minihoteles para turistas, y por la noche terrazas y garitos para la juventud más próspera.

"Hace 10 años no había diferencias con Abjasia u Osetia del Sur", explica a La Vanguardia Ashot Gulian, presidente del Parlamento de la República de Nagorno-Karabaj. Las guerras de allí y la de aquí terminaron casi al mismo tiempo, pero en Sujumi el rastro de los combates, con muchos edificios agujereados, en ruina, es aún manifiesto. En Stepanakert no hay nada que hoy recuerde de ese modo el conflicto. "Toda la ciudad quedó como nuestras vidas, destruida. Yo luché junto a mis dos hijos. Hoy sólo me queda uno", recuerda triste Saur Gagsyan, un veterano de la guerra de Liberación de la Patria. "En 1997 dimos un giro. Apostamos por seguridad e infraestructuras. Y empezamos a reconstruir para que la gente pueda vivir", explica Gulian. La ayuda de la diáspora armenia es otra pata de la economía karabají. "Ha sido fundamental para reconstruir nuestras vidas", dice Evika Babayan, subdirectora de Azat Artsaj,el primer periódico de esta república no república.

Nagorno-Karabaj, un territorio de 4.400 kilómetros cuadrados y 140.000 habitantes, está organizado como república presidencialista. El Parlamento tiene 33 diputados, y el Partido Democrático tiene la mayoría . El presidente de la República, Bako Saakian, fue elegido en julio del año pasado con el 85,4% de los votos.

Cuando la URSS languidecía, en 1988 los karabajíes pidieron a los gobiernos de Bakú y Ereván que accediesen al deseo de la población mayoritariamente armenia (80%) de separarse de Azerbaiyán y unirse a Armenia. En 1991, la opción independentista ganó con un 99,89% en un referéndum. Fue el inicio de una guerra que hasta el alto el fuego de 1994 se cobró 35.000 vidas y causó 650.000 desplazados.

En 1992 se creó el Grupo de Minsk, con Rusia, EE. UU. y Francia. Pero la negociación es lenta. "Hay que ser paciente y seguir nuestro camino. Si resolvemos la economía y apostamos por la democracia, fortaleceremos al Estado", razona Gulian.

26-IX-08, G. Aragonés, lavanguardia

No sólo Rusia cuenta. Turquía, aliada de Azerbaiyán, media ante Armenia para una solución parcial del conflicto, según fuentes diplomáticas occidentales consultadas por este diario. Además de Nagorno Karabaj, Armenia ocupa seis distritos en territorio azerbaiyano, los cuales devolvería a cambio de acceder a los puertos turcos del mar Negro. La única salida de Armenia al mar, a través de Georgia, se ha visto comprometida por la guerra de agosto. Pese al rearme de Armenia y Azerbaiyán, otra guerra dejaría postrados a ambos países.

26-IX-08, F. Flores, lavanguardia