(JJOO:) ´No hay momentum´, Ramon Solsona

Lo de Pekín cansa. Mejor dicho, asquea desde que el COI eligió la capital china como sede olímpica. En vez de decir que nanay,que primero son los derechos humanos, el COI justificó la designación argumentando que los Juegos abrirán el gigante asiático a la democracia. Sólo Amnistía Internacional y organizaciones afines han alzado la voz para denunciar la aplicación de la pena de muerte (más de mil en 2006), la falta de libertad política y sindical, la utilización de presos como mano de obra barata, las obras faraónicas con grandes riesgos laborales, las expropiaciones por el artículo veintiséis, etc.

El COI apostó por la democratización de China, pero no se lo ha recordado al Partido Comunista Chino. Ha sido un pequeño lapsus, un olvido sin importancia. Lo que sí preocupa es la polución atmosférica. Y la comida. Las potencias occidentales temen que sus mejores atletas respiren aire sucio y coman perro con disfraz de pato laqueado. Lo otro, la falta de libertad y justicia, los trabajos forzados para los disidentes, los trasplantes de órganos de los ejecutados, la falta de libertad de expresión, la ocupación del Tíbet, todo eso es peccata minuta.

¿Dice usted que en China hay una dictadura? Pues no me había dado cuenta. Por cierto, ahora que lo menciona, ¿qué ocurre en el Tíbet? Ésa es la postura del COI. Su presidente se ha limitado a decir que los Juegos ayudarán a China a cambiar. No exige con firmeza el respeto elemental a los derechos humanos como hizo el propio COI en 1968, cuando excluyó a Sudáfrica a causa de la segregación racial. Al revés, Rogge ha recalcado que no va a haber boicot. Concretamente ha dicho que "no hay momentum" para ello.

Momentum es un anglicismo que significa "ímpetu, empuje, racha favorable". Pero en boca de Rogge sonaba a la muletilla de Jordi Pujol cuando espetaba "això no toca". Ahora no toca poner en duda un montaje de billones de dólares. Como barcelonés, estoy agradecido a la excusa olímpica que transformó mi ciudad. Pero no olvido los hitlerianos Juegos de Berlín de 1936, los muy soviéticos de Moscú de 1980 ni la matanza en la plaza de las Tres Culturas poco antes de México´68. En ese mismo año, Rusia acababa de invadir Checoslovaquia con doscientos mil soldados, lo cual no impidió que se colgara ochenta y nueve medallas en la capital azteca. Esperar ahora que el COI niegue el pan y la sal a quienes ha tratado con mimo es pedir peras al olmo.

No es verdad que política y deporte estén reñidos. Sí lo están política internacional y decencia. La adjudicación de los Juegos a Pekín bendice el atropello de los derechos humanos, pues hasta los niños de teta saben que importa más el apetitoso mercado económico que los principios. Pekín´08 ha sido un regalo para una dictadura que no escatimará medios a la hora de rentabilizar las medallas de sus deportistas. El poder siempre chupa cámara a costa del campeón. Política y deporte se necesitan, se implican, y hasta quienes se proclaman antinacionalistas - no miro a nadie- promueven el llamear de banderas triunfales. Esa guerra también está perdida: nunca el COI aceptará que se supriman los himnos y las banderas.

Pase lo que pase, quien manda tiene siempre la sartén informativa por el mango. En plena época de internet y de supuesta revolución tecnológica, se da preeminencia a la verdad oficial. La indagación de lo que realmente ocurre es vaporosa, como si los medios temieran contaminarse con el buenismo o el alarmismo de las ONG. En cambio la televisión china retransmitió el encendido de la llama en Olimpia con un falso directo que le permitió silenciar impunemente una protesta que sí vio el resto del mundo. A eso se le llama censurar ante las mismas barbas del COI. Pero no pasa nada, ahora no es el momentum. Y nunca lo será.

27-III-08, Ramon Solsona, lavanguardia