primer enfrontament militar entre Pakistan i USA

Guardias fronterizos pakistaníes repelieron a tiros, en la madrugada de ayer, un conato de incursión por parte de fuerzas norteamericanas. El incidente, sin precedentes, se produjo en la zona tribal de Waziristán del Sur, a la altura de Angor Adda.

Según información recogida por vecinos de Angor Adda y confirmada por un funcionario pakistaní encargado de las relaciones con las zonas tribales, dos helicópteros Chinook que transportaban efectivos norteamericanos se adentraron unos doscientos metros en territorio pakistaní entre las doce y media y la una de la madrugada. Cuando dichos aparatos tomaron tierra, los guardias fronterizos abrieron fuego desde sus puestos, obligándolos a regresar al lado afgano de la frontera, donde se encontraban otros helicópteros y vehículos estadounidenses.

Según otra versión de los hechos, los helicópteros no violaron el espacio aéreo pakistaní y se limitaron a depositar a soldados de Estados Unidos junto a la frontera. Los paramilitares pakistaníes sólo dispararon, según esta versión, al aire después de que los soldados norteamericanos se adentraran en su territorio.

En cualquier caso, el tiroteo duró al parecer varias horas, aunque fuentes militares pakistaníes y norteamericanas han negado el incidente.

Los vecinos de Angor Adda aseguran, sin embargo, que al ver que los soldados pakistaníes abrían fuego sacaron sus armas y dispararon contra los helicópteros. Este pueblo ya sufrió una incursión norteamericana a principios de mes, cuyo objetivo era un campamento talibán.

A lo largo de los últimos quince días se han multiplicado las ofensivas del ejército estadounidense dentro de las zonas tribales pakistaníes donde se atrincheran miles de talibanes afganos y pakistaníes, además de efectivos de Al Qaeda.

Hace escasos días se reveló que el presidente norteamericano, George W. Bush, autorizó en julio las operaciones militares en las zonas autónomas pastunes de Pakistán a cargo del grupo de operaciones especiales. Esta orden secreta, de ser cierta, se produce casi siete años después de que Bush lanzara la guerra contra el terrorismo de inspiración islámica. Durante este tiempo, Washington no ha podido establecer con Islamabad una colaboración fluida para erradicar el refugio que para Al Qaeda suponen estos territorios.

El lanzamiento de misiles desde aviones no tripulados no es algo nuevo, pero se ha recrudecido en los últimos quince días. A estos ataques se añadió por primera vez, el pasado 3 de septiembre, la incursión de tropas terrestres. Más de cuarenta pakistaníes - entre ellos varios guerrilleros, pero también mujeres y niños- han muerto en estos ataques. La reacción pakistaní no se hizo esperar y el jefe del ejército, Parvez Kiyani, afirmó con dureza hace unos días que Pakistán respondería por todos los medios a cualquier incursión de tropas extranjeras. Cabe añadir que la OTAN se ha desmarcado de las incursiones norteamericanas y seguirá ciñiéndose a su mandato en territorio afgano.

El nuevo presidente pakistaní, Asif Ali Zardari, se reúne hoy en Londres con el premier británico, Gordon Brown, para convencerle de que disuada a Bush de un intervencionismo que Islamabad considera gravemente contraproducente. De hecho, el pasado domingo, varios líderes tribales pastunes anunciaron que se unirían a los talibanes locales si Estados Unidos continuaba con las incursiones.

Asimismo, el apoyo pakistaní a la ocupación de Estados Unidos y sus aliados de Afganistán ha alimentado la violencia islamista en el país, hasta el punto de que, en lo que llevamos de año, el número de víctimas en atentados suicidas ya es mayor en Pakistán - 471 muertos y 713 heridos- que en Iraq o Afganistán.

16-IX-08, J.J. Baños, lavanguardia