Por primera vez quienes se oponen a la pena de muerte en el mundo tienen la posibilidad de lograr que la Asamblea General de la ONU apruebe una moratoria en la que se dicte la suspensión de las ejecuciones, aunque no sea más que una declaración de principios sin carácter vinculante. Pero ayer el sueño tropezó con la intransigencia de algunos países europeos, cuya insistencia en calificar esta resolución como paso previo a la abolición pone en peligro la supervivencia de la misma, al provocar el rechazo de otros países que habían prometido su apoyo.

«El tiempo se agota, la hora final es el jueves, y si para entonces no tenemos una resolución, se acabó», advirtió ayer la ministra italiana para Asuntos Europeos, Emma Bonino, que había viajado a Nueva York para recoger los frutos de 14 años de lucha. Tan asumida estaba la victoria que la ONG que se fundó para esta causa, 'Que nadie toque a Caín', había convocado ayer a la prensa para presentar con algarabía su informe anual sobre la situación de la pena de muerte en el mundo y dar un impulso a la resolución, apoyado por figuras como la actriz Gina Lollobrigida y el ex gobernador de Nueva York Mario Cuomo.

En su lugar, ayer se encontraban a la puerta del auditorio Dag Hammarskojold de la ONU varios funcionarios de la organización pidiendo disculpas por la intempestiva cancelación debido a «razones estratégicas». Bonino explicó después a la prensa que la situación de la resolución es «tan, tan frágil» que habían decidido aceptar el consejo de Francia de evitar «nuevos malentendidos».

Contra el eurocentrismo

La ministra italiana se despachó a gusto contra el «eurocentrismo» de algunos países que no ven más allá de lo que pasa en Europa. «Somos tan eurocéntricos que en Europa pensamos que ésta es una batalla fácil porque allí la pena de muerte está abolida desde hace tiempo, y nos creemos que eso nos da derecho a dictar el texto (de la resolución) al resto del mundo», se desahogó. «No nos damos cuenta de que tan pronto como se sale de Europa este es un tema muy, muy delicado», agregó.

La UE, donde se generó la iniciativa de la moratoria que ahora se quiere plantear a la Asamblea General de la ONU, la concibió como «una línea de trabajo hacia la abolición de la pena de muerte que inmediatamente establezca una moratoria en las ejecuciones». La palabra «abolición», a la que los países europeos no quieren renunciar ni en el título, provoca el rechazo de muchos otros países cuyo apoyo se había logrado. «Cuando se buscan socios es para escucharlos», protestó Bonino. Sin ellos cualquier resolución está condenada al fracaso, pero tampoco sería la primera vez que la abstención de algunos países de la UE costase la victoria. En 1994, la primera vez que se introdujo esta resolución en la ONU, se perdió por apenas ocho votos. Una veintena de países que hoy forman parte de la Unión Europea se abstuvieron entonces.

Bonino amenazó con que Italia se adherirá a la propuesta de resolución presentada por Nueva Zelanda en lugar de la UE incluso si para ello tiene que abandonar a sus socios europeos. «En Bruselas uno puede pensar que la cohesión europea es lo más importante pero en Nueva York las cosas son distintas», explicó.

ideal.es, 30-X-07.

Disensiones en la UE hacen peligrar moratoria pena de muerte en la ONU

Las disensiones entre los países de la Unión Europea (UE) ponen en peligro la adopción de una resolución en la Asamblea General de la ONU que insta a una moratoria mundial de la pena de muerte, afirmó hoy la ministra de Asuntos Europeos de Italia, Emma Bonino.

La falta de acuerdo obligó a cancelar la presentación en la sede de Naciones Unidas de un informe de la organización italiana contraria a la pena de muerte 'Nessuno tocchi Caino' (Que nadie toque a Caín), en la que debían participar personalidades como la actriz Gina Lollobrigida, el disidente político chino Wie Jingsheng y el ex gobernador de Nueva York Mario Cuomo.

'Hay un alto riesgo de que la iniciativa fracase. Espero que todo el mundo esté dispuesto a ceder algo, no creo que esto sea un momento para ideologías', dijo Bonino en una conferencia de prensa.

La ministra italiana advirtió de que, por el calendario de la Asamblea General, se debe presentar un texto antes del viernes o se tendrá que esperar hasta 2008 para volver a presentarlo, tal como ha sucedido desde que en 1993 se propuso por primera vez la idea de la moratoria.

Los promotores de la resolución aseguraban contar hasta ahora con al menos 101 votos favorables, una cifra suficiente para conseguir finalmente la mayoría simple entre los 192 países presentes en la Asamblea General.

Pero el consenso se resquebrajó el pasado viernes, explicó Bonino, cuando varios países europeos, entre los que identificó a Bélgica, se opusieron a un texto que hizo circular Nueva Zelanda porque no hacía referencia a una futura abolición de la pena capital.

El Gobierno neozelandés, al igual que otros de fuera de la UE como México o Brasil, se han unido este año a la iniciativa europea bajo el entendimiento de que se limitará a llamar a una moratoria, afirmó la ministra italiana.

'En Europa se cree que éste es un asunto fácil porque somos demasiado eurocéntricos. Cuando uno se va al este, oeste o al sur, el asunto la pena de muerte es muy delicado', admitió.

Bonino no descartó que se siga adelante con el texto neozelandés incluso si en los próximos dos días no se logra recuperar el consenso dentro de la UE, aunque el margen limitado de votos con que se cuenta hace improbable que se pueda adoptar sin el apoyo en bloque de los europeos.

'En Bruselas uno puede pensar que la unidad europea es lo máximo, pero en Nueva York la cosa es muy diferente', agregó la ex comisaria europea de Ayuda Humanitaria.

Aunque la resolución no sería vinculante, sus promotores consideran que su adopción supondría un gran paso adelante en la lucha contra la pena capital.

Un total de 133 Estados miembros de la ONU han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica, y sólo 25 países llevaron a cabo ejecuciones en 2006, el 91 por ciento de las cuales se registraron en China, Irán, Irak, Pakistán, Sudán y EEUU, según la organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI).

El número de ejecuciones cayó más del 25 por ciento en 2006, cuando se aplicaron al menos 1.591 penas de muerte en 25 países frente a las 2.148 de 2005, de acuerdo con AI.

EFE, terraactualidad, 29-X-07.