jornada electoral i resultats a Pakistan

19-II-08, J.J. Baños, lavanguardia: La oposición al régimen de Pervez Musharraf cantaba victoria a última hora de ayer, con resultados aún provisionales, y anunciaba la formación de un gobierno de coalición entre el Partido Popular de Pakistán (PPP), de la asesinada Benazir Bhutto, y la Liga Musulmana (PML-N) de Nawaz Sharif. El primero llevaba ventaja en la provincia de Sindh y entraba en la Provincia Fronteriza, mientras que el segundo lideraba en la provincia más populosa, Punjab, superando al hasta ahora gobernante PML-Q.

La participación no ha llegado siquiera al 42% registrado en el 2002. La ausencia del banderín de enganche de Benazir Bhutto ha pesado más que la oleada de solidaridad registrada en un principio tras su asesinato, aún no esclarecido. La marea en favor del PPP no ha terminado de producirse y Nawaz Sharif ha sido premiado por su negativa frontal a pactar con el general Musharraf. Sharif llamó a las pocas horas de recuento al viudo de la asesinada Bhutto, Asif Ali Zardari, para cerrar filas frente al régimen, cuando aún no se sabía cuál de los dos partidos opositores estará en condiciones de hacerse con el primer lugar.

Durante meses, el guión había sido otro, ya que el PPP, de la mano de Benazir, se disponía a pactar con Musharraf por posibilismo, para llevar adelante la transición, marginando al PML-N. No obstante, el presidente pakistaní declaraba ayer su disposición a trabajar con cualquiera que fuera el ganador. Pero está por ver si es posible la convivencia de dicho gobierno con Musharraf, que tiene atribuciones para disolver la Asamblea y convocar nuevas elecciones en cualquier momento.

A última hora de ayer todavía no era posible determinar si la unión de PPP y PML-N conseguiría los dos tercios de los votos necesarios para destituir a Musharraf, cuya reelección como presidente - de dudosa legalidad- no es reconocida por el PML-N de Sharif. De hecho, en la recta final de la campaña, la esposa de Sharif dijo que el partido ya tiene candidato para sustituir a Musharraf en la presidencia: A. Q. Jan, el padre de la bomba atómica pakistaní, bajo arresto por vender secretos nucleares a terceros.

El PML-O, llamado partido del rey,formado hace un lustro por Musharraf con desertores de otras formaciones, puede haber sido descabalgado del poder en Islamabad y también, previsiblemente, en su feudo del Punjab, por lo que su futuro se aventura incierto. Pese a los múltiples avisos de manipulación a favor de las fuerzas del gobierno, el hecho de que el presidente del PML-Q, Chaudhry Shuyat Husain, haya perdido su escaño en su feudo de Gujrat indica que su alcance ha sido limitado. Suerte muy distinta ha tenido su hasta ahora aliado, el MQM, que aumenta incluso su fuerza en Karachi.

Hasta las cinco de la tarde, los pakistaníes fueron acercándose a los colegios electorales, con mesas distintas para hombres y mujeres. Casi todos los comercios cerraron en Karachi, la mayor ciudad del país. El miedo a la violencia retuvo en casa a muchos votantes. No sin razón, ya que en diversos incidentes una quincena de simpatizantes del PPP y del PML-N perdieron la vida y varias decenas fueron heridos...

Desde principios de los noventa, miles de personas han muerto en Karachi en tiroteos entre mohayires (descendientes de refugiados indios, de lengua urdu, mayoritarios) y pastunes, o entre mohayires y sindis, o entre suníes y chiíes.

Un recorrido por Karachi es un botón de muestra de la explosiva diversidad étnica, sectaria y lingüística de Pakistán, el único país musulmán con armas nucleares. El fantasma de la balcanización ha sido agitado en los últimos días de campaña por el PPP, en caso de falsificación de resultados. Otro fraude electoral, en 1971, terminó con la escisión de Pakistán Oriental, hoy Bangladesh. No es sólo retórica.

La afluencia de votantes fue muy escasa en Beluchistán, la mayor región del país y la más rica en recursos naturales, pero también la más olvidada y despoblada. Hay desapego en los patanes, que no entienden de fronteras con sus hermanos pastunes de Afganistán y que gozan de autonomía en las irreductibles zonas tribales, supuesto refugio de terroristas. Y la Cachemira ocupada por Pakistán ni siquiera vota en estas elecciones.

Pero la mayor amenaza es la rebelión de Sindh, exacerbada por el asesinato de su hija predilecta, Benazir Bhutto, por mucho que esta no hablara sindi. Ahí sí que hay un ultimátum al Punjab, que por población elige a más de la mitad de los diputados. La cultura política pakistaní sigue siendo feudal, sujeta a fidelidades de clan. Los mohayires votan en masa al gangsteril MQM, aliado de Musharraf; los sindis al PPP, mayoritariamente; y los pastunes, a los nacionalistas de la Liga Awami.

20-II-08, J.J. Baños, lavanguardia: Ayer por la tarde, frente al mar Arábigo, podía oírse con toda claridad una sarta de estallidos. Desde el parque de Qothari, mujeres con velo giraban el cuello con una curiosidad muy relativa, en dirección al barrio de donde procedían. No son cohetes ni salvas de celebración por la victoria electoral. "Son ellos", nos informan, "los pistoleros del MQM". El partido de los descendientes de refugiados de India es la única fuerza política pakistaní que cuenta abiertamente con un brazo armado. Ayer intimidaban a las tres circunscripciones de Karachi en la que el MQM no se ha llevado el escaño en juego. En varias, su proporción de votos supera la barrera del 90%.

Karachi, la mayor ciudad musulmana del mundo, es un lugar desmesurado también en lo que a coacción y pucherazos se refiere. El periódico The Nation,de Karachi, sufrió un atentado hace años que provocó cuatro muertos. Su director Javed Mahmud reconoce que desde entonces no escriben contra el MQM, que ha prestado su apoyo a Musharraf durante los últimos años. Pero tras la debacle del PML-O, su socio, el líder del MQM, Altaf Hussain, se ha apresurado a ofrecer su apoyo a cualquier fuerza en disposición de formar gobierno.

Pese a estar exiliado en Londres, el sonriente capo Hussain sigue omnipresente en Karachi. Sus eslóganes van desde "poder para todos" a "venimos a traer amor". Por si acaso, también han traído hombres y armas automáticas de Sudáfrica, donde muchos de sus dirigentes más buscados se refugiaron tras las batidas emprendidas por Bhutto y Sharif a finales de los noventa. O por lo menos, les ha interesado hacer correr el rumor de que, en estas elecciones, estaban preparados para todo. "Cuentan con más de un millar de pistoleros y con muchos jóvenes dispuestos a dar su vida por ellos", explica Mahmud.

Sin embargo, el MQM no sólo tiene pistolas. En boca de su líder parlamentario, Faruq Sattar, tiene incluso un discurso político más elaborado que sus competidores políticos. Sattar justifica a La Vanguardia su apoyo a Musharraf "por sus principios laicos" y defiende el carácter popular de su formación. Por otro lado, los líderes del PML-Q, ya han reconocido su derrota, y han declarado que pasarán a la oposición.

Otra de las noticias del día es la debacle de la coalición fundamentalista MMA, abandonada por el mayor de sus partidos. Su derrota es importante en el caso de las asambleas de Beluchistán y del Noroeste, ambas fronterizas con Afganistán y con graves problemas de talibanización. En la segunda, cuna de los pastunes, el MMA ha gobernado en solitario durante los últimos cinco años.

Sin embargo, es muy posible que los partidos opositores, lejos de lo que espera EE. UU., aprovechen su estreno en el gobierno negociando una tregua con los rebeldes pastunes que hostigan al ejército en las áreas tribales y siembran el país de terroristas suicidas. Zardari dijo ayer que el PPP quiere librar la guerra contra el terrorismo de acuerdo con la definición pakistaní de éste. En cualquier caso, el senador norteamericano John Kerry, que actuó como observador durante las elecciones, afirma que, aunque las elecciones no hayan sido perfectas, convierten a Pakistán en merecedor de "dividendos democráticos" y solicitó que EE. UU. triplique las ayudas a este país.

La democracia es la mejor venganza", afirmó la asesinada Benazir Bhutto, con una frase convertida en lema de campaña por su Partido Popular de Pakistán (PPP). La revancha se hacía ayer realidad, al final del recuento, que confirmaba al PPP como fuerza más votada, con 88 diputados, y barría al purgatorio a los pupilos de Pervez Musharraf (Liga Musulmana PML-Q), con apenas 38. Entre ambos se sitúa la Liga Musulmana PML-N de Nawaz Sharif, con 66 escaños, premio a su regreso sin concesiones al general Musharraf. No en vano, las elecciones de anteayer han sido también un referéndum sobre los últimos ocho años de dictadura y democracia tutelada. Y el veredicto ha sido claro: Musharraf ha sido desautorizado y su continuidad como presidente pende de un hilo.

A Sharif le ha faltado tiempo para pedirle la dimisión. En su defecto, ha declarado que el primer objetivo de su partido era rehabilitar al presidente del Tribunal Supremo, Iftijar Chaudhry - bajo arresto domiciliario- y al resto de magistrados destituidos por el general, para que dictaminen sobre la legalidad de su reelección como presidente. El líder del PML-N también ha anunciado que todas las medidas ilegales e inconstitucionales adoptadas por Musharraf serán anuladas. Pero un portavoz de éste considera que la figura presidencial no era lo que estaba en juego, ya que acaba de empezar su mandato de cinco años. El general retirado, por su parte, considera cumplida su promesa de celebrar elecciones "libres, limpias y pacíficas".

En el caso de Nawaz Sharif, la venganza tiene tintes personales. Musharraf, al que él eligió como jefe del ejército, fue el hombre que, consecutivamente, le montó un golpe de Estado, le encarceló y lo envió al exilio. Sharif, que en algún momento se declaró heredero político del dictador Zia ul Haq, ordenó las pruebas nucleares pakistaníes y ha apaciguado a menudo a los islamistas. Los oficiales del ejército lo ven con mejores ojos que a Asif Ali Zardari, el viudo de Benazir Bhutto. Una vez aclarado el referéndum sobre su anterior jefe, el nuevo número uno del ejército, Ashraf Parvez Keyani, y el resto de oficiales de alta graduación, podrían preferir a Sharif sin Musharraf, antes que a Musharraf con Zardari, cuyos alegatos contra el establishment les incomodan.

Por otro lado, saben que, una vez fagocitado el PML-Q, la antigua rivalidad entre el PPP y el PML-N volverá a emerger. Sea cual sea el próximo gobierno, se augura que, más que el gobierno de la transición, será un gobierno de transición.

El veterano líder parlamentario del PPP, Majdum Amin Fahim - que llevó el partido durante el exilio de los Bhutto- se perfila como candidato del consenso y la moderación al cargo de primer ministro. No obstante, no está escrito que el presidente Musharraf tenga que encargar la formación de gobierno al PPP por ser el más votado. El agraciado podría ser Nawaz Sharif, para que intente formar una mayoría con los aliados de Musharraf - PML-Q y la fuerza hegemónica en Karachi, MQM- además de fuerzas minoritarias, como los pastunes de la ANP, los religiosos del MMA y otros.

Zardari renovaba ayer su apuesta por un gobierno de consenso, con la excepción de "aquellos que han formado parte del anterior gobierno". No obstante, en declaraciones a La Vanguardia,la portavoz del PPP, Sherry Rehman, tras reafirmar que no reconocen al "partido de Musharraf" como formación política, sostiene que es posible llegar a acuerdos "a título individual". Una nueva afrenta para la fuerza que en teoría ha gobernado Pakistán durante los últimos cinco años. Esta vez, el PML-Q lo ha tenido más difícil que hace cinco años, cuando Pervez Musharraf mantuvo en el exilio a sus contrincantes políticos y hubo un marcado fraude.