consens o trencament -del país-?

Todos contra el fraude. En una imagen con escasos precedentes, el viudo de Benazir Bhutto, Asif Ali Zardari, y el ex primer ministro Nawaz Sharif se reunieron ayer para advertir al presidente pakistaní, Pervez Musharraf, contra un pucherazo en las elecciones previstas para el próximo lunes. Los antiguos rivales dejaron ayer de lado sus diferencias personales - Zardari fue encarcelado durante el mandato de Sharif- para defender la formación de un gobierno nacional de consenso tras los comicios. Zardari, por el Partido Popular de Pakistán (PPP) y Sharif, por la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), esgrimen la necesidad de sentarse "para salvar la federación".

Con el mismo fin, pocas horas antes, Zardari había exigido "que el establishment firme un nuevo contrato social con las cuatro provincias". Asimismo, dio a Musharraf "un último aviso" de que "el pueblo exige democracia y no se contentará con menos". Un sondeo realizado entre 3.500 pakistaníes de 350 municipios, publicado ayer, extrapola que más de la mitad de los pakistaníes votarán por el PPP el día 18.

Zardari avisa de que, si los resultados oficiales arrojan un resultado descaradamente desfavorable para el PPP, el fraude les obligará a tomar "decisiones drásticas que podrían vulnerar la integridad de Pakistán". Referencia poco velada a que el PPP, único partido con auténtica implantación nacional, podría dejar de ser un adalid de la unidad pakistaní y jugar la carta de Sindh, provincia donde su mayoría es aplastante, al margen de las dos grandes ciudades, Karachi y Haiderabad.

Tanto esta amenaza como el acercamiento de todas las fuerzas de la oposición da idea de las enormes resistencias con que se encuentra la transición a la democracia y el temor a que se malogre una vez más. Cabe recordar que tras la conmoción por el asesinato no esclarecido de Benazir Bhutto, el propio Zardari fue elogiado por acallar, en Sindh, a los partidarios enfervorizados del PPP que insultaban a Punjab - lugar donde se produjo el asesinato- y a los punjabíes. Benazir murió en Rawalpindi, la ciudad cuartel del ejército, históricamente dominado por los punjabíes.

"La democracia es la mejor venganza", reza un cartel a la entrada de Bilawal House, la nada despampanante casa de alquiler de los Bhutto en Lahore. En el imaginario colectivo, el PPP es la finca que la terrateniente familia Bhutto riega regularmente con su propia sangre, renovando así su título de propiedad. Sin embargo, pese a tantos sacrificios, en lo que a retratos se refiere, la familia crece. A las tradicionales imágenes de Benazir y de su padre, Zulfikar Ali Bhutto, el santoral laico del partido ha incorporado en esta segunda manga de la campaña al heredero Bilawal y al regente, Asif Ali Zardari.

Ahí están todos, no sólo en el umbral de la más modesta de sus casas, sino a lo largo y ancho del país. Zardari, viudo de Benazir y padre del joven Bilawal, no sólo se ha afianzado al timón del partido, sino que será el nuevo hombre fuerte de Pakistán, si el ejército se atreve a respetar la voluntad popular. Sin embargo, en la calle nada hace suponer que Pakistán esté a las puertas de un cambio de régimen.

La esperanza que se mascaba en la calle hace unos meses, con jueces y abogados resistiéndose a la arbitrariedad del régimen de Musharraf, se ha ido acobardando por la proliferación de atentados. En noviembre quedó estrangulada por el estado de excepción y definitivamente traumatizada en diciembre por el asesinato de Bhutto.

Zardari apareció ayer en Lahore con unas medidas de seguridad colosales. Antes de alcanzar su casa, uno debía pasar por delante de más de un centenar de hombres armados. Esta vez, el Gobierno le ha concedido permiso para llevar vehículos con cristales ahumados. Zardari ha puesto el pie en Punjab - donde, por seguridad, no tiene previsto mítines, de momento- para subir la moral de los suyos en una provincia donde el partido de Sharif y, hasta hace poco, incluso el partido que apoya a Musharraf cuentan con importantes apoyos. Zardari siempre se refiere a Benazir Bhutto como BB shahid,la mártir BB, siendo bibi también una forma respetuosa en urdu.

Zardari propugna ahora devolver al Parlamento todo el poder que le otorgaba la Constitución de 1973. Devolver influencia a los partidos significa, en la práctica, recortársela al ejército, pero Zardari se cuida mucho de pronunciar dicha palabra. Es norma en sus discursos referirse al establishment:"Todo aquel que pertenezca al establishment debe marcharse, incluido Musharraf", sentenció ayer, acabando con una ambigüedad calculada que hasta hace poco remitía dicha decisión a un futuro.

Asif Ali Zardari nació en la provincia de Sindh hace 51 años, en una familia de industriales de confesión chií. Cuando la hija del ejecutado Zulfikar Ali Bhutto se perfilaba como futura primera ministra de Pakistán, se concertó el matrimonio entre Asif y Benazir, del que han nacido un hijo y dos hijas. El mayor, Bilawal, fue nombrado presidente del partido tras el asesinato. No obstante, Zardari lleva en la práctica las riendas del PPP. Fue el hombre indispensable en la sombra durante los dos mandatos de Benazir Bhutto, aunque temporalmente ocupó la cartera de Medio Ambiente. Según sus detractores, la sombra también sirvió para que la pareja se enriqueciera ilícitamente. Durante años negó ser el propietario de una mansión en Surrey (Inglaterra), hasta que se demostró.

El hermano revolucionario de Benazir, Murtaza - que se había convertido en un engorro político- murió tiroteado por la policía, en un crimen en el que muchos vieron la mano de Zardari. Pasó más de ocho años en prisión, de donde salió con la salud debilitada. Ahora, las circunstancias le han sacado de la sombra para convertirle en el hombre fuerte del partido más popular de Pakistán.

13-II-08, J.J. Baños, lavanguardia