víspera de la independčncia

Kosovo declarará mañana por la tarde su independencia. Pero, como tantas cosas en este territorio, hasta hoy mismo todavía oficialmente provincia serbia, claramente no se ha dicho.

El propio primer ministro, Hashim Thaci, convocó ayer a cientos de periodistas para una breve rueda de prensa en la que se negó a decir cuándo sería la esperada proclamación, liberando así todo tipo de especulaciones.

Por una parte, se esperaba la luz verde de la UE - finalmente accionada- para poner en marcha la misión Eulex, que supervisará el proceso de independencia; por otra, se rumoreaba que Serbia podría boicotear las comunicaciones de telefonía fija e internet este fin de semana y, además, en el norte kosovar, en Mitrovica - ciudad dividida entre serbios y albaneses-, se aireaba la creación de una administración paralela serbia. La noche del jueves, un pequeño artefacto estalló junto a una oficina de la UE en esta ciudad dividida sin consecuencias, aunque los cristales rotos fueron a caer en el patio del vecino, serbio precisamente.

De todos modos, y en el caso improbable de que la declaración se pospusiera hasta el lunes, hay algo que no puede esperar: ya está encargado un gigantesco pastel de 25 metros cuadrados con la forma del mapa de Kosovo y 1.500 kilos de peso que será repartido entre el público en la avenida Madre Teresa, en el centro de Pristina. Según parece, el Gobierno kosovar evitará hacer un homenaje a los veteranos del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK, en sus siglas en albanés), para no ser agoreros.

Hashim Thaci, todo autoridad, despreció con una sonrisa tensa las preguntas sobre la independencia para centrarse en el mensaje que le interesaba dar ayer. "Como primer ministro - dijo- me he comprometido a construir Kosovo como un país con perspectivas para todos e igualdad de oportunidades para todas las minorías, y en primer lugar para los serbios". El ganador de las elecciones del 17 de noviembre anunció la creación de una oficina dentro de su propio gabinete "para buscar soluciones a los problemas de las minorías".

Para ello, este antiguo guerrillero - recibía el apodo de Serpiente-que administraba las finanzas del UCK, contará con un millón de euros, aportado por "muchos donantes". En lo que parecía un mensaje a los representantes serbios menos radicales - con los que aseguró mantener "contacto regular"-, invitó "a todos los que quieran regresar a sus casas y propiedades".

El Parlamento kosovar estuvo ayer reunido todo el día, y entre otras cosas aprobó la aplicación de las propuestas de las Naciones Unidas para la independencia tutelada en las 24 horas siguientes a su proclamación.

Buena parte de la Constitución ya se conoce. Recoge el plan de la ONU y reconoce el virreinato del nuevo representante internacional y de la UE, el holandés Pieter Feith, que tendrá la última palabra sobre el Gobierno, la judicatura y en particular sobre un Tribunal Constitucional formado por nueve jueces, tres de los cuales serán extranjeros (pero nunca de los países vecinos), nombrados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La nueva República de Kosovo quedará definida como "el Estado de los ciudadanos de Kosovo", indivisible y sin pretensiones territoriales sobre ningún otro Estado. Esta Constitución entrará en vigor a los ciento veinte días de la independencia. Algunas voces críticas señalan que en su borrador en albanés hay cosas que no se entienden, debido a una deficiente traducción del inglés, "de los americanos", dicen. La declaración kosovar de independencia se supone que es unilateral,pero lógicamente siempre pueden fallar detalles.

16-II-08, F. Flores, lavanguardia

No sólo los kosovares trabajan contra reloj para tener listo todo su arsenal legal de cara a su inminente proclamación de independencia. La luz verde a la misión policial y judicial de la UE, tras semanas de discretas pero intensas negociaciones, sólo se ha producido esta medianoche, cuando cumplía el plazo acordado para que los gobiernos europeos presentaran posibles objeciones al plan operativo. A pesar de las reservas de algunos estados miembros a la decisión unilateral de Kosovo de separarse de Serbia, las capitales respondieron anoche con el silencio, lo que permite poner en marcha la misión de manera inmediata.

El despliegue de esta operación civil, dotada finalmente con al menos dos mil soldados, no implica el reconocimiento oficial por parte de la Unión Europea de la independencia de Kosovo, una decisión que recae exclusivamente en cada Estado miembro. Francia, Reino Unido, Alemania e Italia - los países europeos que arbitraron las fallidas negociaciones entre Belgrado y Pristina sobre el estatus de la provincia- podrían concertar sus posiciones el próximo lunes en Bruselas, durante el Consejo de Ministros de Exteriores de la UE, y reconocer juntos la independencia del territorio si tal anuncio se produce, como se espera, mañana domingo.

Ni España ni Chipre, los países con más reticencias a una declaración unilateral, que no reconocerán ( "comprensible, dado su calendario electoral", apuntan con malicia fuentes diplomáticas francesas), han hecho de su posición un casus belli y de hecho aportarán algunos efectivos a la misión europea en Kosovo. La independencia de este enclave es una prueba de fuego para la política exterior europea. Hasta ahora, los Veintisiete han sido capaces de salvar sus diferencias basándose en tres convicciones: el statu quo del territorio (un protectorado de la ONU desde 1999) no es una opción, la UE debe asegurarse de que Kosovo tiene un futuro democrático y es capaz de construir un auténtico Estado de derecho y, por último, debe mantener perspectivas de, algún día, ingresar en la Unión.

La misión europea, denominada Eulex, tiene 120 días desde la declaración de independencia para asumir las funciones civiles que actualmente desarrollan las Naciones Unidas y que tienen los días contados cuando se produzca una declaración de independencia, ya que esta no cuenta con el aval del Consejo de Seguridad. "La UE no asumirá responsabilidades hasta el mes de junio, porque hemos hecho un proceso de transición muy suave - explica Cristina Gallach, portavoz de Javier Solana, alto representante de Exteriores de la UE-. Kosovo está muy cerca de los países de la UE y no podemos permitir que no se desarrolle allí un Estado de derecho sólido y respetuoso sobre todo con las minorías". Pero Kosovo, matiza, pasará en junio "a manos de las autoridades locales" y no de la UE, aunque la tutela será muy estrecha.

Salvada la unidad para desplegar la misión en Kosovo, el siguiente reto será la gestión de la misión, que pondrá a prueba la vocación de Europa de ser un actor de peso en la escena internacional. La misión Eulex, que cuenta con una oficina en Pristina que hasta la fecha ha desarrollado labores preparatorias, contará con 1.500 policías (la mitad, antidisturbios) y unos 250 jueces, además de personal para tareas administrativas y aduaneras.

La UE mantendrá su apoyo económico al territorio y prepara, junto con el Banco Mundial, una gran conferencia de donantes para apoyar las reformas y la reconstrucción de Kosovo, totalmente dependiente de las ayudas e inversiones internacionales. El nuevo Estado deberá hacer frente a los serios problemas de paro, crimen organizado y corrupción que lastran su desarrollo.

16-II-08, B. Navarro, lavanguardia