´perillós islamisme (atňmic) pakistančs´, entrevista a Shirin Ebadi

Vivió con entusiasmo el derrocamiento de la dictadura del sha y apoyó la llegada del imán Jomeini..., que no tardó en apartarla de la judicatura. Años después, Shirin Ebadi, premio Nobel de la Paz 2003, retomó el derecho desde la única posición posible para una mujer: la abogacía. En Casa Àsia, con la colaboración de la Fundació CIDOB, habló ayer sobre "Islam, derechos humanos y participación política de la mujer".

¿Hay una salida digna del atolladero nuclear para Irán?

El Consejo de Seguridad de la ONU ha sancionado a Irán en dos ocasiones y le ha pedido que pare el enriquecimiento de uranio. El mundo tiene miedo de que Irán tenga la bomba atómica, aunque siempre ha manifestado que no tiene intención de usar la energía nuclear con fines armamentísticos. El OIEA ha dicho que, hasta la fecha, todo está en regla. Creo que Irán debe parar el proceso de enriquecimiento de uranio para ganarse la confianza internacional de que tiene intenciones pacíficas. Después podrá continuar con el proceso. Es lo que pasó en la época de Jatami. Por eso la relación de Irán con otros países mejoró bastante. También es importante preguntarse: ¿por qué el mundo no confía en Irán cuando dice que no tiene malas intenciones? La razón es muy sencilla. Las decisiones se toman a puerta cerrada y lejos de la vista del pueblo. La gente no puede votar a quien quiere, sólo a las personas aceptadas por el Consejo de los Guardianes de la Revolución. Y si alguien hace la más mínima crítica al Gobierno, su petición para participar en las elecciones será vetada por el consejo. Cuando un país no tiene elecciones libres nadie confía en él a escala internacional.

Cuando dice que no sabe por qué no creen a Irán, ¿se refiere al doble rasero que aplica Estados Unidos?

No estoy a favor de la política de doble rasero de EE. UU., que afirma que si Irán consigue la bomba atómica va a amenazar la seguridad internacional. EE. UU. piensa así porque Irán no es un país democrático y porque tiene un islam radical. También dice que Irán ayuda a los grupos terroristas. Pero quiero llevarle al este de Irán, a Pakistán. Pervez Musharraf llegó al poder con un golpe de Estado. Pakistán fue el país donde se concibieron los talibanes. Cuando estos llegaron a Kabul, Pakistán en seguida reconoció su gobierno. El islam que hay en Pakistán es muchísimo más radical que el que hay en Irán y tiene la bomba atómica. EE. UU. nunca se ha sentido amenazado por Pakistán. Y la pregunta del pueblo iraní es: ¿qué diferencia hay entre Irán y Pakistán? ¿No será el petróleo que tiene Irán?

En su complejo sistema político votar no sirve de mucho.

Sí, es verdad. Pero para construir un edificio de 20 plantas habrá que empezar por los cimientos, que en la democracia son la libertad de expresión. En Irán la censura es cada vez más dura.

¿Más que en los primeros momentos de la revolución?

Estamos peor que con Jatami y mejor que hace 27 años.

¿Ha mejorado la situación de las mujeres y presos políticos por su acción como abogada?

El premio Nobel me ha ayudado mucho, porque me ha proporcionado más altavoces para hacer llegar mejor mi voz. Y decir al mundo que aún tenemos la ley de la lapidación. Y que el mes pasado condenaron a cinco políticos a cortarles la mano derecha y el pie izquierdo (la pena por robo). Y decir que en Irán se ejecuta a menores de 18 años. Pero, a escala interna, el Gobierno está mucho más en contra de mí. Es muy obvio que no les caigo bien.

¿Tan imposible era ver en 1979 que, si apoyaban a Jomeini, se iba a llegar a esto? ¿Nadie desconfiaba de él?

Sí los había, pero muy pocos.

18-I-08, I. Ramos Rioja, lavanguardia