panorama postmagnicidi a Pakistan (+ noms clau)

(notícies en ordre cronològic invers

7-I-07, J.J. Baños, lavanguardia: el PML-Q. En Pakistán se le conoce como el partido del rey,en este caso, Pervez Musharraf. La Liga Musulmana de Pakistán: Qaid-i-Azam (PML-Q), añadió su coletilla en homenaje al padre de la nación, Ali Yinah. No obstante, sería más fiel a la realidad que se llamara PML-Musharraf, puesto que fue el general quién inspiró el partido con el objetivo de legitimar su golpe de Estado de 1999 y, luego, su acceso a la presidencia. Para ello contó con oportunistas de la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N) de Sharif, el primer ministro derrocado por Musharraf. También integró a nostálgicos de la dictadura militar de ul Haq, como la fuerza política de su hijo Iyaz.

Hasta hace dos años, Musharraf se apoyó también en una coalición de partidos fundamentalistas que ha florecido bajo su mandato. El mayor de ellos es el único que ahora apoya abiertamente aplazar las elecciones. También se sostiene en el MQM, el partido mayoritario entre los pakistaníes que, como Musharraf, emigraron desde la actual India antes de la partición, y que tienen el urdu (idioma oficial de Pakistán) como lengua materna (8% de la población).

6-I-07, J.J. Baños, lavanguardia: El viudo de Benazir Bhutto y nuevo hombre fuerte del Partido Popular de Pakistán (PPP), Asif Ali Zardari, pide un nuevo gobierno interino y una Comisión Electoral libres de allegados al régimen de Pervez Musharraf para asegurar la limpieza de las elecciones pospuestas hasta el 18 de febrero. En un artículo publicado en The Washington Post,el político pakistaní exige que los observadores internacionales puedan hacer sondeos a pie de urna y que se restituya a las televisiones la libertad de retransmitir en directo acontecimientos políticos durante la campaña.

Ali Zardari asegura que varios de los responsables de la muerte de su esposa "están dentro del actual Gobierno". Por ello insiste en pedir una investigación del magnicidio a cargo de las Naciones Unidas, tal como ocurrió en el asesinato del ex primer ministro libanés, Rafiq al Hariri. A pesar de mostrar su disponibilidad, un portavoz de la ONU ha subrayado la necesidad de que la solicitud parta de un gobierno, como sucedió en el caso de Hariri.

Un equipo de media docena de investigadores de Scotland Yard inició ayer sus pesquisas en el lugar del atentado, donde se multiplican velas y flores en recuerdo de Benazir Bhutto. Tras sus declaraciones, el viudo de Bhutto partió hacia Dubai. Allí despedirá a su hijo Bilawal Bhutto Zardari, de 19 años, elegido nuevo presidente del PPP. Bilawal regresa estos días a Oxford, donde cursa estudios universitarios.

El ministro de Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, vio frustrado el jueves su intento de dar el pésame en persona a Zardari. Pese a haber aterrizado en el aeropuerto más próximo al feudo de los Bhutto, recomendaciones de seguridad le impidieron proseguir el viaje, por lo que tuvo que conformarse con llamar al nuevo hombre fuerte del mayor partido pakistaní.

Se da la circunstancia de que Zardari pertenece a la minoría chií de Pakistán (menos del 20% de la población), dominante en Irán. Este es uno de los factores que juegan en su contra para imponerse sin oposición en el partido.

Zardari es beluchi, no sindi, como los Bhutto, ni punjabí, como la mayoría de los pakistaníes. Asimismo su fama de corrupto y su presunta implicación - que le costó ocho años de cárcel- en el asesinato del hermano y rival político de Benazir Bhutto, Murtaza, lo alejan de las bases del partido. Es de temer que los partidos que apoyan a Musharraf, gracias a la prórroga conseguida con el aplazamiento de las elecciones, empiecen a sacar trapos sucios de Zardari, para poner al PPP a la defensiva.

La nominación apresurada de Bilawal, aunque simbólica, responde también a los propios demonios internos de la familia Bhutto. Benazir expulsó en su día del partido a uno de sus tíos, que ha seguido reivindicando el legado político de los Bhutto - el abuelo fue gobernador de Sind durante el Raj británico-. Asimismo, los dos hermanos de Benazir murieron de forma no natural, como su padre, que fue ahorcado por el dictador Ul Haq.

4-I-07, J.J. Baños, lavanguardia: "Mi esposa y mi hija cumplen años el 18 de febrero y las elecciones en ese día son mi regalo de cumpleaños", afirmó ayer Pervez Musharraf, deseoso de mostrar sus convicciones democráticas ante los medios extranjeros. Para congraciarse con ellos, invitó a 120 periodistas a una rueda de prensa en el palacio presidencial, que terminó convertida en una nueva edición de Desde la presidencia,su programa televisivo de los jueves. Eso sí, las únicas cámaras permitidas eran las suyas.

Musharraf hizo lo que pudo para llevar el agua a su molino y aceptó todas las preguntas. En el espíritu de la democracia, una persona, una pregunta, se permitió bromear el presentador, que al final del programa saludaría la intervención de un periodista de China: "¡Por fin un país amigo!". No quedaron dudas de que el menudo Musharraf, por su modales y discurso, es el mejor guante de seda para cubrir el puño de hierro con que los militares controlan Pakistán. A última hora de la tarde, el encuentro era retransmitido como un falso directo, convenientemente editado y depurado, por varios canales pakistaníes.

"La esencia de la democracia no consiste sólo en celebrar elecciones", afirmó, tras el aplazamiento in extremis de los comicios que deberían tener lugar el próximo martes. "Estas no sólo deben ser libres y justas, sino también pacíficas. Estarán abiertas a todos los observadores". A continuación, el presidente desglosó los que considera logros de su régimen.

"En el 2000 llevaba tres sombreros: el de jefe de Gobierno, del ejército y del Estado. Luego sólo tuve el segundo y el tercero y, actualmente, sólo el último. Ya no puedo dar órdenes directamente al ejército".

Musharraf rechazó el adjetivo de dictador y ni siquiera se irritó cuando alguien le dijo que tenía las manos manchadas con la sangre de Benazir Bhutto: "Aunque esté por debajo de mi dignidad, contestaré. No soy un feudal, ni un tribal, sino que provengo de una familia muy educada y civilizada, y no forma parte de mi carácter ni el asesinato ni la intriga. Dicen que Bhutto y yo éramos un tándem. Pues bien, el otro soy yo, estoy amenazado, pero cuento con medidas de seguridad y, además, sé cómo protegerme".

Se mostró firme ante la insinuación de complicidades del aparato del Estado en el magnicidio. "¿Quién tenía más que ganar con el asesinato? ¿El Gobierno o alguien más? Juzguen ustedes mismos". El general retirado asegura que a Bhutto se le dio amplia protección, que escogió su propio jefe de seguridad y que más de mil agentes vigilaban el mitin de final funesto. "Si no hubiera salido del coche no le hubiera ocurrido nada. Pero ella no entendía que el Pakistán de hoy en día es distinto al de la década anterior". "¿Por qué su marido no pidió a Scotland Yard cuando su cuñado apareció asesinado?", desafió. (Poco después, el PPP rechazaba la ayuda británica y seguía pidiendo una investigación de la ONU). "Si se eliminaron pistas al despejar la carretera tras el atentado fue por ineficiencia y no por mala voluntad", aventuró.

Musharraf es consciente de que muchos pakistaníes consideran que el crimen es obra de elementos del régimen, y no de Al Qaeda. "En los últimos tres meses hemos tenido 19 atentados suicidas, y en casi todos los casos, la investigación nos lleva a apenas a dos jefes tribales: Fazlulah, en el valle de Swat, y Mahsud, en Waziristán del Sur. No hay servicio secreto en Pakistán, creo yo, capaz de adoctrinar a un hombre para que se vuele por los aires. Eso sabemos quién lo hace, aprovechándose de jóvenes analfabetos. Además, no se olvide que la mayoría de estos atentados van dirigidos a nuestra gente, el ejército y los propios servicios de inteligencia". Y desveló que sus fuerzas armadas han sufrido 400 muertos y 900 heridos en los últimos tres meses en la lucha contra la insurgencia islamista."

En cualquier caso, Musharraf descarta dimitir, porque opina que el sentir de los pakistaníes urbanos, modernos y anglófonos "no se corresponde con la mayoría del país", y porque su dimisión "no resolvería los problemas de Pakistán". Ante la cámara, Musharraf no se altera cuando se le llama asesino.

Musharraf sólo se altera cuando se menciona al presidente del Tribunal Supremo, Iftijar Chaudhry, al que mantiene bajo arresto domiciliario tras haberle despojado de su cargo. "No podemos tolerar a alguien que lo que pretende es agitar, en una atmósfera como la que ya tenemos". Preguntado si habrá solución a la actual convulsión en dos meses, dijo que "no, esta crisis la tiene que gestionar un gobierno democrático".

3-I-08, J.J. Baños, lavanguardia: Pakistán no acudirá a las urnas el próximo martes, después de que la Comisión Electoral haya decidido finalmente retrasar las elecciones legislativas hasta el próximo 18 de febrero. Su presidente, Qazi Mohamed Faruq, sostiene que no se reúnen las condiciones de seguridad, algo discutible hoy por hoy, cuando quedan lejos los primeros días de disturbios.

También afirma que no es posible reparar los daños causados en los registros de varios colegios electorales, algo negado por los partidos políticos interesados en que los comicios se celebraran en la fecha prevista, pese al asesinato de la gran favorita al cargo de primera ministra, Benazir Bhutto. Tanto la formación de esta última, el Partido Popular de Pakistán (PPP), como la Liga Musulmana de Pakistán N (PML-N) de Nawaz Sharif han adelantado ya que mantienen su participación en las elecciones.

Tras el anuncio de la Comisión Electoral, el primer mensaje del presidente Pervez Musharraf desde el magnicidio fue transmitido por aquellos canales de televisión - la mayoría- que se han plegado a sus condiciones, cosa que no es el caso de Geo TV o Al Yazira en inglés. El general retirado calificó de "inevitable" el aplazamiento electoral y consideró que había llegado "la hora de la reconciliación y no del enfrentamiento".

A continuación, lamentó la "tragedia nacional" y anunció que un equipo de Scotland Yard sería invitado a participar en la investigación del atentado, según había acordado con el Gobierno de Londres. El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, ya ha confirmado el envío a Pakistán de agentes especializados en antiterrorismo a finales de esta misma semana.

Cabe señalar que, en su discurso, Musharraf da por seguro que se trata de un atentado terrorista, extremo sobre el que dudan la mayoría de sus conciudadanos, conocedores de la violenta historia política del país. El parque Liaqat, junto al que fue asesinada Benazir Bhutto, lleva el nombre de otro primer ministro, muerto en atentado allí mismo. También el padre de Benazir, Zulfiqar Ali Bhutto, murió asesinado en la misma ciudad de Rawalpindi, sede del poder militar. Los pakistaníes temen que, tal como en el caso de Liaqat, nunca se llegue a saber quién fue el responsable.

1/2-I-08, J.J. Baños, lavanguardia: un senador del partido de Bhutto afirma ahora que su presidenta tenía previsto cenar la noche de su asesinato con dos legisladores norteamericanos, a los que iba a revelar las tácticas que presumiblemente utilizarán los servicios secretos para adulterar el resultado electoral.

Antes de decidir, la Comisión Electoral quiso ayer escuchar la opinión de los partidos, aunque antes había hecho lo propio con los gobiernos de Punjab y Sindh, dominados por el partido que apoya a Musharraf. Estos habrían transmitido la conveniencia de no celebrar elecciones durante el Muharram, el segundo mes más sagrado para los musulmanes, que este año empieza el nueve de enero. Sólo el partido que apoya a Musharraf se muestra comprensivo con un eventual aplazamiento...

Mientras tanto, el teórico nuevo heredero de la dinastía Bhutto, Bilawal, de 19 años, regresaba ayer con sus dos hermanas a Dubai, donde la familia ha residido durante gran parte del exilio. Su nombramiento aplaca termporalmente las incertidumbres del PPP, que sabe que si no aprovecha el tirón popular de Benazir mientras dure la conmoción por su muerte, corre un serio riesgo de fragmentación, ante el controvertido liderazgo de su viudo.

31-XII-07, J.J. Baños, lavanguardia: Al concluir el tercer día de duelo por el asesinato de Benazir Bhutto, el Partido Popular de Pakistán (PPP) eligió ayer a su hijo de 19 años, Bilawal, como nuevo presidente. No obstante, dada su temprana edad (es preciso tener 25 años para ser diputado) el primogénito de Benazir proseguirá sus estudios en Oxford mientras su padre, Asif Ali Zardari, será quien dirigirá el partido. Asimismo, el PPP ha decidido hacer de tripas corazón y concurrir a las elecciones del 8 de enero. Sin embargo, su candidato para primer ministro, en caso de ganar los comicios, sería Majdum Amin Fahim, el sobrio líder parlamentario que dirigió el PPP en los años de exilio de los Bhutto.

El delfín de la dinastía Bhutto apenas habló para animar a los seguidores del PPP a "vengar" a su madre "a través de la democracia" con una victoria en las elecciones. En seguida, con una alusión a su "tierna edad", el viudo de Benazir se apropió del micrófono para pronunciarse de forma más enfática: "Los trabajadores deben ir a votar para enterrar a la liga de los asesinos", en referencia al partido que apoya al presidente Musharraf. No obstante, Zardari precisó que su partido no está en contra del ejército, sino de "ese hatajo de ladrones".

La misma Benazir Bhutto evitó cualquier crítica a Musharraf en su último mitin, en el que apareció singularmente feliz (acababa de entrevistarse con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai) a pesar de que el parque de Liaqat estaba a sólo un tercio de su capacidad. La frialdad de los pakistaníes pudo tener relación con sus componendas con el general Musharraf. Pero su asesinato ha provocado tal conmoción y solidaridad que dicho pecado original ha quedado borrado, de manera que podría llevar en volandas hasta el palacio de gobierno a cualquier candidato del PPP.

Esto lo sabe el partido que apoya a Musharraf, que tras conocer que no será el único gran partido en liza defiende ahora el aplazamiento de las elecciones por una sospechosa solidaridad sobrevenida con Bhutto. Por su parte, el partido de Nawaz Sharif anunciaba a última hora de ayer que también abandonaba el boicot después de escuchar el llamamiento del viudo de Benazir a que se sumara a los comicios. Así pues, Musharraf lo tiene ahora más difícil para justificar un aplazamiento de las elecciones - aunque no se descarte-, ya que además los disturbios fueron muy escasos en el día de ayer, a pesar de que la inmensa mayoría de los comercios siguieran cerrados por tercer día.

La reunión decisiva de la dirección del PPP se celebró en la casa de los terratenientes Bhutto, en Sind. Bilawal tenía un problema frente a sus primos: su apellido es Zardari y no Bhutto. Ayer quedó resuelto: su padre anunció que pasará a llamarse Bilawal Bhutto Zardari...

Un estudiante sin ninguna experiencia y de tan sólo 19 años, Bilawal, hijo de Benazir Bhutto y de Asif Ali Zardari, es el heredero de la más poderosa dinastía política pakistaní, a la que se suma con un cambio de apellidos: según anunció su padre, Bilawal incorpora también el apellido de su fallecida madre, anteponiéndolo al del padre. Único hijo varón, se convierte en el tercer líder del PPP, partido fundado por su abuelo Zulfiqar Ali Bhutto, derrocado en 1977 y ejecutado dos años después. Bilawal nació en septiembre de 1988, un mes antes de que su madre ganara las elecciones generales, bajo el régimen del general Zia ul Haq - que había hecho ejecutar a su abuelo- y se convirtiera en la primera mujer jefa de Gobierno de un país musulmán. Junto a su madre y sus hermanas, Bajtawar (1990) y Asafa, nacida en Londres en 1996, ha conocido el exilio durante largos años, entre Londres y Dubai. E igual que Benazir Bhutto, Bilawal ha estudiado en Oxford, donde cursa derecho.

29-XII-07, lavanguardia, Andrew Buncombe / Omar Waraich: El ex primer ministro de Pakistán (1990-1993, 1997-1999) Nawaz Sharif declaró ayer que su partido de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) no participará en las elecciones previstas para el 8 de enero y ha añadido que nadie debería beneficiarse del asesinato de Benazir Bhutto.

Sin embargo, el asesinato de la líder del PPP sitúa a Sharif, con diferencia, como el político de la oposición más poderoso y su actitud en los próximos días podría resultar crucial en relación con la forma en que evolucionen los acontecimientos. Su partido es especialmente fuerte en la provincia esencial, políticamente hablando, de Punjab.

Sharif, derribado por Pervez Musharraf por un golpe en 1999, volvió por fin del exilio el mes pasado. Pero aunque su labor haya resultado de primera importancia para la campaña electoral de su partido, según el dictamen de la Comisión Electoral Nacional, Sharif no era idóneo para presentarse como candidato. Sharif ha indicado que no podría colaborar con Musharraf y lo cierto es que a duras penas puede vislumbrarse cómo ambos, encarnizados rivales, podrían alcanzar algún tipo de compromiso o acuerdo. Pero también hay que decir que el PML-N - durante años en la oposición- intenta a la desesperada hacerse con el poder.

El general Ashfaq Kayani, jefe de las fuerzas armadas, es una de las figuras más poderosas de Pakistán. Ex jefe de los servicios de información militar pakistaníes (ISI), Kayani juró su cargo como jefe de las fuerzas armadas el mes pasado, cuando Pervez Musharraf dejó el puesto para convertirse en presidente civil.

El general Kayani presenta como militar una hoja de servicios próxima a Occidente. Ha ejercido parte de su carrera en Washington, donde goza de prestigio. Amante del golf, Kayani ha mantenido habitualmente una actitud discreta, pero a raíz de la situación derivada del estado de emergencia declarado el mes pasado, se desató una oleada de rumores en el sentido de que el general Kayani había encabezado un golpe de Estado contra Pervez Musharraf.

Tales rumores eran infundados, pero subrayaron el papel principal del general Kayani en el seno del establishment militar y político. ¿Podría el estamento militar volverse contra Musharraf? Algunos analistas piensan que si las fuerzas armadas juzgaran que Musharraf es incapaz de mantener el orden, podría verse expuesto a un apartamiento del cargo y, acto seguido, se proclamaría la ley marcial.

Se ha mencionado el nombre de Atizaz Ahsan, destacado abogado y defensor de los derechos humanos, como posible sucesor de Benazir Bhutto a la cabeza del Partido Popular de Pakistán (PPP). De todos modos, hay que recordar que esta formación política ha sido presidida siempre por algún miembro de la familia Bhutto, y algunos observadores temen que podría desintegrarse en varias fracciones.

29-XII-07, lavanguardia: NOMBRES CLAVE:

Bhutto. Dinastía política. Shahnawaz Bhutto, abuelo de Benazir, lideró la Liga Musulmana. Su hijo, Zulfiqar, fundó el Partido Popular de Pakistán y fue presidente y primer ministro. Murió ahorcado en 1979 por el general Zia ul Haq. Benazir asumió el liderazgo del PPP al morir su padre. Primera mujer en gobernar un país musulmán, resultó elegida dos veces primera ministra.

Cachemira. India y Pakistán llevan sesenta años enfrentándose por ella. En 1947, mientras el rajá hindú dudaba si integrarse a Pakistán o a India, Islamabad invadió la región, de mayoría musulmana. El rajá pidió ayuda a India a cambio de la promesa de adhesión. La ONU intervino y dio a India el control de dos tercios de Cachemira. Pakistán acusa a India de impedir un referéndum (como recomendó la ONU) mientras Nueva Delhi argumenta que Islamabad sostiene a la guerrilla separatista musulmana.

Ejército. Con 620.000 soldados, el ejército pakistaní controla amplios sectores de la economía además de tener una fuerte influencia política. En sus sesenta años de historia, Pakistán ha tenido cinco presidentes militares y ha vivido tres golpes de Estado: los de Mohamad Ayub Jan (1958), Zia ul Haq (1977) y Pervez Musharraf (1999).

A. Q. Jan. Padre de la bomba atómica pakistaní, Abdul Qadir Jan está en arresto domiciliario desde el 2003 por vender tecnología nuclear a Irán, Libia y Corea del Norte. Musharraf perdonó a Jan, un héroe en Pakistán (único país islámico con arma nuclear), pero no le levantó el arresto.

Mohamed Ali Yinah. Padre de la patria. Tras defender durante años la unión hindú-musulmana, se convenció de que la partición era necesaria para garantizar los derechos de los musulmanes. Como líder de la Liga Musulmana, arrancó a los británicos la creación de Pakistán en 1947.

Pervez Musharraf. Tomó el poder en un golpe militar en 1999, y un año después se proclamó presidente. Fiel aliado de EE. UU. - apoyó la intervención en Afganistán-, ha sobrevivido a tres intentos de asesinato. En el 2007, ante la presión interna y externa, y tras mantener la ley marcial durante tres semanas, renunció a la jefatura del ejército para convertirse en presidente civil.

Pakistán Oriental. Conocido como Pakistán Oriental entre 1947 y 1971, la independencia de Bangladesh dio pie a la tercera guerra con India. Las relaciones entre Islamabad y Dacca fueron tensas desde el principio por la distancia geográfica y las aspiraciones nacionales bengalíes. Cuando en 1971 Pakistán Oriental se enfrentó por las armas al Occidental, India envió tropas a Dacca, capturó a los soldados pakistaníes y en apenas dos semanas Bangladesh declaró su independencia.

Nawaz Sharif. Protegido del general Zia, fue primer ministro entre 1990-93 y 1997-99, antes de ser depuesto por Musharraf. Eternos rivales, en el 2006 formó con Bhutto una alianza democrática. En noviembre regresó a Pakistán tras siete años en el exilio. Después del asesinato de Bhutto, a quien había criticado por negociar con Musharraf, ha anunciado que boicoteará las próximas elecciones.

28-XII-07, lavanguardia: El asesinato de Benazir Bhutto pone al descubierto cuán precaria, frágil y arriesgada es la estrategia de Estados Unidos hacia Pakistán, un aliado contradictorio pero inevitable en la guerra contra el terrorismo islámico desde el 11-S. Washington apadrinó el acercamiento entre Bhutto y el presidente Musharraf en un intento tardío y casi desesperado por prevenir que Pakistán se precipitara en el abismo. Esa apuesta está ahora definitivamente perdida y emerge más real que nunca el espectro de una desestabilización caótica del único país musulmán con arsenal atómico.

Pakistán es un paradigma de cómo la política exterior estadounidense, durante decenios, ha quedado atrapada por una madeja de intereses aislados que, a la postre, han chocado entre sí. Lo que parecía deseable en un momento se tornó en daño catastrófico unos años después. Por ejemplo, el régimen militar del general Zia ul Haq fue útil a Washington, en los años ochenta del siglo pasado, al convertir el país en una base para los guerrilleros islamistas que hostigaban a los soviéticos en Afganistán. Pero alimentar al monstruo dio origen a los talibanes, hizo fuerte a Al Qaeda y tuvo su epílogo en los casi tres mil muertos del 11-S. Tras los atentados, se hizo necesario un espectacular giro, de nuevo con la complicidad pakistaní, pero esta siempre ha sido ambigua debido a los condicionantes internos. Musharraf, que ha recibido ayudas por valor de diez mil millones de dólares, permitió que se capturara a algunas figuras de Al Qaeda, pero no a Bin Laden y su lugarteniente, a quienes se cree refugiados en las regiones tribales junto a la frontera afgana. Pakistán sigue siendo un vivero de yihadistas.

La Administración Bush fue determinante para que Bhutto regresara al país. La Casa Blanca presionó después a Musharraf para que levantara el estado de excepción y renunciara al uniforme. Pero se ha visto que el proceso era forzado y muy limitada la capacidad de Washington para teledirigirlo. Un volcán de la magnitud de Pakistán desborda a una superpotencia que bastante trabajo tiene ya para pacificar Iraq y Afganistán pese a su gran despliegue militar durante años en estos países.