Espanya, contra gestos a Xina pel Tibet

El boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín sigue fuera de la agenda europea, incluso en su versión más ligera: la ausencia en su ceremonia inaugural. Ayer, los ministros de Exteriores europeos pidieron el fin de la violencia en Tíbet y reclamaron a China que intensifique el diálogo con la región autónoma, pero no figura el boicot a la cita olímpica entre sus métodos de presión al régimen.

Sólo tres países ex comunistas (República Checa, Polonia y Estonia) apuestan por demostrar el rechazo a la política de Pekín en Tíbet faltando a la ceremonia inaugural, una decisión que por ahora es minoritaria dentro de la UE. El primero en sugerir esta discreta pero relevante forma de boicot fue el presidente francés Nicolas Sarkozy, pero como en ese momento ejercerá de presidente de la UE, pronto señaló que consultaría a sus socios europeos. La conclusión de París tras el encuentro de ministros de Exteriores es que "nadie está a favor del boicot a los Juegos, y de la ceremonia de apertura nadie ha querido hablar", resumió el representante francés Bernard Kouchner.

Alemania no estará presente en la inauguración, pero la diplomacia germana niega que se trate de un gesto de rechazo a Pekín, ya que no acostumbra a enviar una delegación a esa cita, aunque tanto su presidente como el ministro de Deportes se desplazarán a China en algún momento de los Juegos. España está en contra de cualquier boicot, y ayer Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores ( "en funciones", resaltó el interesado con una sonrisa), aseguró que la voluntad del Gobierno "es estar representado como ha estado de manera tradicional", aunque no está decidido quién formará la delegación.

La declaración final de la UE no menciona en ningún momento la cita olímpica y reclama en cambio a China que todos los manifestantes detenidos en las revueltas sean tratados "conforme a las normas internacionales" y que se permita el libre acceso de la prensa a la región. El texto recuerda el reciente compromiso del Dalai Lama con la autonomía, y no con la independencia, de Tíbet y pide a Pekín que dialogue sobre "la preservación de la lengua, cultura, religión y tradiciones" de la región. La presidencia eslovena de la UE no descartó endurecer el tono de la crítica si sigue la represión en Tíbet.

30-III-08, B. Navarro, lavanguardia