VI/IX-06


Il mondo aiuti il Darfur, Kofi Annan, Il Messaggero, 19 settembre 2006.



Rebels Say They May Abandon Darfur Pact, washingtonpost, 14-IX, C. Timberg.


The U.N.'s Darfur Moment, M.L. Schneider, crisisgroup, 6-IX-06: After Rwanda, Kosovo and a host of other atrocities, and with the mass killings of Darfur staring them in the face, the leaders agreed at the U.N. Millenium Plus 5 Summit that state sovereignty could not be used to justify atrocities—or to bar collective international action to protect those citizens...


Que se passe-t-il au Darfour?, lexpressiondz, 7-IX-06, Ch.E. Chitour: Depuis 2003, et malgré un cessez-le-feu signé en 2004, la guerre du Darfour a provoqué entre 180.000 et 300.000 tués, et provoqué au moins 2,4 millions de déplacés... mais ce n´est que lorsque ces populations opprimées se sont défendues et ont formé une rébellion que l´Onu et la communauté internationale ont commencé à ouvrir les yeux...


notizie radicali, 8-IX/Il Reformista, 6-IX, I. Panozzo: Continua il "tira e molla" tra il governo di Khartoum, l'Unione africana e il Palazzo di Vetro. Mentre Khartoum giungeva ieri a più miti consigli sul prolungamento o meno della missione di peacekeeping africana, era la stessa organizzazione continentale a ribadire che le truppe dispiegate in Darfur concluderanno il loro mandato il 30 settembre come previsto. Tutto a posto, allora? No, perchè il vero pomo della discordia, ovvero l'eventuale sostituzione delle truppe Ua con i caschi blu dell'Onu, è ancora sul tavolo. Ed è sull'ipotesi di un intervento delle Nazioni Unite, approvato con una risoluzione del Consiglio di Sicurezza il 31 agosto, che il governo di Khartoum continua a non transigere. E dopo le minacce di confronto militare scagliate nei giorni scorsi dal presidente Beshir, è arrivata ieri la lettura politica data da uno dei consiglieri della presidenza, l'ex ministro degli esteri Mustafa Osman Jsmail: il vero obiettivo degli Stati Uniti nel far adottare la risoluzione dell'Onu e indebolire il governo sudanese fino a causare un cambio di regime a Khartoum.


Amnesty Warns of Possible Darfur Tragedy, 28-VIII-06: The build up of Sudanese troops in the war-torn western Darfur region could lead to a human rights catastrophe unless U.N. peacekeeping troops are sent to the region soon, Amnesty International warned Monday. Witnesses in El Fasher in North Darfur have told the London-based group that Sudanese military flights have been flying in troops and arms to the region, said Kate Gilmore, Amnesty's executive deputy secretary general. 'Displaced people in Darfur are absolutely terrified that the same soldiers that expelled them from their homes and villages may now be sent supposedly to protect them,' Gilmore said in a written statement...


lavanguardia, 1-IX-06: El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer incrementar el despliegue de cascos azules en Darfur (Sudán). La resolución autoriza a elevar los efectivos desde los actuales 12.373 soldados a 17.300 y 3.300 policías. Doce países votaron a favor y tres se abstuvieron (China, Rusia y Qatar). El Gobierno sudanés rechazó la resolución y la calificó de un "acto de enemistad y carente de motivo".


"To Halt Sudan's Atrocities, Follow the Money"; crisisgroup/International Herald Tribune; 22-VIII-06; N. Grono/J. Prendergast.


Paul Salopek, inviato del Chicago Tribune, è stato arrestato con l'autista e l'interprete in Sudan. Rischiano anni di carcere; notizie radicali/Corriere della Sera, 28-VIII-06, M. Farina: E come no: spionaggio. Se potessero, i governanti di Khartoum accuserebbero dì spionaggio in Darfur pure gli operatori umanitari e gli sparuti inviati dell'Onu.
Adesso tocca a Paul Salopek, 44 anni, un paio di Pulitzer e migliaia di chilometri nelle gambe. Un veterano dell'Africa, per anni corrispondente da Johannesburg, premiato nel 2001 per i suoi reportage (anche in canoa) dall'inferno della guerra civile in Congo. Un tribunale sudanese ieri ha formalmente incriminato il reporter del Chicago Tribune per essere una spia e per aver pubblicato notizie false...


La violación, arma de guerra; lavanguardia, 5-VI-05, Bru Rovira: Darfur, ¿recuerdan? Hace un año escaso, Darfur estuvo de moda humanitaria. En pocos meses no sólo viajaron hasta le remota región del oeste del Sudán estrellas mediáticas como Angelina Jolie, sino que incluso lo hicieron primeras espadas de la política mundial, de Kofi Annan a Colin Powell, pasando por Jack Straw o Miguel Ángel Moratinos, sin olvidarnos, por supuesto, de Javier Solana. Todos ellos tuvieron su foto al lado de niños y mujeres hambrientas de los polvorientos campos de refugiados.
Pero aquella moda que llegó con el verano no superó las Navidades y se desvaneció con el invierno. De hecho, la prisa por olvidarse de Darfur fue directamente proporcional al interés que tardó en suscitar una crisis humanitaria y un conflicto armado que había empezado 14 meses antes de que el avión del secretario de Estado norteamericano se posara en aquella región olvidada del planeta. Durante aquellos meses, un millón de personas se tuvieron que desplazar de sus aldeas y 30.000 habían muerto.
La presión mediática consiguió finalmente que el mundo se ocupara de Darfur, pero, como suele ocurrir con los conflictos de moda, la preocupación duró poco. Las víctimas del conflicto no merecen entorpecer las relaciones comerciales con un país que vende petróleo a China, Suecia, Canadá, Rusia y Francia y se encuentra en el punto de mira de EE.UU., que no quiere perder su parte del pastel energético.
De modo que después de las regañinas de verano al Gobierno de Jartum por apoyar las milicias arábes Janjawi, que son las responsables de acosar a la población cristianoanimista para que abandone la región, hemos vuelto a la situación anterior de olvido, sin que el conflicto se haya resuelto.
El Gobierno sudanés está aprovechando esta situación para acosar ahora a las organizaciones humanitarias que se han quedado en aquella región para ayudar a las poblaciones en peligro. Esta semana fueron detenidos Paul Foreman, británico, y Vicent Hoedt, holandés, dos de los coordinadores de los proyectos de Médicos sin Fronteras (MSF) en Darfur.
Ambos, que se encuentran en libertad provisional, son acusados de crímenes contra el Estado. El gobierno de Sudán se basa para esta acusación en el informe que MSF ha elaborado sobre la violencia sexual en Darfur, realizado a partir del testimonio de unas 500 personas -niños, mujeres y hombres- entrevistadas en los 25 centros de salud que allí tiene MSF, donde se han atendido a 1.250.000 personas.
El informe alerta sobre el uso de la violencia sexual como una de armas más destructivas de la guerra: se repite una práctica extendida en las guerras olvidadas, donde los civiles -especialmente las mujeres, los niños y los ancianos-, se convierten en la principal objetivo militar.
Destruir en silencio
"La violación -denuncia MSF- es una de las formas más insidiosas de violencia de las que son objeto las poblaciones de Darfur y de otras zonas de conflicto. Como es un arma silenciosa, no afecta ni a nuestras conciencias ni a nuestros actos.Adiferencia de las víctimas de palizas y armas de fuego, este crimen y sus supervivientes suelen quedar en la sombra por miedo y vergüenza de pedir ayuda". Sin embargo, "la violación destruye vidas humanas, traumatiza a las poblaciones y fragmenta las sociedades".
"Estaba recogiendo agua en el río, justo a las afueras de la ciudad, cuando topé con un grupo de hombres uniformados que me pidieron agua. Cuando se la di, me la tiraron a la cara. Así que cogí mis cubos y empecé a caminar hacia casa, pero ellos me siguieron. Mamá les pidió que me dejaran en paz y entonces empezaron a golpearnos. Mamá cayó al suelo. Uno de los hombres me arrastró fuera del grupo y me violó".
Esta mujer, de 28 años de edad, estaba embarazada de seis meses en el momento de la violación. También ella, como el 82% de las mujeres que han sido violadas, lo fue mientras estaba realizando sus actividades cotididanas. Esta forma de violencia pretende no sólo aterrorizar a la población, sino también paralizar la vida y empobrecer a las familias. Las mujeres son atacadas cuando se desplazan para ir a buscar leña para cocinar, se encuentran trabajando en el campo o acuden al río a recoger agua. El miedo hace que muchas de ellas no se atrevan a salir de sus aldeas y de nada sirve que se desplacen en grupo para evitar los asaltos.
Esto es lo que le ocurrió a un grupo de mujeres (entre ellas dos niñas de 13 y 14 años y tres ancianas) que iban con sus mulas a buscar forraje y tres hombres a lomos de dos caballos y un camecir llo se interpusieron en su camino. El relato lo hizo la niña de 13 años:
"Un hombre me cogió y me llevó a la orilla del río, alejándome del grupo. Otro hombre cogió a la otra chica. El tercero se quedó vigilando al camello y los caballos. El hombre quería que me sentara en el suelo y empezó a golpearme porque yo me negaba. Finalmente sacó un cuchillo y me obligó a sentarme. Quiso que me quitara la ropa.Me negué de nuevo. Entonces me bajó los pantalones y me violó. Cuando terminó se marchó sin de-una sola palabra y sin ni siquiera mirarme. Me dejó allí tirada".
Pero no sólo las mujeres son violadas, sino también algunos hombres, como relata el campesino de 28 años que fue asaltado mientras estaba trabajando en su granja:
"Estaba solo. Llegaron ocho hombres armados y me ordenaron que les diera el abrigo. Me negué. Empezaron a pegarme con un palo. Cinco de ellos me inmovilizaron y me violaron. Luego, uno sacó un arma con intención de matarme pero otro le detuvo. Entonces llegó mi mujer y los mismos hombres que me habían violado a mí la violaron a ella".
Muchas veces, como en este caso, las violaciones son múltiples y las víctimas sufren el ataque de varias personas. También el secuestro temporal es practicado por las milicias, tal y como testimonió una mujer que fue retenida durante seis días, durante los cuales fue obligada a mantener relaciones sexuales con diez hombres.
Además de los daños físicos y las enfermedades debidas a la violación hay que hablar también de las terribles secuelas psicológicas de las víctimas, que viven los embarazos no deseados en silencio y no se atreven a explicar lo que les ha ocurrido por miedo al estigma social y al castigo de los suyos y de las autoridades. Son varias las mujeres que declaran haber sido arrestadas y castigadas por la policía, acusadas de "embarazo ilegal", y que explican cómo su propia familia las castigó.
He aquí el relato de una niña de 16 años que fue violada por tres hombres armados mientras estaba recogiendo leña y cuando llegó a su casa su propia familia la echó a la calle:
"Tuve que construir mi propia choza lejos de ellos. Estaba prometida a un hombre y tenía muchas ganas de casarme. Después de la violación, no quiso casarse conmigo. Rompió el compromiso porque dijo que había perdido mi honra y ya no servía para nada. Fue lo peor que me podía pasar".
Pero aquí no terminaron sus desgracias porque al cabo de un tiempo supo que estaba embarazada.
"Cuando estaba de ocho meses la policía vino a mi choza y, a punta de pistola, me obligó a ir a la comisaría.Me interrogaron. Les dije que había sido violada. Me dijeron que tendría un hijo ilegal porque no estaba casada. Me azotaron en el pecho con un látigo y me metieron en la cárcel. Conocí allí a otras mujeres que habían corrido la misma suerte que yo. Durante el día nos obligaban a buscar el agua para la policía, lavar y cocinar. Me tuvieron diez días presa y ahora todavía debo la multa de 20.000 dinares que me impusieron (unos 65 dólares)".
Darfur, ¿recuerdan?
Hace un año ocupaba las portadas de todos los medios. Duró el tiempo que aguantaron las fotos de los visitantes notables antes de que se olvidaran de nuevo de las víctimas. Las milicias no han sido, por supuesto, desarmadas, comos e dijo que ocurriría. Y el Gobierno, con el que se siguen manteniendo las relaciones comerciales, castiga ahora a los que se resisten a aceptar la situación. Al parecer no deben sufrir demasiado la "presión": el 31 de mayo, según informo Reuters, el propio sudanés que había traducido a Kofi Annan los relatos sobre violaciones en el campo de Kalma fue detenido mientras el avión de Annan se alejaba por el horizonte.
Un coordinador de proyectos de Médicos sin Fronteras (MSF), Vincent Hoedt, de nacionalidad holandesa, fue detenido ayer en la cuidad de Nyala, capital de Darfur Norte, e interrogado en Jartum, suerte que ya corrió el pasado lunes su compañero británico Paul Foreman. La organización explica que "han sido acusados de crímenes contra el Estado a raíz de la publicación de un informe de MSF sobre la violencia sexual en Darfur". El Gobierno sudanés emprende así una campaña de amenaza y arrestos contra quienes denuncian las violaciones sexuales que se cometen en la región de Darfur, escenario de una de las peores crisis humanas de este siglo.


Sudan: Confronting the Atrocities in Darfur, crisisgroup, 26-VII-06, N. Grono: Darfur's ongoing misery is the world's continuing shame. The international community has conspicuously failed in its responsibility to protect the people of Darfur from large scale crimes against humanity: the result is over 200,000 dead and more than two million forced from their homes. But one notable exception to this international abdication of responsibility has been on the legal front, with the UN Security Council's referral of Darfur to the International Criminal Court (ICC) in March 2005. In the face of clear evidence of ethnic cleansing and other atrocity crimes, the ICC investigation has taken on enormous importance. It is also a critical test of the fledgling organisation. The Prosecutor of the International Criminal Court, Luis Moreno-Ocampo, faces three big challenges. The first is that Darfur is in the middle of a continuing conflict, making it extraordinarily difficult to conduct a successful investigation and prosecutions. The government and its proxy Janjaweed militias continue to launch attacks on the rebels and their civilian sympathisers in western Sudan and in neighbouring Chad, and the rebels are not only fighting them, but also each other. The Prosecutor does not even have a security force to protect his staff and witnesses on the ground let alone help him collect evidence...


A Dying Deal in Darfur, crisigroup.org, 13-VII-06: Most Darfurians, however -- more than 2.5 million displaced within Sudan and in neighboring Chad -- cannot go back where they belong, because the government still supports the Janjaweed militias, who continue to rape and pillage across Darfur and eastern Chad. We are now witnessing the second phase of a state-sponsored campaign to forcibly displace the largest of Darfur's non-Arab peoples from their homelands in collective punishment for the rebellion of a few among them: first, kill and displace as many of those targeted as possible; second, manipulate humanitarian aid so that survivors succumb to the attrition of diseases and malnutrition in squalid camps...


Sudanese Government Preventing Work of Rights Defenders in Khartoum, action.humanrigthsfirst.org, VII-06: Despite a UN-sponsored "moratorium on restrictions" on humanitarian activity promised by the Sudanese government in July 2004, persecution by Sudanese government bodies has continued unabated. In addition to arbitrary arrests and detentions by Sudanese National Security offices, the Humanitarian Aid Commission (HAC), which oversees the activities of NGOs, has consistently obstructed the work of these organizations...


Do something -- end killings, rapes, displacement, Jill Savitt, miamiherald.com, 5-VI/7-VII: It's been a month since the heralded Darfur Peace Agreement was signed on May 5, and the violence in western Sudan has not stopped; in some parts of Darfur, in fact, the violence has escalated. People are still being killed and raped and displaced -- every single day...


"Real Peace in Sudan", Colin Thomas-Jensen in TomPaine.com, 19 June 2006.
Last month, four days after the Darfur Peace Agreement was signed, the desperate and angry residents of Kalma camp in South Darfur lashed out against the African Union (AU), the regional body charged with observing a failed 2004 ceasefire and brokering the latest deal. Demonstrators looted an AU police post and brutally killed an unarmed Sudanese translator. Anger at the peace deal and the forces behind it is not limited to Kalma. Similar post-agreement violence has erupted in numerous other squalid displacement camps across Darfur...


Darfur’s Fragile Peace Agreement, crisigroup.org, 20-VI-06: The Darfur Peace Agreement (DPA) signed under African Union (AU) auspices on 5 May 2006 between Sudan’s government and the faction of the insurgent Sudan Liberation Army led by Minni Arkou Minawi (SLA/MM) is a first step toward ending the violence but strong, coordinated action is needed if it is to take hold. The document has serious flaws, and two of the three rebel delegations did not accept it. Fighting between rebel and government forces is down somewhat but violence is worse in some areas due to clashes between SLA factions, banditry, and inter-tribal feuds, while the Chad border remains volatile...


Myriam Josa, lavanguardia, 5-VI-06: Queremos seguridad, no más asaltos, no más muertes, no más violaciones...". Éste es el clamor en los campos de desplazados de Darfur Oeste, en Sudán. Un clamor trágico. Es el quejido de las víctimas de la guerra iniciada a principios del 2003 con el ataque a un centro del ejército por parte de grupos rebeldes procedentes de tribus africanas sedentarias y dedicadas a la agricultura. Los sublevados exigían representación política en el Estado, compartir las riquezas del país y seguridad en su región.
El Gobierno árabe respondió de forma brutal. Se habla de limpieza étnica, de genocidio... Los hombres del presidente sudanés, Omar Al Bachir, armaron a los janjawid (jinetes del diablo) reclutados entre tribus árabes orientadas a la ganadería e incluso sacaron a algunos de la cárcel, para que cumplieran con más ahínco su cometido. Y los bombardeos del ejército apuntaron a la población civil.
Pese al acuerdo de paz - amparado por Estados Unidos- firmado el pasado día 5 de mayo entre Gobierno y el grupo insurrecto mayoritario, el Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), los ataques a los campos continúan, ante la pasividad de la policía sudanesa y la impotencia de las tropas de la Unión Africana (UA).
En el Darfur de las sequías y hambrunas los enfrentamientos y conflictos entre agricultores y ganaderos por la utilización de la tierra se han repetido a lo largo de la historia. Esta vez han sido manejados por el poder central y la crueldad ha superado anteriores episodios. La autoridad legitimó a los janjawid mediante una ley que permite la actuación de la fuerza popular de defensa. "Los milicianos montados en sus camellos o caballos quemaron y arrasaron muchos de nuestros poblados, mataron a civiles, violaron sistemáticamente a las mujeres, obligándonos a huir...", explican, en los campos, esas gentes que perdieron sus escasísimas pertenencias.
La violencia se ejerce ahora contra los campos de desplazados. Los janjawid los asaltan, roban, se llevan a mujeres o utilizan las armas. "Muchos hombres - cuenta Fatna, en el campo Riad- no salen de ellos por temor a que los milicianos árabes los maten, como ya ha ocurrido. Las mujeres sí salen. Van a trabajar, por ejemplo, a una ladrillera cercana o a buscar algo necesario a Geneina. A veces las violan". "Ya ves, los hombres temen morir; ¡a ellas sólo las violan!", tercia amargamente Amna, mientras cose a máquina en la cabaña del campamento dedicada a la costura. A la violación se suma el oscurantismo que desprecia a la víctima del ultraje.
Aunque, según comenta un miembro de Acnur, aumentan los casos en que el marido apoya a la mujer violada, en otros siguen prevaleciendo los prejuicios de una sociedad ancestral y es rechazada por los suyos. Si la mujer se queda embarazada, la situación se complica, ya que no admiten el aborto. Acnur y las ONG aconsejan a las mujeres que en tales situaciones pasen de inmediato por sus centros, donde les dan la pastilla del día después que impide la gestación.
Durante la visita al campo Krindin, dos mujeres, madres de familia, violadas la noche anterior, relatan su terrible experiencia de modo inconexo y embarullado, según se desprende de las traducciones. Lo hacen discretamente, no les gustan las habladurías. "¿Denunciaron el hecho a la policía?". "Sí". Sin embargo, este paso sirve de poco. Los agentes no detienen a sus protegidos milicianos. Otro ejemplo, al abandonar Krindin, alguien dio la alarma : "Unos janjawid pretenden entrar en el campo". Miembros de Acnur avisaron a los policías del puesto de control. Ni se inmutaron.
Los desplazados, en general, no aceptan el acuerdo de paz con el Gobierno. Temen que los janjawid no sean desarmados. Laurens Jolles, jefe de Acnur en Darfur, lo atribuye a que muchos pertenecen a la etnia de los grupos minoritarios que no lo han firmado. Los árabes, por su parte, se oponen seriamente a esta medida. En suma, dificultades para lograr un entendimiento entre las distintas comunidades, todas musulmanas, a diferencia de las del sur de Sudán.
Muchos de los poblados de chozas que quedaron en pie están vacíos u ocupados por árabes, o bien han desaparecido por las lluvias. Un grupo de periodistas hemos podido comprobarlo. A unas decenas de kilómetros de Geneina, capital de Darfur Oeste, a campo través en la camioneta de un nativo, no encontramos huellas de los dos poblados buscados.
Vimos, eso sí, lo típico en la zona: burros cargados de leña; cabras pastando en un terreno árido; camellos, algunos con sus jinetes - hecho que da pie a los africanos no árabes a decir "mira, ésos son janjawid",algo que no siempre es exacto-, y patrullas militares de la UA.
Son unas patrullas inoperantes, ya que los 7.000 soldados de la UA destinados en Darfur no tienen permiso para utilizar las armas. Incluso han sufrido bajas en sus propias filas, sin responder. La comunidad internacional sostiene que deberían desplegarse en Darfur tropas de la ONU, algo que no acepta de momento el Gobierno de Jartum.
Este panorama dificulta el retorno de los dos millones de desplazados a sus pueblos, el de los 200.000 o más refugiados en Chad y, en definitiva, la pacificación de Darfur.


CRISISGROUP.ORG:
Chad: Back towards War?, 1-VI-06.
Sudan’s Comprehensive Peace Agreement: The Long Road Ahead, 31-V-06.
To Save Darfur, 17-III-06.
y documentación precedente clicando aquí


Myriam Josa, lavanguardia, 11-VI-06.
Son pinceladas de una cara de la vida en los campos de desplazados de Darfur, al oeste de Sudán. Pese a una miseria sobrecogedora, diríase que impera la calma. Pero no.
Existen otras caras. La del incumplimiento del acuerdo de paz del pasado día 5 de mayo, la de la indefensión de los civiles - robos, violaciones, muertes- propiciada por la pasividad policial o por las trabas gubernamentales al despliegue de una fuerza de la ONU, que sustituya a los inoperantes soldados de la Unión Africana (UA). Son hechos enmarcados en una cierta tolerancia al régimen de Omar Al Bachir - o en la indiferencia internacional- y en un largo camino para que el Tribunal Penal Internacional juzgue los crímenes de guerra o genocidio según algunos, cometidos contra los africanos no árabes.
Por lo menos 200.000 muertos, dos millones de desplazados en el interior y como mínimo 200.000 refugiados en Chad son fruto de la guerra emprendida por los rebeldes en febrero del 2003 para ahuyentar la marginación. La respuesta del Ejército no se hizo esperar. Además, el Gobierno árabe armó a las milicias árabes, los janjawid (jinetes del diablo), procedentes de tribus nómadas dedicadas a la ganadería y enfrentadas históricamente a las tribus africanas no árabes sedentarias que viven de la agricultura. De esas tribus nació la rebelión.
La mayor fracción del Movimiento de Liberación del Sudán (MLS) dirigida por Minni Minawi y de su Ejército (ELS) firmó con el Gobierno el acuerdo que prevé inversiones para el desarrollo del paupérrimo Darfur; ciertas cuotas de poder para la insurgencia - no las exigidas-; integración de rebeldes en el ejército y en la policía; un referéndum sobre la reunificación de Darfur, dividido en tres provincias, y el desarme de los janjawid.
La fracción minoritaria de Abdul Wahid Al Nur rechazó el pacto, al igual que el Movimiento para la Igualdad y la Justicia (MIJ). Una escisión del MIJ también se opuso. Uno de los temores es que el desarme de los milicianos árabes quede en papel mojado.
En los campos de desplazados, la mayoría tampoco acepta el compromiso, dado que en gran parte pertenecen a la etnia fur como el propio Al Nur. El pacto no se plasma, por tanto, en el día a día. Los janjawid siguen atacando los campos y a ello se suman algunos enfrentamientos entre las fracciones del MLS. Las tropas de la UA no tienen medios ni un mandato para atajar ese caos.
La propia UA y agencias de la ONU piden el despliegue de cascos azules. Jartum no ha dado su consentimiento. Alega que sería una nueva colonización. En el fondo, al Gobierno sudanés árabe no le interesan testigos de cuanto ha ocurrido y espera seguir consolidando su poder...
A diferencia de Clinton, Bush quiso mejorar las relaciones con Sudán, en especial desde que condenó el 11-S. Jartum le pasó, además, importante información sobre Al Qaeda. El interés en la lucha antiterrorista explicaría cierta tolerancia JFMD estadounidense hacia Al Bachir. El petróleo en el sur de Sudán y su posible existencia en Darfur pueden influir en esta línea. Todo ello ha pesado también a la hora de patrocinar acuerdos en las guerras sudanesas.
China, que comercia con Sudán y recibe su crudo, se ha opuesto a determinadas sanciones en el Consejo de Seguridad. Es una cierta tolerancia hacia Sudán o el olvido.